Juan Pablo II dice en Brasil que la miseria destruye la familia
ENVIADO ESPECIALPresentes entre los dos millones de asistentes a la misa oficiada ayer por Juan Pablo II en el parque Aterro de R¨ªo de Janeiro, el Pont¨ªfice no necesit¨® citar las consecuencias de la miseria en Am¨¦rica Latina. De todos eran bien sabidas: maridos borrachos, esposas o hijas prostituidas, narcotr¨¢fico, drogadicci¨®n, violencia, trata de ni?os, explotaci¨®n laboral, pistoleros adolescentes, analfabetismo, perpetuaci¨®n de la marginalidad.
El Papa, que insisti¨® en su condena del hedonismo, la pornograf¨ªa, el divorcio y el aborto, se despidi¨® de Brasil con una verdad evidente: "La miseria destruye la familia, el acceso a la cultura y a la educaci¨®n b¨¢sica, corrompe las costumbres, da?a su propia ra¨ªz y atenta contra la salud de los j¨®venes y los adultos".Conservador en lo moral, progresista en lo social, exigi¨® e los gobiernos legislaciones justas y programas contra el desempleo. La visita termin¨® sin incidentes graves. Un policia, uniformado, fue detenido cuando corr¨ªa hacia el papam¨®vil con una n¨®mina de su magro salario, inferior a las 25.000 pesetas mensuales.
Siempre presente en sus discursos la unidad del matrimonio, el Obispo de Roma clausur¨® el II Encuentro Mundial de la Familia con una invitaci¨®n al activismo de las familias cat¨®licas no sin preguntarse: ?Pero c¨®mo pueden los j¨®venes crear una familia si no tienen con qu¨¦ mantenerla?".
En la concentraci¨®n de la noche del s¨¢bado en el estadio de Maracan¨¢, abarrotado con 115.000 personas, el matrimonio espa?ol integrado por Rosario y Miguel Angel Gordillo inform¨® sobre su negativa a aceptar las recomendaciones m¨¦dicas de un aborto preventivo para facilitar un parto de sextillizos. El matrimonio subi¨® hasta el trono papal y fue bendecido, al igual que otras dos parejas, una de ellas belga, con 19 hijos, 10 de ellos, adoptados.
Juan Pablo 11 salud¨® cari?osamente, en la catedral metropolitana, al anciano arzobispo em¨¦rito de Olinda y Recife, Helder C¨¢mara, de 88 a?os, perseguido por la dictadura del general Jo¨¢o Batista Figueredo por su compromiso con los m¨¢s pobres. C¨¢mara encabez¨® el clero brasile?o progresista, distante en ocasiones de las instrucciones morales vaticanas, que incorpor¨® en sus pastorales elementos de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, en boga durante los a?os setenta.
"Familias de Am¨¦rica Latina, de Brasil, de todo el mundo: el Papa, la Iglesia, se apoya en ustedes, conf¨ªa en ustedes. Dios est¨¢ con nosotros", subray¨® Juan Pablo II en la misa de ayer, amenizada por el cantante Roberto Carlos, en presencia de una multitud de dos millones de fieles. En el estadio de Maracan¨¢, el Pont¨ªfice arremeti¨® contra el aborto como "crimen abominable, verg¨¹enza de la humanidad", y llam¨® a defender la familia. "El futuro de la humanidad depende de ella. Es un don precioso e insustituible".
Pero la defensa papal de la natalidad y la armon¨ªa familiar no encuentra correspondencia en este pa¨ªs de 155 millones de habitantes, el 80% bautizado pero poco cumplidor del precepto, y casi el 45% negro o mulato.
El ¨ªndice de nacimientos en 1980, a?o de su primera visita, fue de 4,1 por mujer. Hoy es de 2,5 pero con tendencia a la baja gracias a los m¨¦todos anticonceptivos condenados por la Iglesia, molesta por la importaci¨®n de 200 millones de condones por el Ejecutivo, cuyo flanco socialdem¨®crata en la coalici¨®n de gobierno apoya un proyecto de ley sobre el aborto en los casos de violaci¨®n o peligro para la vida de la madre. El cargamento de preservativos, comprados en el marco de una campa?a contra el sida, permitir¨¢ la distribuci¨®n de cinco por cada hombre de entre 15 y 59 a?os durante los pr¨®ximos 12 meses.
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