Marat¨®n
Recuerdo un abisinio, o et¨ªope; recuerdo un yugoslavo, o serbio o bosnio: son pa¨ªses que cambian de nombres, de fronteras, a medida que otros lo quieren. Pa¨ªses pobres. Recuerdo aquellos grandes del marat¨®n: y un Fin¨¦s, y un zaire?o, y un norteafricano, que ganaron maratones famosos. Y carreras de fondo. C¨®mo voy a olvidar a Vicente Haro, de Tierra de Campos, que ser¨¢ un pariente lejano. Son pruebas de atletismo de pa¨ªses donde se vive dif¨ªcilmente: la concesi¨®n del Pr¨ªncipe de Asturias al equipo espa?ol de marat¨®n me ha parecido un reconocimiento de la Espa?a profunda. No s¨¦ si resistir es ganar, como suele decir alg¨²n pol¨ªtico que lo ha perdido casi todo, pero que a¨²n resiste (Guerra, dicen) para ganar al largo final de la carrera: no se ve nunca. Ser¨¢ ¨¦ste un pa¨ªs de resistentes. Nuestros grandes triunfos, desde Viriato el lusitano, se cuentan por la resistencia al poderoso ocupante. Y la resistencia a Franco. Recuerdo que Goytisolo -el m¨ªo, Juan- se burlaba entonces del "resistencialismo", y, sin embargo, creo yo que las diversas formas de resistencia fueron gastando al r¨¦gimen y al posr¨¦gimen -Borb¨®n, Arias, Fraga- hasta el punto de que no pudo sucederse a s¨ª mismo. Yo mismo soy m¨¢s resistente que ofensivo, m¨¢s tortuga o m¨¢s loro, puesto que hablo mucho -incluso por escrito, facultad que a¨²n no tiene el loro-, lo cual nunca me ha hecho pensar en ganar, porque eso es imposible. El marat¨®n no es ¨²nico.En los grandes esfuerzos es posible encontrar que va delante un espa?ol. El rey de la monta?a, que se dec¨ªa en las vueltas ciclistas a Francia -aparte: la retirada de Indur¨¢in ?ha devorado el inter¨¦s por las vueltas? ?Ser¨ªa el antipapa?-, sol¨ªa ser un espa?ol. Uno de ellos, me parece que Bahamontes, me explic¨® en Par¨ªs -en la embajada, el conde de Casa Rojas, valenciano, daba una paella de honor, y frutos secos y naranjas si era posible- que el que ha estado desde ni?o subiendo monta?as en bicicleta con c¨¢ntaros de leche, el d¨ªa que se los quitan simplemente vuela. Muchos llevan en este pa¨ªs los c¨¢ntaros de leche esperando que se los quiten, pero no ocurre. Estad¨ªsticamente dicen que s¨ª.
(Una sorpresa: el marat¨®n premiado como equipo, como colectivo. Los comentarios correctos hablan de la necesidad de que formemos todos equipos. Yo, en ese caso, y en algunos otros, prefiero "la soledad del corredor de fondo", que algunos citan como si fuera una pel¨ªcula: lo fue, pero despu¨¦s de la novela. Tambi¨¦n es un pa¨ªs de haza?as solitarias y desgarradas).
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