Guerra: "El Gobierno ha perdido la legitimidad que le dieron los votos por su totalitarismo en el poder"
En enero de 1991 y en el mis-mo lugar, el, convento cacere?o de San Francisco, anunci¨® Alfonso Guerra su dimisi¨®n como vicepresidente del Gobierno un a?o despu¨¦s de que estallara el caso Juan Guerra (utilizaci¨®n indebida por parte de un hermano suyo de un despacho de la Delegaci¨®n del Gobierno en Andaluc¨ªa). ?se fue el principio de la divisi¨®n y las guerras internas en el PSOE."Vine a anunciaros que me iba. Ahora vengo a deciros que me quedo porque hay mucha tarea por hacer", dijo ayer Guerra. Se refer¨ªa a "combatir" al PP. Para ¨¦l, en contra del lema popular, el pa¨ªs no va bien: la bonanza econ¨®mica no se reparte equitativamente, hay un deterioro de la sanidad y la ense?anza p¨²blicas y una renuncia al "concepto de Espa?a" y existe un recorte de las libertades.
Guerra alerta desde hace d¨ªas, como en la presentaci¨®n de su libro La democracia herida, que se corre el riesgo de que Espa?a vaya hacia una democracia s¨®lo aparente, "un sistema dictatorial" en la realidad, con tanto "vendaval antidemocr¨¢tico". "El Gobierno ten¨ªa legitimidad de origen por sus votos, pero la ha perdido por el car¨¢cter totalitario y autoritario con el que ejerce el poder", dijo. "Son los hijos y los nietos de la dictadura" los que ahora gobiernan, a?adi¨®, e invit¨® a echar un vistazo "a los apellidos" que se sientan en el Parlamento: "Son los descendientes de los Fern¨¢ndez Miranda, los Arias Salgado, los Aznar... Son los hijos de las familias que impidieron la libertad".
Control de los medios
Al igual que hiciera el d¨ªa anterior Felipe Gonz¨¢lez, Guerra aludi¨® ,,al intento del Gobierno de controlar todos los medios de comunicaci¨®n". "Ahora han comprado hasta el Marca", advirti¨®. "S¨ª, se trata de una conspiraci¨®n en contra de un grupo de comunicaci¨®n", apostill¨® sin dar el nombre de Prisa. Pero tambi¨¦n hay otra conspiracion, declar¨®, en torno al juicio que se sigue con el PSOE por el caso Filesa (supuesta financiaci¨®n irregular) aunque "no hablan [de ella] incluso los que la sufren". Refiri¨¦ndose a una informaci¨®n publicada por este peri¨®dico -el denunciante, Carlos van Schowen, ex contable de Filesa, reconoci¨® ante el tribunal que el juez instructor inicial, Marino Barbero, le hab¨ªa permitido que cambiara su declaraci¨®n- inicial
porque hab¨ªa extremos que resultaban contradictorios-, insisti¨®: "Le dej¨® [a Van Schowen ah¨ª sentado, escribiendo en el ordenador, para que cambiase lo que quisiera".
Todos los socialistas se van animando a decir que la reuni¨®n
del viernes entre Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y su l¨ªder, Joaqu¨ªn Almunia, no dio resultados pr¨¢cticos. "Con esa esfinge que es Aznar y su t¨¦cnicade conversaci¨®n, es -imposible un di¨¢logo", apunt¨® Guerra; "este hombre habla muy poco, es muy parco. Cuando dice algo, repite lo
mismo". Pero ¨¦sa no es la raz¨®n de su principal cr¨ªtica a Aznar: "No me merece respeto porque va del brazo de [Jos¨¦ Mar¨ªa] Ruiz-Mateos y coleccionando hampones". A continuaci¨®n cit¨® al presidente de Telef¨®nica: "Todo el dinero se lo gasta en comprar medios de comunicaci¨®n. Y advierto que van a privatizarse unos terrenos de Renfe y que el comprador podr¨ªa ser la empresa familiar que ha creado Juan Villalonga".
A nadie se le ha escapado en el congreso extreme?o el acto de reconciliaci¨®n, al menos formal, entre los socialistas. Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, reelegido secretario general, lo dijo con claridad tras haber acudido a la cita Gonz¨¢lez y Almunia, anteayer, y Guerra: "No somos un partido monol¨ªtico, pero s¨ª unido". El propio Guerra, sin embargo, no fue tan expl¨ªcito como ¨¦l al expresar su lealtad incondicional" a Almunia, pero, a su manera, tambi¨¦n lo hizo: "En este partido cada uno puede opinar como crea conveniente. Pero, cuando haya conclusiones, hay que aceptar la posici¨®n mayoritaria".
Guerra acababa de llegar de Galicia, de apoyar en un mitin a Abel Caballero. "[Manuel] Fraga", sentenci¨®, "representa la decadencia y el despilfarro al gastar miles de millones en esa televisi¨®n fascista que llaman gallega".
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