Jospin restringe la inmigraci¨®n pese a la protesta de parte de su electorado
El Gobierno socialista franc¨¦s aprob¨® ayer una regulaci¨®n restrictiva de la estancia de los extranjeros procedentes de pa¨ªses ajenos a la Uni¨®n Europea. Como viene ocurriendo en esta cuesti¨®n explosiva en Francia, los proyectos de ley aprobados por el Consejo de Ministros han reproducido las divisiones tanto en la izquierda como en la derecha, dejando en el aire una sensaci¨®n de insatisfacci¨®n general.
Pese a que el acuerdo b¨¢sico en esa materia resulta te¨®ricamente crucial, en la medida en que la pol¨¦mica alimenta la xenofobia del pujante Frente Nacional y es fuente permanente de crispaci¨®n y mala conciencia, el consenso ha vuelto a demostrarse imposible. Parad¨®jicamente, las divisiones internas sobre el tratamiento de la inmigraci¨®n tampoco evitan, la instrumentaci¨®n del problema y el cruce de acusaciones entre los altos estados mayores de la izquierda y la derecha. El hecho de que Francia haya modificado su legislaci¨®n sobre la inmigraci¨®n en 25 ocasiones desde 1945 da cuenta de las dificultades del consenso.En contra de lo prometido durante la campa?a electoral socialista, los nuevos proyectos de ley no suponen la derogaci¨®n de las leyes elaboradas por los anteriores ministros de Interior Charles Pasqua y Jean Luois Debr¨¦, pero s¨ª suavizan parte de sus disposiciones m¨¢s severas. En todo caso, animados por una tendencia general igualmente restrictiva, los nuevos textos permiten a la polic¨ªa retener a los inmigrantes en te¨®rica situaci¨®n irregular durante un total de 12 d¨ªas, dos m¨¢s de los que establec¨ªa la anterior legislaci¨®n. Pasadas las primeras 48 horas, los jueces deber¨¢n hacerse cargo del control de estos extranjeros, que en la actualidad suelen ser alojados, mientras se decide su reconducci¨®n o no a la frontera, en hoteles pr¨®ximos a los aeropuertos y estaciones de ferrocarril bajo vigilancia policial y en condiciones, a veces, penosas.
La no derogaci¨®n de las leyes Pasqua-Debr¨¦ ha levantado ampollas en una parte de la izquierda. D¨ªas atr¨¢s, 1.300 artistas e intelectuales suscribieron un manifiesto sumamente cr¨ªtico y ayer mismo otros tantos manifestantes expresaron a viva voz su protesta en Par¨ªs. La distancia es abismal entre quienes exigen pura y simplemente la legalizaci¨®n de todos los sans papiers (los indocumentados) y la libre apertura de las fronteras y entre quienes sostienen que el proyecto socialista "permite a todo el mundo entrar en territorio franc¨¦s".
Aunque la reacci¨®n cr¨ªtica de una parte de su electorado puede llevar al Gobierno de la "izquierda plural francesa" a realizar algunas concesiones en futuros debates parlamentarios, parece poco probable la modificaci¨®n de los puntos sustanciales del proyecto.
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