El Telekom cierra balance con super¨¢vit
Zabel se adjudica su tercera etapa en un final apretado No hubo abandonos porca¨ªdas Se acab¨® la semana llana: hoy comienzan los Pirineos
La primera fase del Tour concluy¨® en Pau, a escasos kil¨®metros de los Pirineos. Es la hora de un primer balance, que apenas ser¨¢ significativo para muchos equipos y algunos corredores. Es el caso de Olano, que se ha limitado a hacer lo que ten¨ªa que hacer. Ni m¨¢s, ni menos. No puede sacar grandes conclusiones. Pero no es el caso del Telekom, que termina con un tremendo super¨¢vit: para llegar al Tour a ganar el maillot amarillo no est¨¢ nada mal disfrutar como aperitivo de tres victorias de etapa, del liderato en la general por puntos y de la general por equipos. El Telekom hizo ayer una especie de fin de fiesta en honor a Zabel: se puso a la cabeza del pelot¨®n y llevaron a su hombre hasta la l¨ªnea de meta. Todo un exceso. Si hoy hacen algo parecido en los Pirineos habr¨¢ que quitarse el sombrero.La octava etapa apenas registr¨® incidencias. Se masca en el ambiente c¨®mo se, acercan los Pirineos. De alguna forma era una ¨²ltima oportunidad para mucha gente, pero eso apenas cambi¨® el gui¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas. El pelot¨®n controla a distancia todo tipo de escapadas y se muestra disuasorio. Para no desentonar se produjo alguna que otra ca¨ªda, pero sin consecuencias. El gran grupo lleg¨® ligeramente fraccionado a la meta, pero sin registrar ausencias notables. La jornada transcurri¨® a gran velocidad como consecuencia de un recorrido muy sencillo, de la cortedad del kilometraje (por una vez claramente inferior a los 200 kil¨®metros) y, posiblemente, de algunas rachas de viento a favor. El pelot¨®n hizo una media de 47 a la hora.
Todo transcurri¨® sin novedad hasta los ¨²ltimos 20 kil¨®metros, cuando el Telekom se lo debi¨® pensar dos veces. La etapa iba limpia, la actividad de los buscadores de etapa era limitada, y ah¨ª estaba Zabel dispuesto para un nuevo golpe de tuerca. ?Por qu¨¦ desperdiciarlo? Como si se tratara de un preaviso, de nuevo los hombres de rosa y blanco se colocaron en formaci¨®n. Pusieron la velocidad que les interesa y se encargaron de transportar al resto de corredores en un largo vag¨®n. La m¨¢quina era el Telekom. No permitieron que nadie se involucrara en su tarea, no dieron relevos a otros corredores, echaron mano de Ullrich y Riis para los ¨²ltimos metros. Y, tal era su fuerza impulsora que, si se descuidan, Zabel no llega a tiempo al ¨²ltimo relevo.
El pelot¨®n cambiar¨¢ hoy sus costumbres. Y mucho. Han sido ocho etapas, siete de ellas resueltas al sprint. S¨®lo una escapada ha tenido efecto. Se ha circulado a una media superior a los 40 kil¨®metros y apenas se ha subido una cuesta. Ocho d¨ªas con el plato grande a cuestas y el codo bien metido para no perder la posici¨®n. Todos los aspirantes est¨¢n en m¨¢rgenes de segundos. Todos los escaladores est¨¢n a tiro de piedra del maillot amarillo. Nadie sabe nada. Todo es mera conjetura. El pelot¨®n es todo un atasco.
Pero hoy ser¨¢ otra cosa y cada cu¨¢l tendr¨¢ que medir c¨®mo cambian sus sensaciones, c¨®mo sus piernas responden a las primeras pendientes. Hoy los corredores pasar¨¢n por el Tourmalet y en el Tourmalet sabr¨¢n c¨®mo de fuertes andan. El pelot¨®n perder¨¢ ese aire de mayor¨ªa silenciosa y no habr¨¢ tanta prisa por ir delante. Hoy todos sabr¨¢n algo m¨¢s de s¨ª mismos. Y si les queda tiempo, empezar¨¢n a saber algo sobre los dem¨¢s. El Tour entra hoy en materia. Ya era hora: llevamos nueve d¨ªas viviendo de una pr¨®logo y una peque?a cuesta de poco m¨¢s de un kil¨®metro.
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