La decapitaci¨®n e inicineraci¨®n de un negro por dos blancos desata el espectro racista en EE UU
Dos espeluznantes casos de brutalidad y racismo conmocionan a los norteamericaos. El primero es una noticia que los grandes medios de comunicaci¨®n han tardado 20 d¨ªas en recoger: el asesinato, decapitaci¨®n e incineraci¨®n de un negro a manos de dos blancos, ocurrido el mes pasado en un bosque en el Estado de Virginia. El segundo incidente desat¨® el mi¨¦rcoles una tormenta pol¨ªtica en Nueva York al saberse que varios agentes de polic¨ªa torturaron y sodomizaron con la escobilla del v¨¢ter a un emigrante haitiano en una comisar¨ªa del barrio neoyorkino de Brooklyn.
El asesinato de Garnett Paul Jolinson en Virginia hab¨ªa sido cubierto hasta ahora por un diario local, The Roanoke Times, pero, gracias a una investigaci¨®n de la periodista de Associated Press Arlene Levinson, todo el pa¨ªs pudo saber ayer c¨®mo se las siguen gastando en algunos lugares del sur de EE UU.El pasado 25 de julio, Emmett Cressell y Louis Ceparano, dos treinta?eros blancos con antecedentes policiales, invitaron a Johnson, de 42 a?os, a ir con ellos a una fiesta en la localidad de Elk Creek (Virginia). All¨ª, comenzaron a fanfarronear en p¨²blico que iban a coger a Johnson y a quemarlo en una cruz. En cuesti¨®n de minutos se lo llevaron por la fuerza y, en un bosque cercano, le quemaron con gasolina y luego le decapitaron. Posteriormente regresaron a la fiesta alardeando de su haza?a. Horas despu¨¦s estaban entre rejas.
Ceparano declar¨® al diario The Roanoke Times que no era consciente de sus actos porque hab¨ªa ingerido Valium y Xanax con bourbon durante la fiesta. Sin embargo, se delat¨® al explicar que "a la mayor¨ªa de los sure?os no les gustan los negros. No ven la muerte de Johnnson como algo malo. S¨®lo piensan: 'Bien, uno menos ".
Los 500 negros de Elk Creek, un pueblo de 16.000 habitantes, est¨¢n convencidos de que Johnson fue v¨ªctima de un ataque racista y sobre ellos ha vuelto a planear el espectro de los linchamientos de anta?o. Pero sus vecinos blancos tratan el caso como si fuese un exceso sin m¨¢s. Los l¨ªderes de los derechos civiles mantienen que esta actitud de los blancos forma parte de la "disposici¨®n nacional a negar que existe el odio racial". Uno de ellos ha sido taxativo: "Esto no ha sido otra cosa que un linchamiento".
Mientras tanto, en Nueva York, lo que parec¨ªa un triste caso m¨¢s de brutalidad policial que acabar¨ªa archivado sin mayores consecuencias, estall¨® el mi¨¦rcoles salpicando a las autoridades municipales y policiales al saberse que un grupo de agentes tortur¨® al inmigrante haitiano Abner Louima en una comisar¨ªa y le introdujeron el mango de la escobilla del v¨¢ter por el recto y luego por la boca.
Louima, que reside legalmente en EE UU desde hace seis a?os, est¨¢ ingresado en un hospital con graves lesiones. El alcalde Rudolph Giuliani, que siempre se pone del lado de la polic¨ªa, en este caso ha visitado a la familia de la v¨ªctima para asegurarles que se har¨¢ justicia.
Todo comenz¨® en la madrugada del s¨¢bado, cuando un coche patrulla se desplaz¨® a un bar de Brooklyn donde hab¨ªa estallado una pelea. Seg¨²n el informe policial, Louima golpe¨® a algunos agentes y fue detenido. Pero Louima ha dicho que el agredido fue ¨¦l, y que, despu¨¦s de esposarle, le trasladaron a la comisar¨ªa mientras le propinaban una paliza en el coche patrulla. Los familiares de Louima tambi¨¦n han dicho que al menos cuatro agentes participaron en la agresi¨®n y que le dijeron: "Os vamos a ense?ar a los negros a respetar a la polic¨ªa".
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