Biotecnolog¨ªa: opci¨®n diversa y plural
La biotecnolog¨ªa se define como el conjunto de t¨¦cnicas que utiliza organismos vivos -o parte de ellos- para obtener productos o modificarlos, mejorar plantas o animales, o para desarrollar microorganismos con fines bien determinados. Esta definici¨®n descansa en un amplio abanico de conocimientos, aportados por todo un conjunto de disciplinas, desde la aparentemente cl¨¢sica microbiolog¨ªa hasta la moderna biolog¨ªa celular, a lo largo de un territorio cubierto por la bioqu¨ªmica, la gen¨¦tica, la bioingenier¨ªa y la ingenier¨ªa qu¨ªmica, la biolog¨ªa molecular y la inmunolog¨ªa. Esta definici¨®n proyecta, adem¨¢s, la imagen de la biotecnolog¨ªa en su relaci¨®n con el mundo econ¨®mico y productivo.Bajo esta definici¨®n se encierran tambi¨¦n los nuevos avances de la biolog¨ªa molecular, que han permitido modificar el, material gen¨¦tico de las c¨¦lulas. El conjunto de estas nuevas t¨¦cnicas ha dado origen a la ingenier¨ªa gen¨¦tica, que se trata de un instrumento b¨¢sico para la biotecnolog¨ªa, pero no es su sin¨®nimo. Por eso, tiene hoy d¨ªa pleno sentido hablar de antigua biotecnolog¨ªa y moderna biotecnolog¨ªa, en la que interviene la ingenier¨ªa gen¨¦tica.
El sector agroalimentario ha sido el primero en incorporar las innovaciones biotecnol¨®gicas de la antigua biotecnolog¨ªa. Convivimos con y utilizamos una gran variedad de productos que derivan de esas aplicaciones, como es el pan, el vino, la cerveza, el queso, los yogures, las conservas y semiconservas. La nueva biotecnolog¨ªa ha permitido aprovechar el impulso de esta tradici¨®n para mejorar y desarrollar esos productos tradicionales, y hoy disponemos de alimentos fermentados con nuevas texturas o enriquecidos con vitaminas, o, en capacidad biol¨®gica, recurrimos al pan congelado, competimos en el mercado global con quesos y vinos cada vez mejor definidos y m¨¢s reproductibles en sus propiedades organol¨¦pticas.
Desde la opulencia de los pa¨ªses desarrollados, enfrascados en guerras cainitas sobre la competencia de los productos agr¨ªcolas, tendemos a olvidar que el equilibrio alimentario es precario a pesar de los ¨¦xitos que la agricultura ha experimentado a lo largo de su historia o precisamente como una consecuencia de ellos. La biotecnolog¨ªa, con su potente arsenal de t¨¦cnicas, puede plantear estrategias que permitan corregir los desequilibrios: favoreciendo el rendimiento de las cosechas, utilizando menos productos qu¨ªmicos y tendiendo as¨ª a una agricultura m¨¢s sostenible; permitiendo el cultivo de tierras poco aptas por su condici¨®n de acidez o salinidad; incrementando el valor nutritivo de ciertos alimentos b¨¢sicos en los pa¨ªses menos desarrollados, como la yuca o mandioca, restaurando un cierto potencial de biodiversidad.
Es evidente, sin embargo, que un potencial biol¨®gico tan considerable como el que encierra la aplicaci¨®n de estas t¨¦cnicas puede acarrear consecuencias no deseadas. Por ello, es imprescindible que se desarrollen estudios que exploren la bioseguridad que hay en tales desarrollos. Desde la Uni¨®n Europea se han promovido programas en este sentido, y las empresas son conscientes del esfuerzo anal¨ªtico que deben llevar a cabo en esta direcci¨®n.
El di¨¢logo ambiental presta creciente atenci¨®n a las cuestiones relacionadas con la biodiversidad, en funci¨®n de la incidencia que el desarrollo de la biotecnolog¨ªa puede tener sobre ese valor cada vez m¨¢s reconocido y apreciado. Esta preocupaci¨®n cristaliza en una atenci¨®n acusada sobre las repercusiones de las aplicaciones biotecnol¨®gicas en el medio natural. Biotecnolog¨ªa, bioseguridad y biodiversidad, son los v¨¦rtices de un tri¨¢ngulo que, con el adecuado programa, puede configurar un conjunto multiuso con el que la sociedad haga frente a problemas esenciales para su desarrollo, de modo que sea socialmente construido.
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