LA CAZA DEL GRIMALDI
La princesa Carolina ha convertido en costumbre oto?al olvidarse durante unos d¨ªas de recepciones oficiales, bailes de' la Rosa, cenas de gala y otros fastos propios del Principado y ha vuelto a encerrarse durante tres d¨ªas en la finca Las Golondrinas, situada a 18 kil¨®metros de C¨¢ceres. La dehesa, de 500 hect¨¢reas, est¨¢ ubicada en una de las mayores bolsas de pobreza de Extremadura. Es propiedad del conde de Tres Palacios y la explota cineg¨¦ticamente Fernando D¨ªaz de Bustamante, quien ya fuera anfitri¨®n de la princesa el pasado a?o por estas mismas fechas. Poqu¨ªsimos nativos del entorno tienen posibilidad de acceder a batidas en esta finca, dados los altos precios de los puestos. Carolina acudi¨® acompa?ada de su padre, Raniero de M¨®naco, y de su hijo Andrea. Para el chaval, de s¨®lo 14 a?os, signific¨® su bautizo de fuego. La Guardia Civil guard¨® celosamente el acceso a la finca, impidiendo el paso de fot¨®grafos y curiosos. Cuentan algunos que presenciaron las escenas que Carolina estuvo en todo momento sonriente y relajada. Disfrut¨® como cualquier cazador rural. Camin¨® entre retamas y encinas y chapote¨® en el suelo h¨²medo. A su lado, siempre su hijo Andrea, apretando el gatillo en un ritual in¨¦dito para el ni?o. Sus disparos segaron el vuelo de nueve perdices, que. batidores y jornaleros recogieron. Carolina disfrut¨®, caz¨®, mont¨® a caballo, comi¨® productos extreme?os y escuch¨® misa. Antonio, el cura de Torremocha, fue el oficiante:"incluso comulgaron", cont¨® el sacerdote de ese humilde pueblo que tantos batidores, jornaleros, pastores y criados da a una finca que tuvo a?os atr¨¢s problemas con cepos y vallas colocados en sus lindes-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.