Las cruces de Antic
Varios roces personales con el t¨¦cnico han ido elaborando la lista de bajas del Atl¨¦tico
No hab¨ªa otra soluci¨®n: o el vestuario o Antic. Y Jes¨²s Gil, el due?o del Atl¨¦tico, ha apostado por el entrenador. Deterioradas las relaciones entre el t¨¦cnico y la plantilla, al club no le quedaba otra opci¨®n que romper con una de las partes. Conclusi¨®n: uno a uno, todos los futbolistas que han tenido roces con el preparador, ir¨¢n saliendo del Atl¨¦tico. Ya lo han hecho Esn¨¢ider, Simeone y Biagini... Y a ellos se unir¨¢n Soloz¨¢bal, Vizca¨ªno, Molina... La revoluci¨®n interna, desmentida no hace mucho por el t¨¦cnico y por el club, ayer la hizo oficial Gil. "Al que se le pone la cruz, se va", acept¨® el presidente. Y Antic ha puesto este a?o muchas cruces en la plantilla. La mayor¨ªa procedentes de decisivos pasajes de vestuario que no han trascendido.El zapatazo de Penev . Fue el primer conflicto conocido de Antic con la plantilla del Atl¨¦tico. Sucedi¨® en el a?o del bicampeonato. Antic critic¨® a Penev por un retraso no avisado de un viaje con la selecci¨®n. A?adi¨® sus reproches a cuestiones de actitud dentro del campo. Un buen d¨ªa, el b¨²lgaro contest¨® a Antic lanz¨¢ndole una bota a la cara. "Yo no s¨¦ como te las gastas t¨². Pero t¨² sabes que yo soy b¨²lgaro y sabes c¨®mo me las gasto", le dijo Penev al t¨¦cnico. Antic hizo como que no pasaba nada. Penev sigui¨® jugando de titular hasta el ¨²ltimo minuto de la competici¨®n Cuando concluy¨® la temporada el b¨²lgaro tuvo que hacer las maletas.
Presi¨®n a Caminero. Temporada 1996-97. Antic sospecha de las lesiones de Caminero y le presiona con insistencia para que juegue. El jugador pide ayuda al vestuario. Se re¨²ne en un restaurante con Soloz¨¢bal, Toni, Simeone y Kiko y les cuenta la situaci¨®n. Les dice que habla con Antic y que ¨¦ste le asegura que le entiende. Pero que luego, cuando el t¨¦cnico habla con otra gente, pone en duda su lesi¨®n.. Soloz¨¢bal, como capit¨¢n, acompa?a a su compa?ero al despacho de Antic y exige una garant¨ªa de que va a dejar de atosigarle. El t¨¦cnico se compromete, pero pone una cruz irreversible al capit¨¢n. Soloz¨¢bal est¨¢ sentenciado.
Acoso a Soloz¨¢bal. Antic invierte los papeles. Caminero pasa a ser su protegido y Soloz¨¢bal el blanco sobre el que disparar. Intenta potenciar a Caminero como capit¨¢n para quitarle el brazalete, ficha a Prodan para quitarle el puesto y fuerza que en ocasiones ocupe la plaza de lateral izquierdo, su conocida demarcaci¨®n maldita. Llegado el d¨ªa del Bar?a, Soloz¨¢bal se niega a jugar de lateral y amaga con desvelar un acoso del t¨¦cnico que obedece ¨²nicamente a un enfrentamiento personal. Simeone, Toni, Kiko y Molina se re¨²nen con Antic para pedirle explicaciones. El t¨¦cnico no da su brazo a torcer: "Si cre¨¦is que eso es compa?erismo est¨¢is muy equivocados". La lista de cruces aumenta.
El l¨ªo Simeone. Miguel ?ngel Gil se re¨²ne con Antic y Simeone. Motivo, las repetidas fugas del jugador a la selecci¨®n argentina. Se le dice que le convendr¨ªa pensar m¨¢s en el club que en la selecci¨®n. Y Gil Mar¨ªn le advierte en presencia del t¨¦cnico: "T¨² ya sabes que si a Antic se le cruza uno por delante, no perdona". Simeone abandona indignado el despacho y llama a su representante: "?Qu¨¦, la liamos?". "Calma, calma".
Esn¨¢ider, tachado. Las relaciones Esn¨¢lder-Antic no van por buen camino. La ruptura total se produce el d¨ªa del Ajax. El t¨¦cnico sustituye al delantero y ¨¦ste, cuando pasa a su lado, le insulta: "Pel¨ªcano [as¨ª se le ha bautizado a Antic en el vestuario], hijo de puta". El t¨¦cnico multiplica su indignaci¨®n porque sabe que las c¨¢maras de televisi¨®n han captado el incidente. Re¨²ne a la plantilla y anuncia que Esn¨¢ider va a ser apartado del equipo. El vestuario lo frena, y recomienda que el conflicto se resuelva en el despacho de Miguel ?ngel Gil. El director general fuerza unas paces ficticias. Esn¨¢ider est¨¢ sentenciado.
Molina y el Ajax. Un mes antes de la eliminatoria del Ajax, Antic declara en conferencia de prensa que el Atl¨¦tico ya no piensa en otra cosa que en ese cometido. Al d¨ªa siguiente, los jugadores desmienten al t¨¦cnico. Nueva reuni¨®n de vestuario: Antic se queja de la respuesta de los futbolistas. Molina, otro de los habituales a la hora de discrepar, responde: "Usted no puede decirnos a nosotros una cosa y a la prensa otra".
Distanciamiento de Antic. El vestuario pierde la confianza en Antic a medida que cree descubrir que el t¨¦cnico muestra una doble cara. En sus reuniones con los jugadores dice unas cosas; en otros foros dice otras. Antic les desmiente uno a uno todos los asuntos que comprometen su actuaci¨®n y asegura a medida que aparecen los roces que no habr¨¢ represarias. El vestuario tambi¨¦n recrimina a Antic un desprecio absoluto hacia los jugadores que considera suplentes. Y un descarado favoritismo con sus paisanos, situaci¨®n comentada en repetidas ocasiones por los jugadores: "No estamos en el Atl¨¦tico, estamos en el Estrella Roja".
La soluci¨®n inevitable. Salv¨® excepciones, la mayor¨ªa de la plantilla del Atl¨¦tico estaba a disgusto con el t¨¦cnico, y viceversa. El club lo sab¨ªa. La continuidad era imposible. O romp¨ªa con Antic o deshac¨ªa el vestuario, lo despojaba de sus pesos pesados. La segunda opci¨®n ha sido la escogida.
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