El cient¨ªfico y los locos
Entre el final de la II Guerra Mundial y el comienzo de los a?os setenta, durante un cuarto de siglo, el cine italiano es uno de los m¨¢s importantes del mundo con su amplia gama de estilos, directores geniales y actores de primera fila. Sin embargo, la aparici¨®n de los canales privados de televisi¨®n le asesta un golpe de muerte, del que no acaba de reponerse a pesar de que ha pasado otro cuarto de siglo. Los grandes directores han muerto, quedan muy pocos de sus excelentes actores, ha habido un gran vac¨ªo y s¨®lo de una manera m¨ªnima se ha producido el l¨®gico relevo generacional. De forma que, al tiempo que ha desaparecido buena parte del mercado interior, ha perdido la pr¨¢ctica totalidad del exterior. Las pel¨ªculas italianas se estrenan tarde y mal fuera de sus fronteras y sus autores son desconocidos que no consiguen darse a conocer
Rayo de luna
Direcci¨®n y gui¨®n: Alberto Simone.Fotograf¨ªa: Roberto Benvenuti. M¨²sica: Vittorio Cosma. Italia, Francia, Holanda, 1994. Int¨¦rpretes: Nino Manfredi, Tcheky Karyo, Isabelle Pasco, Jim van der Woude, Johan Leysen, Mimnio Mancini. Estreno en Madrid: Real Cinema (V. O. S.).
Locos
Claro fruto de estas situaciones es Rayo de luna, producida en 1994, ganadora de una menci¨®n especial del jurado en el Festival de Berl¨ªn del a?o siguiente y que acaba de estrenarse con tres a?os de retraso, en pleno verano y arropada por una m¨ªnima publicidad. No obstante, lo peor no es esto, sino que es origen de una mala situaci¨®n que el cine italiano no supera.Realizada en coproducci¨®n con Francia y Holanda, lo que hace que haya actores de las tres nacionalidades y la versi¨®n original tenga que estar doblada, es el primer largometraje de Alberto Simone. Un siciliano, estudiante de psicolog¨ªa que qued¨® impresionado con una experiencia con un grupo de locos y les dedica un cortometraje y luego este largo.
Narra la peripecia vital de un f¨ªsico que, tras a?os de ausencia, regresa desde Mil¨¢n hasta su peque?o pueblo en Sicilia para deshacerse de una casa que ha heredado, entabla amistad con el alba?il que realiza las reparaciones y a trav¨¦s de ¨¦l entra en contacto con una peculiar comunidad donde un doctor trata con sus especiales m¨¦todos a un grupo de j¨®venes con graves problemas ps¨ªquicos. Esto le lleva a descubrir una nueva vida, abandonar su trabajo y decidir quedarse con ellos.
Sin embargo, los locos en el cine, salvo raras excepciones, son tan interesantes para realizadores y actores como pueden resultar peligrosos para el p¨²blico, y Rayo de luna es un claro ejemplo de ello. Sus ambiciosos planteamientos tienen muy poco que ver con sus aburridos resultados, el debutante Alberto Simone se pierde entre los locos que representan la moraleja de la f¨¢bula que intenta contar y tan s¨®lo destaca el gran actor Nino Manfredi, uno de los pocos restos del mejor cine italiano de otros tiempos.
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