El Papa se une al grito de los pobres Juan Pablo II respalda a los 12 millones de brasile?os 'sin tierra'
ENVIADO ESPECIAL Monse?or Pedro Casald¨¢liga, un hereje desde la d¨¦cada de los setenta para el sector m¨¢s inmovilista de la Iglesia cat¨®lica, aplaudi¨® agradecido la solidaridad de Juan Pablo II con el Movimiento de los Sin Tierra (MST), su decidido apoyo a una reforma agraria. "Es bueno que el Papa hable, pero creo que, como me ocurri¨® a m¨ª, tambi¨¦n ser¨¢ criticado por quienes dicen que la Iglesia no debe meterse en asuntos de Estado", declar¨® al peri¨®dico Jornal do Brasil desde su residencia en el remoto Matto Grosso.Razones hay para la simpat¨ªa pontificia: el 88% de las tierras est¨¢n en manos del 20% de la poblaci¨®n, y el 1% de los latifundistas detenta la mitad de las ¨¢reas cultivables de un pa¨ªs rico y gigantesco, con 155 millones de habitantes -el 40% empobrecido-, puntero en tecnolog¨ªa y miseria. El economista Celso Furtado piensa que el activismo del MST constituye la revoluci¨®n m¨¢s importante de la historia contempor¨¢nea brasile?a. "Es formidable que haya hombres queriendo volver al campo. El Gobierno necesita abrir los ojos y aprovechar ese movimiento".
El ejecutivo del socialdem¨®crata Fernando Henrique Cardoso emprendi¨® hace cuatro a?os una reforma agraria que, pese a sus logros y la pugna de los funcionarios con la resistencia de los hacendados, no satisface a las 30.000 familias encuadradas en el ej¨¦rcito de campesinos a la fuerza, labradores ante la ausencia de alternativas urbanas. Actualmente, 35.083 latifundios ocupan 153 millones de hect¨¢reas, casi la mitad de las propiedades rurales de Brasil: como si 35.083 personas ocuparan una superficie equivalente a Francia, Alemania, Espa?a, Suiza y Austria. Imposible una audiencia papal, Egydio Brunetto y Jo?o Pedro Stedile, dirigentes del MST, cursaron por escrito al Papa un severo pliego de cargos. "?Qu¨¦ ocurri¨® desde su primera visita hace 17 a?os?", se preguntan. "Brasil es ahora el pa¨ªs con mas desigualdades sociales del mundo, seg¨²n la ONU, millones de campesinos emigran a las ciudades, y solamente en los dos a?os de gobierno, 400.000 peque?os agricultores perder¨¢n sus tierras".
Brunetto y Stedile lamentan que viviendo en una naci¨®n de dimensiones continentales, con tierra para todos, m¨¢s de cuatro millones de familias, 12 millones de brasile?os, carezcan de una parcela. "El Gobierno prefiere importar productos agr¨ªcolas. En 1996 gastamos 7.000 millones de d¨®lares (un bill¨®n de pesetas) en alimentos que pod¨ªan haberse producido aqu¨ª". Pese a las justificadas protestas del MST, a la existencia de lacras sociales todav¨ªa inmutables, a la alta corrupci¨®n, a un d¨¦ficit fiscal superior al 5% del PIB o la sobrevaluaci¨®n de la moneda, ser¨ªa injusto negar los esfuerzos y avances de Cardoso, soci¨®logo de perfil marxista hace 30 a?os, amigado electoralmente con los conservadores desde 1994.
Su Gobierno control¨® una hiperinflaci¨®n cercana al 2.500% al a?o, hoy por debajo del 8%, aument¨® la capacidad adquisitiva de la mayor¨ªa de sus compatriotas, atrajo 20.000 millones de d¨®lares en inversiones en el ¨²ltimo ejercicio y aument¨® las reservas hasta los 62.000 millones de d¨®lares. El paro afecta oficialmente al 6% de la poblaci¨®n activa, aunque para ello deba incluirse en la categor¨ªa de empleados al vendedor callejero de sol embotellado, o al limpiabotas. Con todo, en torno al 50% del electorado que percibe el salario m¨ªnimo votar¨ªa a Cardoso en 1998, seg¨²n las encuestas: tales fueron los estragos de la hiperinflaci¨®n.
La apertura econ¨®mica y la estabilidad monetaria obtenidas con el Plan Real, que hace cinco a?os estableci¨® la casi paridad entre el d¨®lar y el real, benefician desigualmente, o perjudican a los funcionarios, cuya caza y captura decret¨® Cardoso, por lo ruinoso de sus salarios, en un fen¨®meno semejante al registrado en las econom¨ªas latinoamericanas inmersas en la transici¨®n del estatismo a las privatizaciones. Seg¨²n la oposici¨®n y el Papa, en ese tr¨¢nsito "los ricos son cada vez m¨¢s ricos y los pobres m¨¢s pobres". Al grito se suma el MST, fundado hace 12 a?os, un grupo de presi¨®n que cuenta con siete parlamentarios afiliados y con el izquierdista Partido de los Trabajadores y que tiene a 19 l¨ªderes en la c¨¢rcel acusados de haber promovido la violencia contra los terratenientes.
Reprochando a Cardoso un sometimiento al flanco m¨¢s reaccionario de la coalici¨®n de gobierno, y a sus caciques regionales, el MST organiza marchas y choca sangrientamente con partidas armadas y pistoleros a sueldo de los estancieros, y con la polic¨ªa militar despachada por los gobiernos federales para impedir las ocupaciones de fincas. En abril del pasado a?o cayeron muertos 20 campesinos en una carretera del Estado de Par¨¢.
Los reproches del MST a Cardoso, coaligado con la derecha e inmerso en una compleja y profunda transformaci¨®n de las obsoletas estructuras econ¨®micas y pol¨ªticas nacionales, fueron comunicados al Papa. "Santo Padre, nuestros salarios siguen siendo miserables, y el sueldo m¨ªnimo apenas alcanza los 120 d¨®lares. La educaci¨®n y la salud contin¨²an siendo privilegios de unos pocos. La pol¨ªtica econ¨®mica expuls¨® de sus tierras a 400.000 familias, y m¨¢s de 800.000 asalariados agr¨ªcolas perder¨¢n su empleo".
Las prisas del MST y del episcopado por culminar una justa distribuci¨®n de tierras f¨¦rtiles improductivas han sido protestadas por el Ejecutivo, que deber¨ªa desembolsar cerca de 40.000 millones de d¨®lares para instalar r¨¢pidamente y como Dios manda a todos los brasile?os que exigen un huerto. "Hay mucho de demagogia en la postura de la Iglesia", opina un corresponsal extranjero domiciliado en R¨ªo. "?De d¨®nde va a sacar el Gobierno tanto dinero de golpe y con ¨²nico objetivo? Es una reforma muy compleja".
Para la Iglesia no hay demagogia en sus se?alamientos: el Gobierno renegocia las deudas de los grandes terratenientes y omite sus obligaciones con los d¨¦bitos de los peque?os agricultores. "Los peque?os propietarios, los campesinos pobres y los sin tierra", acus¨® en un documento, "no tuvieron plena atenci¨®n a no ser de la represi¨®n judicial y policial".
El Movimiento de los Sin Tierra contin¨²a sus marchas y dice no entender que ¨²nicamente 14 personas hayan sido condenadas en los procesos abiertos, aproximadamente 50, para determinar las circunstancias en que murieron 1.624 de los suyos, la mayor¨ªa durante la toma de tierras. El Gobierno, mientras tanto, sortea como puede la presi¨®n y ha entregado tierra a 100.000 familias. Prometi¨® hacerlo con otras tantas antes de concluir este mandato; el a?o pr¨®ximo, 250.000 hect¨¢reas proceder¨¢n de las expropiadas a bancos que estafaron al Estado. "La verdad es que ¨¦ste es un pa¨ªs donde en 500 a?os de historia la tierra nunca ha sido distribuida", dice Stedile, de 44 a?os, cat¨®lico.
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