Tradici¨®n y modernidad

Ashok, un hombre que ronda la cuarentena, est¨¢ casado desde hace 15 a?os con Radha y ambos regentan un negocio, doble, mitad tienda de comidas para llevar a casa, mitad videoclub. Ambos viven con el hermano del hombre, Jatin, reci¨¦n casado con una joven de turbadora belleza, Sita, y entre todos, con la ayuda de un criado, Mundu, soportan a la madre de Ashok, Biji. Jatin no quiere a Sita, sino a una chino-india, una antigua amante con la que mantiene una tormentosa relaci¨®n. Radha no puede tener hijos, lo que constituye la tortura de Ashok, que se entrega a las ense?anzas de un guru.Con estos elementos, Deepa Mehta construye una trama altamente simb¨®lica, presidida no tanto por los sentimientos amorosos -que tambi¨¦n- como por todo por el enfrentamiento sin cuartel entre tradici¨®n y modernidad, una pr¨ªstina met¨¢fora de la historia de la India en los ¨²ltimos decenios. Un negocio cl¨¢sico, la comida, se complementa con el s¨ªmbolo de los nuevos tiempos, el v¨ªdeo.Como es buena norma en el cine de su pa¨ªs de origen -aunque viva y trabaje en Canad¨¢, Mehta es india por los cuatro costados, e incluso desde?¨® situar la acci¨®n del filme en su pa¨ªs de adopci¨®n-, la directora echa mano de los resortes gen¨¦ricos del melodrama, pero no para transitar por la socorrida senda del sacrificio femenino -una especialidad t¨ªpicamente india-, sino para contar con la mayor naturalidad una historia que inevitablemente se aboca al amor.

Fuego es, de ah¨ª su universal inter¨¦s, una llamada a la reflexi¨®n sobre las consecuencias de un arraigado patriarcado y una bella, bien trenzada y mejor desarrollada historia de amor.