Estudiantes se da un fest¨ªn
Quiz¨¢ fue una cuesti¨®n de autoestima. O de supervivencia. O de algo por el estilo. El caso es que Estudiantes se dio un paseo a costa de un C¨¢ceres impropio de una Liga, la ACB, que quiere recuperar todo su esplendor. El cuadro madrile?o hab¨ªa salido malparado, derrotado y hundido de su primera aparici¨®n en el campeonato, el pasado s¨¢bado en Valencia. Ayer se sac¨® la espina y quiz¨¢ algo m¨¢s.Sin m¨¢s ayuda exterior que la de unos pocos fieles, el cuadro madrile?o apabull¨® a su rival porque as¨ª lo quiso desde el primer momento. Porque as¨ª pareci¨® exigirlo algo intangible que m¨¢s tiene que ver con el ¨¢nimo que con la calidad. El C¨¢ceres no existi¨®. Quiz¨¢ quiso, pero se qued¨® en las tinieblas.
Ten¨ªa prisa Estudiantes. Prisa por tapar el agujero de su derrota en el estreno, tan inesperada como desesperante para un equipo al que le falta reconocimiento econ¨®mico, pues a¨²n sigue sin esponsor, y le sobran galones, l¨¦ase participaci¨®n en la Liga Europea. O sea, que tras el Bar?a y el Madrid est¨¢ Estudiantes.
La derrota en Valencia enfureci¨® el ego de unos jugadores que, para empezar, se encontraron con un pabell¨®n donde el ruido era for¨¢neo, por obra y gracia de la legi¨®n de aficionados cacere?os que hasta Madrid viajaron. Eso, en un equipo como Estudiantes, duele m¨¢s que en ninguno.Sociol¨®gicamente la pregunta surge inocente: ?Qu¨¦ es Estudiantes sin su afici¨®n?
Por lo visto ayer, un equipo enorme, que mantuvo una intensidad coercitiva en su juego. Por ganas y, sobre todo, por talante. Talante ganador, se llama. Siempre encontr¨® Estudiantes la v¨ªa adecuada. Se le podr¨¢n buscar lagunas al C¨¢ceres y se le encontrar¨¢n oc¨¦anos. Pero en el mejor de sus momentos, el equipo extreme?o hubiera sido incapaz de parar a este Estudiantes.
Diez minutos le bastaron a Azofra para empeque?ecer al rival. 39-30 ganaba Estudiantes cuando ¨¦l se fue al banquillo. Con 46-41, tras el descanso, regres¨®. Y su vuelta dur¨® otros 10 minutos. Fueron suficientes. Por mucho que Manolo Flores, el entrenador del C¨¢ceres, le pusiera enfrente a Arcega, Bernab¨¦ o Harris, el base estudiantil se bast¨® para llevar al marcador a una diferencia insalvable (75-56), a falta de ocho minutos.
Flores intent¨® m¨¢s cosas. Presiones, marcajes zonales, individuales, dos contra uno... de todo. Pero a su equipo le falt¨® el car¨¢cter que le sobr¨® a un Estudiantes febril, que fue aumentando las distancias a velocidad de v¨¦rtigo, sin necesidad de que el jefe, Azofra, estuviera en la cancha. Jim¨¦nez, De Miguel, B¨¢rcenas y compa?¨ªa, la compa?¨ªa la ponen los americanos, reivindicaron un sitio entre los mejores y pidieron a gritos que la afici¨®n vuelva a apoyar a este equipo, que pasen y vean. Y, por lo visto ayer, que disfruten.
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