El ajuar

Conozco a Satu¨¦ desde hace casi treinta a?os (casi sobra el casi). Fue el grafista revelaci¨®n del tr¨¢nsito de los sesenta a los setenta, miembro como yo de la redacci¨®n de CAU, prote¨ªna pura de vanguardia cr¨ªtica a la izquierda de la izquierda, revista representativa de los arquitectos t¨¦cnicos y otros revolt¨¦s. Luego Satu¨¦ ha llegado al Olimpo de los dioses menores del dise?o gr¨¢fico y se le consulta hasta para dise?ar el ecu o el euro, y no hay aquelarre de especialistas en el que no figure como referente obligado.Cuando vi el sistema de se?ales ideado por Satu¨¦ para glosar la boda entre la Infanta y el jugador de balonmano, pens¨¦ que era un acierto.

Era un dise?o de ajuar. Incluso parec¨ªa hecho con punto de cruz: rosas, un bal¨®n, la cortes¨ªa triling¨¹e en una Espa?a cuatriling¨¹e y el deseo de felicidad. Satu¨¦ hab¨ªa conseguido la est¨¦tica de los bordados de ajuar que las doncellas que en el mundo han sido han ido tejiendo con la lengua entre los labios, la lengua... esa agujita de la br¨²jula de la obstinaci¨®n. Pens¨¦ que era un dise?o encantador para gente encantadora, y as¨ª se lo habr¨ªa tomado el p¨²blico, de la misma manera que acab¨® aceptando el discutido Cobi de Mariscal, en mi opini¨®n, evaluable como el mejor logot¨ªpo ol¨ªmpico de todos los tiempos ol¨ªmpicos.

Pero entre el ludismo de Satu¨¦, que tambi¨¦n sabe ser duro y poner los dise?os encima de la mesa, y el p¨²blico se ha entrometido alguna retina privilegiada que ha querido limpiarle las manchas a la Luna con detergente biodegradable.

Adi¨®s a la po¨¦tica del ajuar. Han conseguido un logotipo din¨¢sticamente correcto, de sobre de correspondencia para dar el p¨¦same o las buenas tardes o el simple acuse de recibo o la esperada noticia de que no hay novedad, se?ora baronesa.