Un gen que afecta a las manos, el ¨²tero y el pene desvela algo del misterio de la evoluci¨®n
En lo que se refiere a los dedos de las manos y de los pies, la elecci¨®n del n¨²mero cinco parece arbitraria de forma frustrante. Tanto desde el punto de vista de la estructura como del de la funci¨®n, cualquier otro n¨²mero de dedos (cuatro, siete) habr¨ªa funcionado igual de bien.Sin embargo, los seres humanos no son los ¨²nicos pentad¨¢ctilos, es decir, que tienen cinco dedos en las manos y cinco dedos en los pies. Pr¨¢cticamente todas las criaturas de cuatro extremidades del planeta tienen cinco dedos al final de cada brazo y de cada pierna. Incluso las aves -que tienen tres dedos- y los caballos -cuyos cascos son en realidad un ¨²nico dedo- empiezan siendo embriones de cinco dedos y van perdiendo unos cuantos por el camino hasta alcanzar su madurez. Y en cuanto a las criaturas que tienen un sexto dedo, como el pulgar que utilizan los pandas para pelar h¨¢bilmente el bamb¨², ¨¦ste nace normalmente en la mu?eca sin alterar el arquetipo del cinco.
Seg¨²n Stephen Jay Gould, palent¨®logo de Harvard, el descubrir qu¨¦ es lo que conserva la estabilidad de los cinco dedos es un problema "rotundamente insoluble".
Ahora los investigadores han descubierto una clave gen¨¦tica. A principios de este a?o, los genetistas Jeffrey Innis y Doug Mortlock identificaron en una familia estadounidense una mutaci¨®n gen¨¦tica que afectaba tanto a la estructura de sus manos y pies como, en algunos casos, a sus ¨®rganos reproductores. Los resultados de la investigaci¨®n fueron publicados en la revista Nature Genetics (vol. 15, p. 179).
Esta conexi¨®n entre las extremidades y los genitales constituye el primer indicio de la existencia de un gen com¨²n en los seres humanos que establece el patr¨®n del cuerpo tanto en las extremidades de los miembros en la zona genital. Esta relaci¨®n indica que el n¨²mero de dedos ha permanecido invariable no por la mera funcionalidad de los mismos, sino porque el hecho de alterar el gen que dicta el patr¨®n b¨¢sico habr¨ªa significado tambi¨¦n cambios en el ¨²tero o en el pene que ha br¨ªan podido impedir la reproducci¨®n al individuo portador del gen alterado.
Este argumento ha sido respaldado por algunos bi¨®logos del desarrollo. Denis Duboule, de la Universidad de Ginebra, afirma: "Este informe es incre¨ªble. Hemos comprobado algo parecido en los ratones y ahora vemos que tambi¨¦n es v¨¢lido para los seres humanos". El paleont¨®logo Michael Coates del University College de Londres, que ha descubierto restos de f¨®siles de anfibios de cuatro extremidades con siete y ocho dedos en Groenlandia, afirma: "El argumento es muy bueno. La estabilidad de las extremidades de los miembros se ve favorecida porque, de lo contrario, los ¨®rganos genitales sufrir¨ªan des¨®rdenes". Las anormalidades hereditarias de la familia inclu¨ªan pulgares y dedos gordos del pie que eran m¨¢s cortos de lo normal y apuntaban hacia el codo y la rodilla.
Mortlock e Innis tomaron muestras del ADN de la familia y descubrieron que portaban una mutaci¨®n del gen humano HoxA 13, un miembro de la familia Hox. Tras estudiar m¨¢s detenidamente el gen mutado, descubrieron que una de las letras de su c¨®digo gen¨¦tico est¨¢ alterada de forma que cambia la capacidad de la prote¨ªna HoxA 13 para adherirse apropiadamente a los genes y alterar su actividad.
En su libro de 1991 Eight Little Piggies, Gould previ¨®, que "los embri¨®logos y los genetistas" tendr¨ªan que explicar lo que llama "la recalcitrante estabilidad del cinco".
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