De 'Dolly' a 'Polly'

LA CREACI?N -nunca mejor empleada la expresi¨®n- de Polly, una oveja cl¨®nica que es portadora de genes humanos, remite de nuevo al viejo sueno cient¨ªfico de granjas de animales que suministren, de forma limpia y eficiente, las medicinas que el hombre siempre ha necesitado para combatir sus enfermedades m¨¢s terribles. La biotecnolog¨ªa europea est¨¢ consiguiendo en este caso ¨¦xitos importantes -tan s¨®lo hay que recordar la creaci¨®n de Dolly, la primera oveja cl¨®nica-. En esta ocasi¨®n, a la idea de clonar o repetir exactamente un animal el n¨²mero de veces que sea necesario se a?ade la integraci¨®n de un gen humano, que permite la producci¨®n de una sustancia farmac¨¦utica que se obtendr¨¢ en la leche. ?se es el Objetivo de los cient¨ªficos, que hasta ahora ha sido un ¨¦xito y que parece salido de las p¨¢ginas de un relato de ciencia-ficci¨®n.Pero la biotecnolog¨ªa tiene tambi¨¦n un lado inquietante y potencialmente peligroso para los seres humanos. El Parlamento Europeo acaba de aprobar un proyecto de directiva sobre el complejo asunto de las patentes de productos obtenidos mediante ingenier¨ªa gen¨¦tical, tanto en animales y plantas como en genes, secuencias gen¨¦ticas e incluso material bi¨®logico de humanos con especiales aplicaciones m¨¦dicas. Nada menos que nueve a?os han tardado los parlamentarios en aprobar un texto que ha contado con la oposici¨®n de una importante fracci¨®n de la C¨¢mara y que sin duda despertar¨¢ reticencias inevitables en algunos sectores de la sociedad. Un texto, por otra parte, que no es definitivo todav¨ªa y que deber¨¢ ser ratificado o modificado por el Consejo de Ministros de la Uni¨®n Europea.

La tesitura en la que se ha producido el debate era complicada. Estados Unidos y Jap¨®n ten¨ªan ya una normativa m¨¢s permisiva, de modo que la indeterminaci¨®n europea sobre estas cuestiones influ¨ªa negativamente sobre la industria farmac¨¦utica de nuestro continente. Al mismo tiempo, los requerimientos de ¨ªndole moral y de protecci¨®n de la intimidad y dignidad de las personas han estado muy presentes a la hora de legislar sobre la materia.

El resultado de esa larga etapa de reflexi¨®n ha sido una norma que incorpora muchas de esas cautelas, pero crea al mismo tiempo un marco legal que permite patentar secuencias gen¨¦ticas humanas, siempre que est¨¦ demostrada su utilidad terap¨¦utica y vaya acompa?ada del correspondiente protocolo m¨¦dico. Por otra parte, se proh¨ªbe taxativamente la clonaci¨®n reproductiva en humanos, la alteraci¨®n gen¨¦tica germinal del ser humano, la experimentaci¨®n con embriones y tambi¨¦n la pr¨¢ctica -inaugurada hace unos a?os en Estados Unidos- de patentar trozos del genoma humano sin tener la menor idea de la funci¨®n de los genes en cuesti¨®n, ni mucho menos su posible influencia en el desarrollo de enfermedades.

Aun con todas esas precauciones, ser¨ªa deseable que los Gobiernos europeos estudiasen con la m¨¢xima atenci¨®n una norma tan delicada como ¨¦sta e introdujeran las modificaciones oportunas para impedir de manera efectiva cualquier pr¨¢ctica que pueda rozar siquiera los usos perversos atentatorios a la dignidad humana de la ingenier¨ªa gen¨¦tica. Por otra parte, esa nueva rama del conocimiento humano est¨¢ ah¨ª y tiene aplicaciones indudablemente beneficiosas en agricultura, alimentaci¨®n, medicina y protecci¨®n del medio ambiente. Y como tal debe ser regulada, sus posibles beneficios garantizados y la sociedad protegida de sus potenciales efectos negativos.