"El Gobierno privatiza las empresas p¨²blicas para que se apropien de ellas sus amigos"
Joaqu¨ªn Almunia, bilbaino 49 a?os, fue elegido secretario general del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) el 22 de junio pasado. Fue, con 34 a?os, el ministro m¨¢s joven del PSOE. Tras encargarse de Trabajo, asumi¨® la cartera de Administraciones P¨²blicas. Ahora lleva todo el pes¨® del partido y parece aceptar la carga con una tranquilidad que sorprende.Pregunta. El ¨²ltimo sondeo del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) sobre la situaci¨®n pol¨ªtica contiene datos interesantes. Por ejemplo, que usted, un reci¨¦n llegado, ha sido valorado igual que Felipe Gonz¨¢lez y cuatro d¨¦cimas mejor que el propio presidente Aznar.
Respuesta. Lo de igualar a Felipe me llena de orgullo y satisfacci¨®n. Lo de superar a Aznar me alegra.
P. De la misma encuesta se desprende que la valoraci¨®n general de los espa?oles sobre la situaci¨®n pol¨ªtica es buena. Ante esa opini¨®n mayoritaria, ?qu¨¦ va a ofrecer el PSOE para ganar al PP?
R. En esa tranquilidad de la gente, en esa serenidad con que se contempla la marcha de la vida p¨²blica, en ese grado de entendimiento de que las cuestiones econ¨®micas van bien, nosotros tambi¨¦n hemos colaborado; nos sentimos parte activa en el logro de esa serenidad en la vida p¨²blica, que ha superado la crispaci¨®n y la tensi¨®n introducidas por el Partido Popular en los ¨²ltimos a?os en los que no soportaba seguir en la oposici¨®n y quer¨ªa llegar al Gobierno por los medios que fuera. Nosotros, ni entonces alentamos esa situaci¨®n -fuimos v¨ªctimas de ella- ni ahora estamos dispuestos a colaborar a que se produzca.
P. Y ante los buenos datos econ¨®micos, ?tiene el PSOE algo distinto que ofrecer?
R. Una cosa muy importante: repartir bien los beneficios de esa buena situaci¨®n econ¨®mica, cosa que no est¨¢ sucediendo. El Gobierno est¨¢ desaprovechando, despilfarrando una buena situaci¨®n econ¨®mica, ayudando y beneficiando a unos pocos y dejando sin parte de los beneficios a una mayor¨ªa. El presidente Aznar utiliza la tijera con una mano y da regalos con la otra. Tenemos el ejemplo de las pensiones. En el momento en que se nos insiste en la maravillosa situaci¨®n econ¨®mica que atravesamos, en el momento en el que se nos anuncia que la privatizaci¨®n parcial de una empresa p¨²blica como Endesa ya a reportar a las arcas p¨²blicas antes de fin de a?o unos 800.000 millones de pesetas, en ese momento se est¨¢ negando a los pensionistas una mejora de su situaci¨®n en 300 o 400 pesetas al mes, o se ha negado a los maestros en este a?o de 1997 un aumento de 2.500 o 3.000 pesetas en su salario. Se est¨¢ repartiendo mal una buena situaci¨®n econ¨®mica. ?sa es la diferencia entre. la derecha y la izquierda Con la derecha, la econom¨ªa est¨¢ creciendo, pero las desigualdades tambi¨¦n. Con el PSOE, crec¨ªa la econom¨ªa al mismo tiempo que la igualdad.
P. Estamos en puertas de discutir los Presupuestos para 1998 ?Qu¨¦ va a hacer el Partido Socialista?
R. Primero hay que conocer el proyecto de Presupuestos que el Gobierno env¨ªe al Parlamento. No vamos a tener ning¨²n empacho en reconocer que hay puntos de coincidencia entre las l¨ªneas que seguir¨ªa el PSOE y las que marque el PP; aunque ser¨ªa mejor decirlo al rev¨¦s: es el PP el que sigue ahora las l¨ªneas marcadas por el PSOE, muy especialmente en las decisiones a adoptar para sumarnos a la moneda ¨²nica. El d¨¦ficit p¨²blico se puede y se debe reducir. Pero sin aumentar las desigualdades sociales. Las medidas en materia de impuestos que ha adoptado el Gobierno en 1996 y en el Presupuesto de 1997 han sido medidas injustas con las rentas m¨¢s bajas y favorables a las rentas m¨¢s altas, y me temo que esto puede suceder de nuevo en 1998.
P. Parece que ustedes hacen mucho hincapi¨¦ este oto?o en el tema educativo.
R. Hasta ahora la educaci¨®n ha sido la gran olvidada de las pol¨ªticas del Gobierno, que se ha desentendido de aportar voluntad pol¨ªtica, imaginaci¨®n, esfuerzo para garantizar en Espa?a una educaci¨®n, una ense?anza de calidad. Est¨¢ siendo incapaz de desarrollar una reforma de las ense?anzas medias, de acabar una reforma que nosotros hab¨ªamos iniciado, sin tampoco proponer una alternativa con un modelo educativo distinto pero que persiga una ense?anza de calidad. Ese olvido, ese desprecio por la educaci¨®n, se demuestra en muchas cosas, pero tambi¨¦n en la incapacidad de aportar recursos suficientes para garantizar esa ense?anza de calidad, y se lo est¨¢n diciendo no s¨®lo los socialistas, las Comunidades Aut¨®nomas gobernadas por el PSOE, sino que se lo est¨¢n diciendo sus propias Comunidades Aut¨®nomas y sus propios aliados parlamentarios.
P. ?La sanidad ser¨¢ otro punto de conflicto presupuestario?
R. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se present¨® en el debate de investidura hace m¨¢s de un a?o, en mayo del 96, anunciando una preocupaci¨®n prioritaria por las reformas de la sanidad, que todav¨ªa no han llegado. Ahora el Gobierno se ve pillado, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar le tiene que ofrecer a Jordi Pujol un acuerdo en materia de financiaci¨®n sanitaria para que apoye los Presupuestos del pr¨®ximo a?o. Pero en esa reforma de la financiaci¨®n sanitaria, que implica m¨¢s recursos financieros, tienen que estar presentes no s¨®lo Aznar y sus aliados parlamentarios, sino todas las Comunidades Aut¨®nomas, entre otras la Junta de Andaluc¨ªa, que es la comunidad que gestiona el mayor presupuesto sanitario despu¨¦s del Insalud. Por tanto, yo estoy convencido de que de aqu¨ª al debate presupuestario de este oto?o vamos a tener un acuerdo sobre financiaci¨®n sanitaria y que el Gobierno har¨¢ lo que tenga que hacer para buscar recursos que permitan financiar ese nuevo mecanismo de financiaci¨®n sanitaria.
P. ?Y de d¨®nde va a sacar el Gobierno ese dinero para cubrir esas necesidades?
R. He le¨ªdo -no s¨¦ si al final ser¨¢ un nuevo globo sonda- que Hacienda est¨¢ pensando en no compensar el aumento de los precios a la hora de decidir la tarifa del IRPF. Efectivamente, puede conseguir m¨¢s ingresos, b¨¢sicamente de los asalariados, pero con eso incumplir¨¢n de manera flagrante dos compromisos electorales del PP. Primero, la promesa de bajar el IRPF, que siempre lo anuncian para el a?o siguiente pero nunca lo hacen, y segundo, que nunca dejar¨ªan de compensar en la tarifa del impuesto del IRPF la devoluci¨®n de la inflaci¨®n, para que en la pr¨¢ctica no se produjera una mayor presi¨®n fiscal.
P. Una de las preocupaciones del PSOE durante este a?o es el nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica.
R. A estas alturas, un a?o despu¨¦s de su dise?o, de su env¨ªo al Parlamento, es dif¨ªil creer que exista un modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Existe un acuerdo del PP con sus aliados parlamentarios, pero un a?o despu¨¦s nadie ha hecho uso de la capacidad normativa. Por tanto, el Gobierno actu¨® de manera irreflexiva, de manera improvisada, rompiendo la unidad tributar¨ªa del impuesto de la renta sin que nadie realmente le estuviese pidiendo tal actuaci¨®n. Un a?o despu¨¦s, no sabemos cu¨¢nto cuesta el modelo ni c¨®mo distribuye sus recursos ese modelo. Para colmo, el principal art¨ªfice del pacto con el PP para construir un nuevo sistema de financiaci¨®n, que fue CiU, le est¨¢ idiendo al Gobierno un cambio radical en la financiaci¨®n auton¨®mica. Se lo ha anunciado ya en los ¨²ltimos meses y lo han reiterado en estas ¨²ltimas semanas, como aperitivo para el debate presupuestario, Aqu¨ª, el ¨²nico elemento de la financiaci¨®n auton¨®mica que ha quedado fijado para los pr¨®ximos cinco a?os es el cupo vasco. En todo lo dem¨¢s nos movemos en una absoluta confusi¨®n, en una absoluta desorientaci¨®n del Gobierno y en un clima extraordinariamente m¨¢s negativo que hace un a?o, porque ahora no s¨®lo no tenemos un modelo que s¨ª tuvimos hasta el 31 de diciembre de 1996, sino que el grado de recelos y de agravios comparativos que se han creado entre unas comunidades y otras es extraordinariamente preocupante. En pol¨ªtica auton¨®mica, el Gobierno ha iniciado un mete¨®rico viaje a lo desconocido.
P. Otro de sus puntos claros de fricci¨®n con el PP se produce en el ¨¢mbito de la justicia.
R. Por un lado, hay problemas de funcionamiento en la justicia que debemos resolver, que deber¨ªamos ser capaces de resolver, con un acuerdo. Pero hay algunos requisitos que, a mi modo de ver, son indispensables para poder buscar ese com¨²n acuerdo, y uno de ellos, sin duda, es que desde todas las fuerzas pol¨ªticas debemos demostrar un riguroso respeto a las decisiones de las funciones judiciales. A m¨ª me ha escandalizado ver en estos d¨ªas al portavoz del Partido Popular en materia de justicia, e incluso al portavoz parlamentario del Partido Popular, ponerse al lado de Julio Anguita cuando ¨¦ste insultaba y calumniaba nada menos que a un presidente de Sala del Tribunal Supremo. Me parece que es impensable que el partido del Gobierno se sit¨²e al lado de quienes no est¨¦n respetando las reglas del juego de un Estado democr¨¢tico de Derecho. Hay, adem¨¢s, otro elemento imprescindible para cualquier acuerdo: debe haber una renuncia expresa de todo partido pol¨ªtico a politizar la justicia de una forma u otra, y eso incluye la renuncia a personarse en sumarios de instrucci¨®n de causas penales para tratar -desde un partido pol¨ªtico- de condicionar la marcha de la justicia.
P. ?Qu¨¦ siente el secretario general del PSOE al comenzar el juicio del caso Filesa?
R. Mucho respeto por el Tribunal Supremo, que est¨¢ juzgando el caso Filesa y va a acabar de juzgar el caso Filesa. Y a la vez, una gran indignaci¨®n por la hipocres¨ªa de la que est¨¢ dando muestras el Partido Popular. El PP es el partido de los casos Naseiro, Burgos, Zamora, del caso Ca?ellas, Hormaechea, de tantos otros esc¨¢ndalos en materia de financiaci¨®n. El se?or Lacalle, responsable del Partido Popular en Catalu?a, se permiti¨® el lujo de decir en p¨²blico hace poco tiempo, hace unos tres meses, que era normal eso de que un responsable pol¨ªtico del PP como ¨¦l fuera pasando "el platillo", y nadie del PP se ha escandalizado de esa manifestaci¨®n del se?or Lacalle. Vamos a discutir en oto?o sobre financiaci¨®n de partidos, a iniciativa de muchos grupos parlamentarios... No hay muchas discrepancias ya entre unos y otros sobre lo que debe decir la pr¨®xima legislaci¨®n de partidos, cosa que es un hecho muy positivo. Lo que s¨ª hay que exigir -y lo que exijo a mi partido se lo exijo a los dem¨¢s- es que cumplamos a rajatabla la ley, la actual y la futura. Yo le garantizo que en el Partido Socialista Obrero Espa?ol yo me he encontrado -y quien me suceda se va a encontrar- con una financiaci¨®n absolutamente escrupulosa y acorde con lo que dice la ley.
P. ?Qu¨¦ piensa el Partido Socialista en cuanto a la actuaci¨®n del Gobierno en torno a los medios de comunicaci¨®n?
R. El Gobierno se emplea a fondo en controlar y manipular los medios de comunicaci¨®n que est¨¢n directamente bajo su dependencia, los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, y en el manoseo de los telediarios de la una, de la dos y me temo que de la tres.
P. ?Cu¨¢l es la tres?
R. Usted mismo lo sabe. La que tiene el 3 en el nombre. ?Pero qu¨¦ hace el Gobierno con los medios de comunicaci¨®n que no son p¨²blicos? Pues hace dos cosas: a unos los compra a trav¨¦s de sus amigos o los trata de controlar y condicionar. A los que no puede ni comprar ni controlar los persigue o los amenaza. Y lo hace conculcando, a nuestro modo de ver, los principios y las normas constitucionales -ya hemos llevado ante el Tribunal Constitucional alguna de sus decisiones-, y lo hace conculcando y violando la legislaci¨®n europea, que tambi¨¦n hay que cumplir en Espa?a, como es el caso de la ley de televisi¨®n digital aprobada por el Parlamento espa?ol. Lo que no reconoc¨ªan antes del verano ahora ya empiezan a reconocerlo, y es que, y vuelvo de nuevo a ese ejemplo, hab¨ªa incumplido de manera flagrante las normas comunitarias. Lo que yo les pido es que la corrijan cuanto antes, mediante un decreto-ley, para tratar de evitar que la Comisi¨®n Europea, a mediados de este mes, se vea obligada a llevar a Espa?a ante la Corte Europea.
P. Ustedes apostaron claramente por una pol¨ªtica de privatizaciones. ?Qu¨¦ opina de c¨®mo ha continuado el PP ese camino?
R. Al final del siglo XX seria est¨²pido que un partido pol¨ªtico estuviese en contra por principio de privatizar. ?se es un debate, una reflexi¨®n, de hace cincuenta a?os; ahora casi nadie tiene reparos o escr¨²pulos en conjugar el verbo privatizar. Lo que sucede es que no todas las privatizaciones son igual de positivas, ni todas se hacen con los mismos procedimientos, ni todas tienen lugar en un entorno homog¨¦neo. En materia de telecomunicaciones, privatizar la empresa gestora del monopolio de tel¨¦fonos, Telef¨®nica -cosa que ha sucedido con este Gobierno-, no significa que desde el Gobierno, desde el Parlamento, se deba dejar de regular el derecho de todos los ciudadanos para recibir servicios, para recibirlos en buenas condiciones y a que no existan abusos por parte de la empresa que gestiona los tel¨¦fonos. Pero este Gobierno confunde la privatizaci¨®n con la jungla, con el caos, con la ausencia de toda regulaci¨®n en una serie de servicios. Y no s¨®lo privatiza y desregula, sino que no conf¨ªa, no apoya, no cree en los organismos que ya existen en la Administraci¨®n para vigilar el correcto funcionamiento de los servicios, especialmente una vez que desaparece la presencia del Estado en las empresas que los prestan. El Gobierno confunde la privatizaci¨®n con la apropiaci¨®n de las empresas. Y lo que est¨¢ ocurriendo es que el Gobierno privatiza las empresas p¨²blicas para que se las apropien sus amigos. Y las empresas no se privatizan para que se las queden los amigos del se?or presidente del Gobierno; las empresas se privatizan cuando hay que privatizarlas porque eso beneficia a la econom¨ªa, permite el impulso de los sectores econ¨®micos en los que funcionan esas empresas y permite que haya entrada de capital privado que aporta tecnolog¨ªas.
P. ?C¨®mo van las relaciones con Izquierda Unida?
R. Hemos tenido ya una reuni¨®n desde mi elecci¨®n como secretario general para marcar las l¨ªneas del di¨¢logo. Sabemos que nos vamos a encontrar con discrepancias muy importantes y profundas en materia europea, en materia de pol¨ªtica de seguridad o en pol¨ªtica econ¨®mica. Tenemos otras discrepancias pol¨ªticas que a m¨ª me gustar¨ªa que pudiesen ser superadas mediante una reconsideraci¨®n de la l¨ªnea que ha venido siguiendo IU en los ¨²ltimos tiempos. Julio Anguita ha sido mucho m¨¢s una muleta para el PP que un compa?ero de oposici¨®n para el PSOE frente al Gobierno de Aznar.
P. Haga su calendario pol¨ªtico.
R. Hay una fecha cierta, que son las elecciones gallegas, el 19 de octubre. Estoy convencido de que la derecha no va a seguir gobernando en Galicia despu¨¦s de las elecciones. Como me dec¨ªa hace pocos d¨ªas Abel Caballero, el ciclo de la derecha en Galicia iba m¨¢s adelantado que el de la derecha en Espa?a. All¨ª ganaron antes las elecciones y las van a perder antes, con un a?o o dos de diferencia. Despu¨¦s vendr¨¢n las elecciones vascas, en primavera, y vamos a ver qu¨¦ pasa. Lo que me gustar¨ªa es que, con ocasi¨®n de la coalici¨®n que surja despu¨¦s de las elecciones en el Pa¨ªs Vasco, no se quiebre la unidad de las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas en la lucha contra el terrorismo. En todo caso, ni las elecciones gallegas ni las vascas hasta ahora han tenido grandes repercusiones en la pol¨ªtica nacional. En cambio, las elecciones catalanas, que se sit¨²an en el horizonte del oto?o del 98 o a principios del 99 -en todo caso antes de las municipales y auton¨®micas de 1999-, s¨ª son elecciones que han tenido y van a tener repercusiones en la pol¨ªtica nacional. Imag¨ªnese por un momento una cosa posible y no s¨®lo deseable, sino probable, y es que el PSC gane por primer vez desde el ano 80 las auton¨®micas y gobierne en Catalu?a. Eso sin duda supone cambios importantes de la pol¨ªtica nacional tambi¨¦n, dado el papel que viene representando CiU, que marca ahora la actual mayor¨ªa parlamentaria.
P. ?La convocatoria de elecciones catalanas influir¨ªa en el apoyo de Pujol a Aznar?
R. ?sa es una buena pregunta para el se?or Pujol. Digamos que lo que s¨ª puede suponer -hablo en hip¨®tesis-, igual que sucedi¨® en el a?o 95, es que la inminencia de unas elecciones auton¨®micas en Catalu?a le haga a Pujol y a Converg¨¨ncia alejarse de los apoyos que vienen prestando al Gobierno central. Es pura hip¨®tesis.
P. ?La euforia que puede desatar la entrada de Espa?a en el Sistema Monetario Europeo alterar¨ªa el calendario?
R. No. Yo creo que el Gobierno, en alg¨²n momento, ha manejado esa hip¨®tesis. Ahora me parece que Aznar cuenta con una legislatura m¨¢s larga, entre otras cosas porque los estudios de opini¨®n le dicen que, si se disolviesen ahora las C¨¢maras, perder¨ªa las elecciones. En su estrategia de hace un a?o a lo mejor aspiraban a tener hoy sondeos del CIS encima de la mesa que les diesen una mayor¨ªa absoluta. Pero lo que les da, cocinas aparte, es que nosotros vamos delante.
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