La Comisi¨®n y el Parlamento europeos se unen para forzar un nuevo tratado
La Uni¨®n Europea (UE) empez¨® ayer a revolverse contra la depresi¨®n que le infligi¨® el fracaso a la hora de culminar su reforma en la cumbre de Amsterdam. La Comisi¨®n y el Parlamento se conjuraron para concertar un texto que complete el nuevo tratado, rellenando el cap¨ªtulo institucional imprescindible para ampliar la UE al Este. Pretenden as¨ª forzar el acuerdo que los Quince son incapaces de alcanzar.
La iniciativa lleva el nombre del espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles, presidente de la C¨¢mara, quien la lanz¨® a bocajarro en el tercer debate anual sobre el estado de la Uni¨®n. "Hay que abordar sin retraso los preparativos de la Conferencia Intergubernamental (CIG) que desembocar¨¢ en la reforma de las instituciones" (n¨²mero de comisarios, voto por mayor¨ªa, ponderaci¨®n de votos en el Consejo...), apremi¨®. Pero hay que hacerlo con "un m¨¦todo diferente al seguido hasta ahora", en el que el protagonismo de los Gobiernos arrinconaba a la Comisi¨®n y el Parlamento como invitados de piedra.?Qu¨¦ m¨¦todo? "El comunitario", explicit¨® Gil-Robles. En plata: la Comisi¨®n redactar¨¢ un texto completo en uso de su derecho de iniciativa y lo "concertar¨¢ , luego con el Parlamento, antes de que pase al cedazo de los Gobiernos. Estos tendr¨¢n la ¨²ltima palabra, como consagra el art¨ªculo N del Tratado, pues la competencia para modificar el Tratado corresponde a los Estados miembros.
Pero vendr¨¢n ya muy presionados por el texto previo de sus propios comisarios y parlamentarios. En vez de recibir, como habitualmente, instrucciones de sus canciller¨ªas, los eurodiputados podr¨¢n optar al protagonismo: una revuelta de esclavos, aunque sea incruenta y de sal¨®n.
Otras ventajas: la pr¨®xima CIG podr¨ªa durar d¨ªas en vez de a?os; los ciudadanos podr¨ªan sentirse m¨¢s representados, al aplicarse un esquema legislativo similar al de su Estado, con un papel central del legislativo, y se debatir¨ªan "textos coherentes, fundados en el inter¨¦s com¨²n, lo que no siempre sucede en las negociaciones intergubernamentales cl¨¢sicas", indic¨® Gil-Robles. Sacaba as¨ª las lecciones de Amsterdam, cuando denunci¨® que los l¨ªderes s¨®lo persiguieron sus intereses nacionales y ninguno los del conjunto.
La f¨®rmula sustituye tres procedimientos "que ya no sirven". El usado por los fundadores en Messina (1956), la delegaci¨®n en tres expertos; la provocaci¨®n guerrillera del m¨ªtico parlamentario Altiero Spinelli, quien propuso la Constituci¨®n de unos Estados Unidos de Europa, luego rebajada, pero recogida por los Doce en el Acta ?nica de 1986, y las CIG cl¨¢sicas, a palo seco, que fructificaron en Maastricht, pero agotaron el modelo en Amsterdam. Esta ¨²ltima cumbre reforz¨® la Asamblea, que ahora "codecide" en casi todos los ¨¢mbitos, lo que aprovecha para aumentar la apuesta.
El comisario de Asuntos Institucionales, Marcelino Oreja, acogi¨® la encomienda con entusiasmo. "Presentar¨¦ un borrador y un calendario antes de fin de a?o", se comprometi¨®.
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