Seis a?os en el banquillo de los acusados por un delito castigado con cuatro meses
El caso del directivo de Camunsa, Diego Ramos Ramos, es un ejemplo paradigm¨¢tico de ensa?amiento procesal. Tras seis a?os de haber estado sujeto a toda suerte de diligencias sumariales, llega a juicio con una petici¨®n de pena de tan s¨®lo cuatro meses de prisi¨®n. Una acusaci¨®n que s¨®lo mantiene contra ¨¦l el empresario Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos.Aunque el abogado de esta acusaci¨®n, Marcos Garc¨ªa Montes, se reserv¨® ayer la posibiliad de retirar la acusaci¨®n contra ¨¦l por entender que el supuesto delito de apropiaci¨®n indebida habr¨ªa prescrito, el directivo sigue sometido al estigma del banquillo.
Con una petici¨®n m¨¢xima de cuatro meses, Ramos nunca ingresar¨ªa en prisi¨®n por aplicaci¨®n autom¨¢tica de la remisi¨®n condicional de la pena. Garc¨ªa Montes le interrog¨® ayer en relaci¨®n con un pago de 2.200.000 pesetas realizado por Camunsa a Time Export.
Tambi¨¦n declar¨® ¨¦l ex presidente del Consejo de Administraci¨®n de ABB, Julio Calleja, quien neg¨® haber tenido conocimiento alguno de las, facturas de 112 millones que su empresa pag¨® a Filesa.
Calleja explic¨® que su cargo en ABB era meramente representativo y sin poderes ejecutivos. La gesti¨®n de la sociedad en Espa?a la llevaban el consejero delegado, Jos¨¦ Montes, fallecido en 1994, y el director general. Asegur¨® que, ¨¦l ni si quiera ten¨ªa despacho y s¨®lo asist¨ªa a los consejos.
Sobre la acusaci¨®n de delito fiscal, dijo que su empresa procedi¨® a regularizar las facturas cuando ¨¦l ya no era presidente de la entidad, por lo que desconoce c¨®mo se hizo la regularizaci¨®n y si ¨¦sta tuvo car¨¢cter "global y extracontable", como mantiene el abogado del Estado.
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