Alumnos, maestros, padres
Sobre la imagen de archivo de ni?os inclinados sobre el pupitre, muchos de ellos en actitudes de escritura de las que antes se correg¨ªan por malsanas para el alumno y para la letra, la voz explica que el fracaso escolar en Madrid es alt¨ªsimo: un 35% de los alumnos se retiran antes de teminar su ciclo obligatorio. Otras comunidades han rechazado las en cuestas del ministerio sobre el llamado "diagn¨®stico del sistema educativo": por ninguna raz¨®n s¨®lida, sino para reclamar el traslado de competencias en esta mate ria; se supone que ser¨ªan equivalentes a los datos de Madrid. Hay una diferencia entre los t¨¦rminos que se emplean: uno es el de "fracaso escolar", otro el de "sistema educativo". El primero culpa a la v¨ªctima,, el segundo al responsable di recto. Tampoco tiene por qu¨¦ ser el maestro, o profesor: est¨¢ en todo el sistema, desde el peso que se hace re caer sobre el escolar,-peso material, incluso: los higienistas rechazan la ¨¦norme carga de las mochilas- en unas materias en las que el lenguaje es abstruso hasta la derivaci¨®n hacia la familia de algunas de las obligaciones de la ense?anza. Los "deberes" -es una: copia del franc¨¦s, devoirs,- antes se dec¨ªa tarea, trabajo- obligan al ni?o a continuar su esfuerzo despu¨¦s de la jornada escolar,lo cual no su cede en ning¨²n otro trabajo de adultos -salvo los que se remuneran especialmente-, con la privaci¨®n del tiempo libre y la participaci¨®n de una familia que en una mayor¨ªa no entiende nada de lo que el ni?o estudia (todas las materias se han cargado m¨¢s de vocabulario y de definiciones, aun para los mismos temas, que cuando me correspondi¨® a m¨ª estudiar). La lucha contra el empleado, que es general en todas las empresas p¨²blicas, privadas, esta tales o auton¨®micas, ha re ducido el personal en los colegios: desde las cocinas y los comedores hasta las aulas, donde el n¨²mero de alumnos es superior al l¨®gico. El rezagado se queda atr¨¢s, o se resuelve el problema enviando una nota a los padres, que suelen estar de parte de los profesores y tienen en sus manos una acci¨®n a veces violenta -se si gue abofeteando-, siempre punitiva. Todo esto produce una resistencia del alumno: una idea de que el estudio es algo horroroso a lo que est¨¢ obligado por fuer zas muy superiores, y no por su conveniencia: lo odian, se desmandan en clase. Y en la calle. Y se les culpa de su fracaso. Que es el del sistema.
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