Balones fuera
Ning¨²n favorito se reconoce como tal en la salida de la Vuelta
De repente el miedo. O la t¨¢ctica. O el contador de palabras. O los hechos cercanos. La ceremonia, de la v¨ªspera de la Vuelta fue la del olvido de las machadas. La de los balones fuera y que los coja quien quiera, que a m¨ª me queman. Olano s¨®lo es el m¨¢ximo favorito para sus rivales, que no para ¨¦l. Jalabert otro tanto y de Z¨¹lle no digamos. Dufaux es un cordero y Tonkov el ogro, aunque ¨¦ste ayer se encontr¨® con un problema: fue golpeado por un coche mientras se entrenaba y fue trasladado a un hospital. Sus t¨¦cnicos aseguraron que hoy tomar¨¢ la salida, pero habr¨¢ que comprobar si hay seculeas del golpe recibido en su hueso sacro. Escart¨ªn tambi¨¦n debe contar. Y nada m¨¢s. Unzue, Saiz, Roussel, Pino y compa?¨ªa. Los directores y alg¨²n ciclista tocan madera y hablan. Y miran para otro lado. Y Olano da una lecci¨®n de toreo.Que alguien diga si alguna vez ha o¨ªdo una frase m¨¢s repetida que ¨¦sta -"vengo con mucha ilusi¨®n y con ganas de hacerlo lo mejor posible"- en cualquier acontecimiento deportivo. A ella se agarr¨® un Olano sonriente, distendido, bromista y generoso en su conferencia de prensa. Modelo para copistas. S¨®lo que su propio estado de ¨¢nimo parec¨ªa traicionar sus palabras.
Otro modelo de conducta. "No, los favoritos son Olano y, despu¨¦s, Jalabert. Dufaux no es m¨¢s que un outsider". Lo dice Bruno Roussel, el director franc¨¦s del Festina -s¨®lo se llamar¨¢ su equipo as¨ª hasta Huelva, en territorio extranjero, despu¨¦s ser¨¢ Lotus -justo en la fachada del Monasterio de los Jer¨®nimos, enfrente de la torre de Belem, a orillas del Tajo ya mar. Habr¨¢ que creerle ya que el escenario obliga. Pero ?por qu¨¦?. ?No es acaso su presencia, la de Roussel, el todopoderoso director, aqu¨ª en la Vuelta, una carrera en la que nunca hab¨ªa estado,, un indicio de que espera lo mejor de su corredor?.
Olano, el ¨²nico ciclista que convoc¨® a los medios, contin¨²a con su faena. "No soy el favorito", dice. "Es como cuando el Tour. El favorito era Riis, el campe¨®n saliente, y ahora es la ONCE, que lo ha ganado dos veces". El guipuzcoano, fino como en el Tour 71 kilos y 6% de grasa-, se siente bien. El mes de agosto -s¨®lo ocho d¨ªas de competici¨®n- ha sido de mantenimiento -s¨®lo cuatro d¨ªas con entrenamientos de calidad- y de recuperaci¨®n.
Ambas cosas ha hecho; ha mantenido la forma con la que termin¨® el Tour ganado la contrarreloj a Ullrich, y ha recuperado las ganas de correr y ganar, el ansia psicol¨®gica de competir. Y de responder. "No era cierto que fuera pasado de rosca al Tour. El cuerpo tiene sus altos y sus bajos y en el Tour me tocaron los bajos". Es su conclusi¨®n de su cuarto puesto y de la agon¨ªa en la monta?a. "Pero no estoy mejor que antes del Tour. Entonces tambi¨¦n iba muy f¨¢cil". Una forma de no decir nada. Olano tiene moral porque en este mes, en la Vuelta a Burgos, subiendo las Lagunas de Neila, vio c¨®mo le entraba el turbo en la monta?a. C¨®mo su motor sub¨ªa de revoluciones ascendiendo. Ha recuperado potencia, subiendo, su punto d¨¦bil. Y en esta Vuelta tan monta?osa -cuatro finales en alto consecutivos- es fundamental.
Roussel contin¨²a leyendo la Vuelta. Quita posibilidades a su nuevo reclutamiento, Alex Z¨¹lle. "Deber¨¢ intentarlo hacer bien un d¨ªa y pensar en el Mundlial contrarreloj", dice. "Es como mejor le ir¨ªa". Sin embargo, se queda s¨®lo en la solicitud. El suizo, defensor del t¨ªtulo, es el hombre m¨¢s temido precisamente porque nadie sabe c¨®mo est¨¢. Precisamente porque es el corredor m¨¢s parecido a Olano: buen contrarrelojista y resistente en la monta?a. Lo de hablar de Tonkov y dem¨¢s son maniobras de distracci¨®n.
Como la teor¨ªa del abanico -no la del viento- a la que se han abonado los de Banesto y ONCE. "Es una teor¨ªa interesada ¨¦sa de que esto va a ser un duelo cara a cara", dice Manolo S¨¢iz. "Es la Vuelta en la que m¨¢s equilibrio de favoritos hay en el kil¨®metro cero", dice Unzue. "Nosotros, la ONCE, el Mapei de Torikov y el Festina de Dufaux". Nada de duelo. Lucha abierta.
Ninguno lo dice, pero a todos se les ve en la cara: est¨¢n convencidos de que va a ser una Vuelta apasionante.
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