Isabel II rinde tributo a las v¨ªctimas de la matanza del Ej¨¦rcito brit¨¢nico en India
La peligrosa etapa del Punjab ha resultado la m¨¢s placentera. La reina Isabel II de Inglaterra, de visita oficial en la India, rindi¨® ayer tributo a las v¨ªctimas de la matanza del parque de Jallianwala Bagh, cuando en 1919 el Ej¨¦rcito colonial brit¨¢nico abri¨® fuego contra una concentraci¨®n de gente desarmada y mat¨® a centenares de personas. No hubo petici¨®n de perd¨®n pero el gesto de la soberana fue m¨¢s que suficiente para los descendientes de aquellos muertos.
La capital del Punjab, Amritsar, se visti¨® ayer con sus mejores galas para recibir a la reina de Inglaterra. Calles repletas de gente escolares con banderitas de la Union Jack... El amarillo intenso del oro, el color de los sij, el que adorna su recinto m¨¢s sagrado, el Templo Dorado, estaba por doquier. En los adornos, en la tribuna, en los regalos. Incluso, Isabel II quiso contribuir a la fiesta con un vestido anaranjado p¨¢lido que la sumergi¨® sin dificultad en el paisaje sij. Era una etapa complicada. Peligrosa. La que el Gobierno de Nueva Delhi trat¨® de borrar de la agenda del viaje. Al final, ha resultado un acierto. Frente a la frialdad de otras ciudades indias, vac¨ªas y sin alegr¨ªa, las calles de Amritsar se llenaron de jolgorio y griter¨ªo.El motivo era doble. La reina de Inglaterra iba a visitar el lugar donde las tropas brit¨¢nicas dispersaron a tiros en 1919 una manifestaci¨®n independentista e iba a pedir disculpas. por ello. Nadie sabe cu¨¢ntos fueron los muertos el! la masacre en el parque de Jallianwala Bagh. Cientos o miles... depende de las fuentes. La reina no pidi¨® perd¨®n por aquella brutal acci¨®n colonial, pero su sola presencia en lugar de la matanza, cerca de la estatua del gobernador que orden¨® la carga, ten¨ªa todo el simbolismo de un arrepentimiento p¨²blico.
Tambi¨¦n hubo protestas. Por la ma?ana, antes de la llegada de la soberana y de su marido, el pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo, cientos de personas se manifestaron contra su presencia. Hubo cargas policiales, heridos y detenidos. Nada que perturbara la paz oficial.
Despu¨¦s lleg¨® la visita al Templo Dorado. Ese Vaticano sij que el Ej¨¦rcito de Indira Gandhi bombarde¨® en 1984 para aplastar una revuelta independentista. "Esta visita enviar¨¢ el mensaje a todo el mundo de que la paz prevalece en este templo", asegur¨® Gurchan Sing Tora, presidente de los s¨ªj.Copyright The Independent / EL PA?S
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