Benedetti : "el pasotismo de los j¨®venesd es s¨®lo parcialmente cierto"
El autor uruguayo recibe el jueves en Valladolid su segundo 'honoris causa"
"El pasotismo de los j¨®venes es s¨®lo media verdad", dice un Mario Benedetti que anda en plena "epidemia de doctorados" y teme que "tal vez eso sea un s¨ªntoma de vejez". Pero ya se sabe que la juventud es un estado de ¨¢nimo, y a los 76 a?os, "cumplidas las bodas de oro con el asma" el novelista, cuentista y poeta uruguayo parece especialmente contento. Por varias razones: Andamios, su ¨²ltima novela, est¨¢ siendo un gran ¨¦xito en Am¨¦rica Latina; ¨¦l acaba de pasar tres semanas de descanso en Uruguay y ha aprovechado, explica, "para adelantar mi nuevo libro de poes¨ªa -tengo ya unos 60 poemas-, leer 14 o 15 libros y dormir como loco". Adem¨¢s, el jueves, en Valladolid, Benedetti recibe su segundo doctorado honoris causa espa?ol en dos meses.
El pasado 16 de mayo, en la Universidad de Alicante, Benedetti agradeci¨® el primer s¨ªntoma de su "epidemia de doctorados" con un poema in¨¦dito, llleno de subversi¨®n y cr¨ªtica, titulado Zapping de siglos.El viernes por la noche, en su modesta casa del barrio de Prosperidad de Madrid, hogar, de un exilio que dur¨® casi 30 a?os, el autor uruguayo preparaba sus palabras de- agradecimiento al doctorado que se le impondr¨¢ el jueves en Valladolid. "Los reconocimientos de la universidad espa?ola siempre alegran", dice, '"porque son galardones que est¨¢n menos infuidos por los medios y los mercados que los premios literarios".Y ya que, "sorprendentemente", fue protesto para la distinci¨®n por la Facultad de Urbanismo, Benedetti hablar¨¢ de Montevideo: "Pero no hablar¨¦ mucho de arquitectura, claro. Montevideo ha sido siempre el centro de mi literatura, casi mi ¨²nica inspiraci¨®n literaria, y aunque la dictadura la cambi¨® para mal, levantando monumentos y mausoleos espantosos, al m¨¢s puro estilo del realismo socialista que tanto criticaban, no la cambio por ninguna otra ciudad".
Su ¨²ltima estancia all¨ª ha sido una especie de traslaci¨®n del regreso del protagonista de su ¨²ltima novela, Andamios: en una casa en la playa, Benedetti ha aprovechado para leer -"a Manuel Vicent, Mu?oz Molina y otros espa?oles de ahora"- y escribir todo lo que no puede durante la fren¨¦tica. actividad paralela que le exige su oficio en estos tiempos de cultura espect¨¢culo. "No llevo nada, bien esa dictadura del mercado, que no es s¨®lo culpa de las editoriales, sino de la prensa, los jurados, las ferias... Me niego much¨ªsimo, el m¨¦dico me dice que me niegue mucho m¨¢s, y, casi creo que a las ferias no voy a volver, cada vez me gusta menos que midan mis colas y participar en cifras mentirosas".
M¨¢s de 70 libros
Pero de ese moderno gaje lo que m¨¢s angustia a Benedetti ,"es no tener tiempo para escribir".Aunque sus amigos le pinchan dici¨¦ndole que si con poco tiempo ha escrito m¨¢s de 70 libros, teni¨¦ndolo habr¨ªa acabado con todo el papel del mundo, ¨¦l sigue a?orando el momento de ponerse ante la p¨¢gina en blanco,instante dram¨¢tico para muchos que en Benedetti es puro relax; "No tengo problema. Si no hay tema,me pongo a leer". Adem¨¢s de, intentar seguir todo lo que hacen los. latinos de hoy, sucumbe algunas veces a la relectura: "Vallejo, Machado y Pessoa, sobre todo, porque fueron muy, importantes para m¨ª".Tras dos a?os y medio de trabajo en Andamios, novela -mezclada con cuentos, poemas y art¨ªculos- que parece la obra definitiva sobre el tema de su vida -el exilio, que se abre como un paraguas a otros subtemas: el terror -de las dictaduras, el desexilio, la nostalgia, la soledad o "la solidaridad concreta" de la gente-, Benedetti ha recibido el ¨¦xito del libro publicado por Alfaguara con una mezcla de escepticismo -"yo no escribo nunca pensando en vender, no me parece honesto"- y de ilusi¨®n renovada: "?Claro que es agradable y estimulante que la gente compre tus libros!" Y para, un viejo de casi 77 a?os es una gran noticia que lo lea sobre todo la gente joven".
Benedetti cree que los j¨®venes "se acercan cada vez m¨¢s a la poes¨ªa, y eso quiere decir que todo lo que nos cuentan del pasotismo es s¨®lo parcialmente cierto. Hay un mecanismo globalizador que trata de hacernos pensar que todos los j¨®venes son pasotas, pero yo creo que muchos no lo son y quieren estudiar, saber, entender las cosas extra?as que nos pasan".
El autor de Gracias por el fuego imagina que los j¨®venes de este fin de milenio viven "Ilenos de dudas y perplejidades", y que "se acercan a los poetas mayores y a la canci¨®n que dice cosas tratando de encontrar respuestas. Luego ven que los poetas tampoco las tenemos, pero se quedan, tal vez porque saberse acompa?ados por los viejos les hace sentirse menos solos, o porque creen que las respuestas hay que buscarlas entre todos".
Ah¨ª est¨¢, una. vez m¨¢s, el Benedetti comprometido, aunque sospeche que ¨¦sa es "una etiqueta que ayuda a descalificar, sobre todo el compromiso de izquierdas, y que un libro no sirve para derribar ninguna dictadura". Pero, a pesar de todo... ."La globalizaci¨®n de la econom¨ªa es la globalizaci¨®n de la corrupci¨®n y la frivolidad. Un sistema dirigido especialmente a los j¨®venes. Esos que Leotard llama los decididores (las multinacionales, especialmente) tratan de frivolizarlo todo porque saben que la rebeli¨®n viene de la juventud". Y as¨ª, "el pasado no vale, el futuro no existe y el presente es cada d¨ªa m¨¢s chiquito: un instante no m¨¢s".
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