Colombia defiende nuevas f¨®rmulas de acabar con la guerrilla ante la cr¨ªtica internacional
Todo el mundo en Colombia coincide en una cosa: las pr¨®ximas elecciones municipales, en oto?o, ser¨¢n las m¨¢s violentas que haya conocido nunca el pa¨ªs. Con el territorio dividido en zonas de influencia (guerrillera o paramilitar), muchos se preguntan si el Estado colombiano simplemente ha dejado de existir. El gobernador de la provincia de Antioquia, Alvaro Uribe, de gira contra la falsa imagen que, en su opini¨®n, tiene Europa del conflicto, admite en parte esta tesis ("el Estado ha sido muy debilitado por los criminales") y defiende la ¨²ltima f¨®rmula del Gobierno de Ernesto Samper contra la guerrilla: las cooperativas de seguridad privadas, nidos de paramilitares seg¨²n sus cr¨ªticos.
La conversaci¨®n con Uribe, de 45 a?os, se desarrolla en la Embajada de Colombia en Madrid, adonde el gobernador de Antioquia acaba llegar desde Ginebra. All¨ª ha mantenido contactos con la Comisi¨®n de derechos Humanos de la ONU por una raz¨®n sencilla: el organismo critica con fiereza el ¨²ltimo invento del Gobierno colombiano contra la guerrilla, las cooperativas privadas de seguridad, llamadas Convivir, y a pedido su abolici¨®n. El gobernador de Antioquia, una de las zonas de Colombia m¨¢s castigadas por la violencia y el narcotr¨¢fico, es un apasionado defensor de esta f¨®rmula, que muchas veces parece bordear la legalidad, al menos tal como se entiende en Europa.Uribe no est¨¢ de acuerdo. "Las Convivir son asociaciones de gente conocida por la fiscal¨ªa, autorizadas por la ley para colaborar con el Ej¨¦rcito", explica. "Es un derecho de la ciudadan¨ªa cuando se la est¨¢ asesinando y secuestrando".
De puro obvio, la pregunta siguiente no sorprende al gobernador: ?El derecho de la ciudadan¨ªa no consiste m¨¢s bien en que el Estado la proteja de todo eso? En este punto de la conversaci¨®n, Uribe admite t¨¢citamente que el Gobierno y sus brazos armados, Ej¨¦rcito y polic¨ªa, ya no son capaces de garantizar la seguridad: "El nivel de inseguridad es muy alto y la debilidad del Estado es proporcional".
En otras palabras, Colombia sufre una descomposici¨®n acelerada. El ¨¢vido pero debilitado brazo estatal no llega m¨¢s all¨¢ del 40% o 45% del territorio, puesto que la guerrilla reina en el 30% que considera su feudo, mientras los paramilitares aseguran el orden de latifundistas y grandes propietarios en otro 30%.
"A la ciudadan¨ªa", explica Uribe, "un d¨ªa la obligan a colaborar con la guerrilla y al otro, con los paramilitares; queremos romper ese c¨ªrculo vicioso". Las Convivir, cuyo n¨²mero alcanza ya las 600 y se espera que rebasen las mil a final de a?o, son la alternativa que ofrece el Gobierno a la sociedad civil.
Pero seg¨²n las denuncias de numerosas Organizaciones No Gubernamentrales (ONG) colombianas, las pol¨¦micas cooperativas de seguridad privadas han aceptado a paramilitares entre sus miembros, usan armamento de largo alcance que no les est¨¢ autorizado, est¨¢n implicadas en asesinatos, realizan inquietantes censos o retenes ilegales, y maltratan, o algo peor, a sectores de la sociedad ajenos al problema guerrillero que consideran "desechos": indigentes, homosexuales y prostitutas.
Sin entrar a juzgar estas denuncias, el gobernador de Antioquia se aferra a un argumento simple: la guerrilla es el origen de todos los males, su actividad "es muy superior a lo que se percibe en Europa" y las denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por los dem¨¢s (Ej¨¦rcito, paramilitares y cooperativas de seguridad) son s¨®lo "cortinas de humo para ocultar sus propias violaciones".
Conspiraci¨®n diplom¨¢tica
Sobre este punto, Uribe se muestra especialmente contrariado, y esboza una vaga conspiraci¨®n cuyo objetivo, asegura, es ocultar la verdadera naturaleza de la guerrilla en Colombia. "Existe una actividad diplom¨¢tica paralela", afirma, "impulsada por la guerrilla, que ha distorsionado mucho la realidad colombiana". Seg¨²n el gobernador, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de las Naciones Unidas s¨®lo se entera del 5% de los cr¨ªmenes que cometen los principales grupos guerrilleros del pa¨ªs, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN).Pero algunos datos independientes reparten la culpa de forma m¨¢s equitativa. El ¨²ltimo informe anual de la Comisi¨®n Andina de Juristas afirma que el avance de los paramilitares (sin contar con las nuevas cooperativas de seguridad privada) es m¨¢s que notable, sin que el Gobierno haga nada para evitarlo y les atribuye el 60% de los cr¨ªmenes pol¨ªticos cometidos el a?o pasado.
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