La Moncloa desprecia el vino
A prop¨®sito de la acampada de la OTAN en Madrid, alguien se ha dirigido a esta secci¨®n para indignarse: "?Y por qu¨¦ se les ha dado a beber vino de Ribera del Duero (Ali¨®n, de la casa Vega Sicilia) y blanco Juli¨¢n Chivite (Navarra), y no de otros muchos vinos de Espa?a?".El debate es de broma: ?y por qu¨¦ no de Galicia, de Le¨®n, de La Rioja, de Catalu?a, de Jerez y etc¨¦tera, teniendo en cuenta que en Espa?a cada d¨ªa m¨¢s se elaboran mejores vinos en todas las latitudes y espacios vin¨ªcolas?
La cuesti¨®n es muy otra. Veamos. Unos se?ores de la OTAN vienen a Espa?a y, no cabe duda, es ocasi¨®n cual pedrada en ojo de boticario para decirles a la hora de comer o de merendar: "Vea usted lo que da esta tierra". ?Hasta d¨®nde llega esta exhibici¨®n? Quiz¨¢ hasta la vuelta de la esquina, pero no m¨¢s. El de la OTAN de Par¨ªs es el ser m¨¢s negado para saber que, adem¨¢s, tambi¨¦n puede haber vinos fuera de Francia. Al alem¨¢n le importa un comino el vino m¨¢s all¨¢ del bogabante, que, parece ser, se les ofreci¨® por kilos, por no decir por toneladas.
La historia es otra. La reuni¨®n de la OTAN no hace m¨¢s que servimos de pretexto para airear esa historia pobre, macabra, traje de domingos de ignorantes.
Que uno sepa, los sumilleres de turno dieron de beber dos vinos fundamentales: con los pescados, el blanco de chivite: un vino irreprochable. Y con el resto de la panzada otan¨ªstica: Ali¨®n, un vino de 1993, elaborado por Vega Sicilia, bajo los auspicios de su en¨®logo mayor, Mariano Garc¨ªa, y que, estoy seguro, si alguno de los otanitos sab¨ªan de algo, se desmay¨® bebiendo este vino amplio y complejo que se entiende en los ojos, en la nariz y en la boca como si fuera dos m¨¢s dos igual a cuatro.
Todo lo anterior, sin ser nada, es peccata minutta. En coyunturas semejantes hay que hacer lo que hay que hacer, y ya est¨¢. Pero un pa¨ªs como Espa?a, propietario por derecho de uno de los vi?edos m¨¢s importantes del mundo (con el franc¨¦s), no puede vivir al acecho de cuatro despistados otanistas, que pueden pasar por Madrid una vez cada 100 a?os.
Las cosas claras: en Espa?a, el vino representa casi el 10% del PIB; en Espa?a, el vino representa una dimensi¨®n cultural que hace a este pa¨ªs espec¨ªfico entre los pa¨ªses del Mediterr¨¢neo. Las costumbres, las maneras, las formas de un pa¨ªs que elabora vino y de uno que no lo elabora difieren dr¨¢sticamente. Nosotros somos una cultura, y los que no producen y no elaboran son otra.
La cuesti¨®n, pues, hay que plante¨¢rsela a todos los que han dirigido este pa¨ªs desde La Moncloa desde la muerte de Franco (por no ir m¨¢s all¨¢): ?qu¨¦ han hecho estos individuos para que el vino empiece por ser apreciado en su valor en la tierra donde brota como un misterio que es? ?Por qu¨¦ nunca se ha sabido si Adolfo Su¨¢rez sabe lo que es el vino? ?Por qu¨¦, en 14 a?os de poder, Felipe Gonz¨¢lez, nunca pronunci¨® p¨²blicamente la palabra vino? ?Por qu¨¦ Aznar elabora teor¨ªas melifluas sobre el vino de la Ribera del Duero? ?Qu¨¦ es m¨¢s importante, la autoencerrona de la naci¨®n en el Congreso o el vino? Ocurre que La Moncloa siempre despreci¨® el vino porque nunca le dio el inter¨¦s que merece. Eso s¨ª, de vez en cuando crea alguna nueva reglamentaci¨®n para que todo sea m¨¢s dif¨ªcil y para que vendan vinos al mundo Australia, California o Chile.
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