Ercilla, es decir, Bilbao, Euskadi, Espa?a, el mundo
Plaza de toros, plaza mayor, congreso de diputados, despensa, teatro, museo, cancha futbol¨ªstica, dormitorio, bodega, entrebastidor de quien tenga algo que decir, algo que callar, algo que ense?ar, algo que so?ar, algo que contar, predicar, tramar...Todo, absolutamente todo, es esta obra Cultural que fund¨® don L¨¢zaro Anasagasti hace justo 25 a?os: "Un hotel que tenga alma" y que fue programado para la historia con el nombre de Ercilla (94-410 20 00).
Ahora, al tiempo que la semana grande de Bilbao revienta por los cuatro costados, abrir la puerta de Ercilla es como entrar en el coraz¨®n de un milagro que, durante los 365 d¨ªas del a?o, es espect¨¢culo tentador y que, desde hace un cuarto de siglo, se ha dado lustre y alma refreg¨¢ndose con todo Cristo: en el bar del hall, que es otro escenario en el interior del escenario Ercilla, los bilba¨ªnos de todos los d¨ªas, los madrile?os o catalanes o coruneses o gentes del mundo que por carretera, por el aire, por ferrocarril, o surcando las aguas, dan en Bilbao, todos, van a realizar su industria a Bilbao o a adivinar el Guggenheim, "el museo de arte contempor¨¢neo m¨¢s importante de Europa", y, a rengl¨®n seguido, sin fallo imaginable, a tomar lo que haya que tomar en el bar/hall de Ercilla.
Aqu¨ª los espera Agust¨ªn Mart¨ªnez Bueno, el director y alma moderna; aqu¨ª palabrearon a fondo, hace s¨®lo meses, y en un reservado, Arzallus y el presidente de La Moncloa, Aznar; y los Reyes aqu¨ª moraron; y Miguel Boyer y Rodrigo Rato vinieron aqu¨ª a explicar n¨²meros; el director del BBV, Emilio Ybarra, ha hecho sociedad en este sal¨®n de se?oras y se?oritas, de mundanales y mundanos y recogidos.... Felipe Gonz¨¢lez recordar¨¢ en sus memorias su paso, como Garaikoetxea y Manuel Fraga, que, claro est¨¢, no iba a privarse de propagar su queimada desde este portavoz del mundo entero que es Ercilla. Hasta la Juliette Greco francesa, espiritual, musa cantando sus suavidades y pecadora mirando, quiso poner pie; y Sara Montiel con su gente; y el Alfredo Kraus que embelesa; y el Di St¨¦fano que, aquel d¨ªa, se retrat¨® con Zarra, Hugo S¨¢nchez y Puskas. Montserrat Caball¨¦ y el ganadero Victorino Mart¨ªn pueden explicar este Bilbao de puertas adentro del Ercilla. Adolfo Su¨¢rez no consinti¨® marcharse en una ocasi¨®n del hotel sin darle uno de sus achuchones hist¨®ricos, pero en forma de dedicatoria en el libro de honor...
Y para comer tampoco hay que salir a la calle: el restaurante Bermeo del hotel emborrona la leyenda negra de los restaurantes de hoteles; y hace otro tanto el restaurante Club N¨¢utico del otro hotel bilba¨ªno de la casa: el L¨®pez de Haro (94-423 55 00). Y quien se despiste sabr¨¢ que Ercilla, para ser m¨¢s y en m¨¢s sitios, ech¨® ra¨ªces lejos de las r¨ªas, en Alc¨¢zar de San Juan; y para honrar la memoria del alma y del cuerpo, uno de los Ercilla manchego se denomina Barataria (92654 14 65) y el otro Don Quijote; poco m¨¢s de 8.000 pesetas el aposento doble. Si se tercia una salida de Ercilla el bilba¨ªno, dos lugares apa?ados de precio y suculentos desde que los ojos se posan en una alb¨®ndiga o en una falda de ternera o un marmitako: Monterrey (94-424 84 90) y Kirol (94-443 92 43).
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