Independencia judicial, abstenci¨®n, cainismo

Mientras el Consejo General del Poder Judicial aprueba, despu¨¦s de un an¨¢lisis objetivo y sereno, el Libro Blanco de la justicia y se interna en el desierto en busca de un juez tipo que sea independiente, incompatible, capaz y comprometido con la sociedad a la que sirve, un juez intenta su abstenci¨®n en defensa de estos valores, que quedar¨ªan en entredicho si resuelve, y otro, a trav¨¦s de un medio de comunicaci¨®n, califica la resoluci¨®n, que quiere ser independiente, de cainita, mendaz, c¨ªnica y prevaricadora, obligando a los que aprueban el Libro Blanco a remitir el art¨ªculo de prensa al fiscal general del Estado, que no descansa en su trabajo aunque pase desapercibido, ya que cuando asoma se pone en duda la legalidad de su designaci¨®n y nombramiento, con lo cual se pone en duda la correcci¨®n de sus decisiones.Creo que la opini¨®n que se tiene de la justicia por parte del ciudadano es la consecuencia de esta situaci¨®n. Es una opini¨®n negativa de la justicia en general. Es una opini¨®n negativa por la confusi¨®n que provoca en las personas el silencio, en muchos casos, del Poder Judicial, y la b¨²squeda ideal en otros, como tambi¨¦n la actuaci¨®n de algunos jueces, estrellas o sat¨¦lites, mientras que la inmensa mayor¨ªa se dedica a trabajar en silencio, sirviendo a la sociedad y comprometidos con sus valores. Otros, en cambio, emplean su tiempo en protagonismos y en la consecuci¨®n de unas retribuciones que llegan a ser, no complementarias de las que se tienen, como se pretende justificar, sino que superan en muchas ocasiones aqu¨¦llas e intentan aumentar su protagonismo, no con la cr¨ªtica o juicio de valor sobre una decisi¨®n judicial, sino con el insulto, aumentando si cabe la confusi¨®n y el descr¨¦dito de la justicia.

Sinceramente, pienso que este Estado no necesita la b¨²squeda de ning¨²n juez independiente, imparcial y comprometido con los valores de la sociedad a la que sirve, porque cuenta con ellos; es el Consejo General del Poder Judicial el que debe garantizar la independencia de cada juez a la hora de impartir justicia, limitando, desde la legalidad constitucional y ordinaria, actuaciones de unos pocos que, cubriendo su tiempo en cruzadas y trabajos que nada tienen que ver con su funci¨®n, provocan y ponen en tela de juicio la actuaci¨®n de todos y, lo que es mucho m¨¢s grave, la justicia, que es uno de los valores fundamentales que definen nuestra sociedad.

No creo que se precise la b¨²squeda de ning¨²n juez tipo, cualquier ciudadano t¨¦cnicamente preparado puede ejercer la funci¨®n y ser¨ªa mejor que emplearan el tiempo en garantizar la independencia a la hora de administrar justicia con mayores dosis de eficacia y trabajo.

Independencia que, como regla general, est¨¢ re?ida con la compatibilidad de la potestad jurisdiccional con otras actividades, pues el tiempo libre que resta para poder hacerlo es escaso, ya que fuera del trabajo existe tambi¨¦n el descanso y la familia, salvo que se quiera disfrazar la realidad de que algunos jueces dedican a la actividad extrajurisdiccional un tiempo muy superior, vali¨¦ndose de la inexistencia de horario, de la inexistencia de control de las resoluciones o utilizando esa falta de control en multiplicar hasta el infinito sus retribuciones o en agrandar su imagen y su propia satisfacci¨®n, cargando la responsabilidad en la lentitud tradicional en la Administraci¨®n de justicia, cuando las consecuencias no derivan de los textos procedimentales, aunque puedan influir por el cambio de la sociedad, sino de que se trabaje o no, y parece ser que no por parte de algunos.

Mientras esta situaci¨®n se quiera ignorar y se busquen f¨®rmulas de compatibilidad en atenci¨®n al n¨²mero de ingresos o retribuciones que pueda obtener un juez en actividades extrajurisdiccionales; mientras se busque esa compatibilidad en trabajos en quien tiene que ser independiente de todo y de todos; mientras el Consejo General del Poder Judicial, ¨®rgano que garantiza la independencia de los jueces, se dedique a reclamar competencias ejecutivas y presupuestarias y a buscar jueces tipo, las faltas cometidas por jueces se limita a remitirlas al fiscal general del Estado y no abre unas diligencias tratando de fijar la responsabilidad. Cuando en tres a?os, de 1.500 denuncias y 900 expedientes abiertos, archiva de plano m¨¢s del 50% y ¨²nicamente son 23 los jueces sancionados, sin que se conozca su identidad, aunque ninguno es de los que est¨¢n permanentemente en los medios de comunicaci¨®n, cuyos trabajos son conocidos y el tiempo que emplean en conferencias, cursos, intervenciones en programas... mejor ser¨ªa que, en lugar de buscar un juez tipo, pues cuenta con ellos, busque un vocal tipo que garantice la independencia del juez a la hora de administrar justicia y que corrija los excesos verbales o no en el tratamiento de algunos jueces con los ciudadanos y su trabajo extra.

Puede que por este cauce, junto con otros, la credibilidad de la justicia sea la adecuada, pues el ciudadano conocer¨ªa su aut¨¦ntica realidad y sabr¨ªa tambi¨¦n que los jueces no constituyen ni un grupo ni una hermandad y que cualquiera de ellos puede, denunciar hechos de otro, sin que ello implique que los dem¨¢s lo consideren cainita, m¨¢s bien antes al contrario; de ser ciertos hechos contrarios a la ley, es lo que est¨¢ obligado a hacer, ¨²nica forma de ser independiente, tal y como exige la Constituci¨®n, y de contar con un ¨®rgano de gobierno y una justicia que esta sociedad quiere tener.

Eugenio Su¨¢rez Palomares es magistrado en excedencia y abogado.