La vieja amiga
Es un consejero, un benefactor, un hombre sensato. Ha inaugurado el oto?o con una buena noticia, que le junta con otros colegas suyos en la rememoraci¨®n de un tiempo terrible, feliz e inolvidable. Cuando ven¨ªa a Madrid, desde Barcelona, como un joven abogado del Estado que tambi¨¦n escrib¨ªa poemas, le recib¨ªa su amigo Juan Benet, que le gritaba:-?Alberto, vamos al Supremo, a por tabaco!
Rosa Reg¨¢s, la escritora y editora, amiga com¨²n de los dos, que es quien ha contado esta benetiana, dice que Alberto Oliart sonre¨ªa como sonr¨ªe ahora, amable y prudente, ladeando la cabeza como si le pesara en ese momento para este lado. Se dir¨ªa que su rostro, que a veces tiene barba y que pod¨ªa haber sido ensombrecido por tanto avatar como tiene la vida, disfruta del peso amable de esa sonrisa, que acaso revela tambi¨¦n un modo de ser, y de estar. Ahora le acaba de dar un jurado muy prestigioso el Premio Comillas que convoca la editorial Tusquets, cuya insistencia en la publicaci¨®n de memorias habr¨ªa que premiar a su vez, pues contribuye a que se aten¨²e la pasi¨®n olvidadiza de nuestro Pa¨ªs, a la que precisamente ha aludido Oliart a la hora de referirse a la ambici¨®n de su obra. Libros aparecidos bajo este signo, como la hermosa memoria de Manuel Azc¨¢rate o el escalofriante relato (La escritura o la vida) de Jorge Sempr¨²n, son compa?¨ªas a las que Oliart ahora se suma.
Siempre le hemos visto haciendo algo por los otros, en p¨²blico y tambi¨¦n en silencio; con esta ¨²ltima voz, Oliart ha sido quien m¨¢s ha insistido para que se perpet¨²e el ejemplo y la memoria de amigos suyos barridos por la desgracia del tiempo y que fueron no s¨®lo ¨ªntimos confidentes de su vida sino tambi¨¦n seres a los que prest¨® ese consejo discreto que muchas veces se oculta tras aquella sonrisa pausada que define su rostro. No se sabe, claro, qu¨¦ contar¨¢ en su libro de memorias, pero no cabe duda de que se las deb¨ªa a su generaci¨®n, a los que hemos venido luego e incluso a s¨ª mismo, pues las memorias reedifican y, comprenden y seguro que este gesto suyo de recordar servir¨¢ a los, otros para recordarse mejor. ?l ha sido y es un gozne importante de aquel grupo imprescindible de ciudadanos inteligentes que sufrieron pr¨¢cticamente durante toda su vida la sombra de la dictadura. Acaso por eso mostraron siempre tan desaforado amor a la vida, y tantas veces un amor perturbado por la libertad. Esa generaci¨®n, por supuesto, fue cruzada adem¨¢s en su infancia por las mayores contradicciones de que ha sido capaz este pa¨ªs dividido por la mezquindad civil, y lo que ayuda sin duda a afirmarse m¨¢s en la certeza de que la democracia y la libertad se conquistan cada d¨ªa en medio de los rescoldos del fascismo latente.
Dice ¨¦l que por esta ¨²ltima convicci¨®n se meti¨® en pol¨ªtica, y se dir¨ªa, observando su hoja de servicios, como persona privada y como ciudadano, que ese gesto suyo fue tambi¨¦n una obra de desprendimiento, una obligaci¨®n de cumplimiento, como dir¨ªa Jes¨²s Aguirre. Es seguro que por este avatar azaroso de la pol¨ªtica pas¨® como ten¨ªa que pasar, como un personaje ejemplar,, dedicado a su trabajo como si ¨¦se fuera su oficio de siempre, cuando en realidad es, sobre todo, un poeta que guarda sus versos como si fueran susurros secretos.
Ha dicho una bella frase sobre su regreso a la vocaci¨®n principal: este libro que ha escrito "es un reencuentro en la parte final de mi vida con una vieja amiga, la literatura". La vieja amiga que jam¨¢s abandona, y que se queda con nosotros m¨¢s all¨¢ de la propia conciencia de lo que es la literatura para convertirse en la parte de ac¨¢ de los sue?os; esta gente -Oliart, Barral, Caballero Bonald, Angel Gonz¨¢lez, Jaime Salinas, Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde, Jaime Gil de Biedma, Marc¨¦, Benet, Hortelano, los que han hecho memorias, los que a¨²n est¨¢n en ello -ha estado signada por esa relaci¨®n ben¨¦fica con la vieja amiga. Para fortuna de todos a gran parte de ellos esa vieja amiga les ha llevado por el camino de los recuerdos, y entre ellos han construido un fresco de cuya densidad se deriva tambi¨¦n una historia diferente de este pa¨ªs.
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