Mosc¨² recupera su Museo Hist¨®rico tras 11 a?os de restauraci¨®n
La estrella roja comunista ha sido expulsada de la torre del Museo Hist¨®rico de Mosc¨² y sustituida por el ¨¢guila bic¨¦fala zarista. Es el pr¨®logo, inevitable en estos tiempos de la reapertura y tras 11 a?os de trabajos de restauraci¨®n, de 13 de las 47 salas del museo, que acoge muestras de las costumbres, la cultura y la religi¨®n de Rusia a trav¨¦s de los tiempos, desde la prehistoria a la revoluci¨®n bolchevique de 1917. En una fase posterior habr¨¢ salas dedicadas tambi¨¦n al resto del siglo XX.S¨®lo una m¨ªnima parte de unos fondos que superan los cuatro millones de documentos y objetos son accesibles al p¨²blico. Ni siquiera cuando se inaugure el resto del museo, podr¨¢ exhibirse m¨¢s del 15%.
El primer ministro, V¨ªktor Chernomirdin, presidi¨® la inaguraci¨®n y aprovech¨® para decir que su personaje hist¨®rico favorito es Pedro el Grande. Explic¨® por qu¨¦: "Si hab¨ªa que construir, tomaba un pico; si hab¨ªa que estudiar, estudiaba y hac¨ªa que los dem¨¢s estudiasen". El zar que se invent¨® San Petersburgo (el tricentenario del evento se festejar¨¢ en el 2003) estar¨¢ muy presente en el museo, por ejemplo con una m¨¢scara de plata y oro adornada con una corona de hojas de oro. Forma parte de la exposici¨®n Reliquias de la historia estatal de Rusia, que tambi¨¦n incluye el rifle de caza de Isabel II, uniformes militares y joyas.
Rica tradici¨®n
Otra muestra, Santos de Mosc¨², est¨¢ dedicada a la rica tradici¨®n religiosa rusa. El hecho de que exista explica hasta qu¨¦ punto han cambiado las cosas desde el momento en que el museo se cerr¨® para su restauraci¨®n, en 1986, con la perestroika todav¨ªa titubeante y la URSS todav¨ªa viva, y este 1997 en el que quedan ya pocas estatuas de Lenin en pie y las iglesias, renovadas o de nueva planta, surgen como hongos en oto?o.
Un ala formada por ocho salas acoge m¨¢scaras de la muerte de Siberia de hace 2.000 a?os y piezas de cer¨¢mica y joyer¨ªa procedentes sobre todo del C¨¢ucaso. Los objetos m¨¢s antiguos que se exhiben tienen m¨¢s de 300.000 a?os.
El totalmente reconstruido sal¨®n de entrada muestra un espectacular techo con frescos de las familias de los zares desde el siglo X hasta Alejandro II, el emperador que emancip¨® a los siervos y que muri¨® en un atentado con bomba cometido en 1881 por un activista de la organizaci¨®n Voluntad del Pueblo. Dos a?os despu¨¦s del magnicidio abr¨ªa sus puertas el museo para conmemorar la coronaci¨®n de su hijo, Alejandro III.
El museo es un enorme edificio de ladrillo rojo que da a la plaza Roja, a cuya fisonom¨ªa contribuye decisivamente junto a las murallas del Kremlin, el mausoleo con la momia de Lenin, la catedral de San Basilio y el complejo comercial GUM. Durante la ¨¦poca sovi¨¦tica, se convirti¨® en el Museo de Historia de las Naciones de la URSS. El objetivo de su nueva direcci¨®n es que no se vuelva a caer en la ideologizaci¨®n de entonces, pero parece m¨¢s probable que, simplemente, lo que cambie sea la ideolog¨ªa que se exalte.
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