Fuertes condenas y tard¨ªas excusas
EL TRIBUNAL Supremo ha condenado a fuertes penas de prisi¨®n a seis de los responsables del entramado Filesa, que la sentencia considera un montaje empresarial destinado a captar ilegalmente fondos para la financiaci¨®n del PSOE. Son condenas altas, m¨¢s de lo esperado: entre tres y once a?os para los cuatro principales implicados, condenados por asociaci¨®n il¨ªcita, falsedad en documento y delito fiscal. Dos antiguos directivos de importantes empresas que hicieron donaciones encubiertas al PSOE a trav¨¦s del entramado Filesa son condenados por apropiaci¨®n indebida. La direcci¨®n del PSOE, por boca de su secretario general, Joaqu¨ªn Almunia -qu¨¦ tuvo reflejos para dar la cara apenas conocida la sentencia-, pidi¨® ayer p¨²blicamente disculpas a la opini¨®n p¨²blica.?sta da por probado que Filesa era lo que parec¨ªa a simple vista y estaba acreditado por multitud de facturas y otras evidencias conocidas a trav¨¦s de la prensa desde poco despu¨¦s del estallido del esc¨¢ndalo, en 1991. Un tinglado montado para encubrir donaciones de entidades bancarias y otras importantes empresas a fin de financiar, en particular, las campa?as electorales de las elecciones europeas y legislativas de 1989. La sentencia considera no acreditado que existieran contrapartidas a tales donaciones. Es veros¨ªmil que no las hubiera; que esas empresas accedieran a ayudar econ¨®micamente al PSOE simplemente para estar en buenas relaciones con un partido que llevaba siete a?os gobernando; para que les debiera un favor.
. Dar dinero a un partido no es en s¨ª mismo un delito. Lo es recibirlo sin respetar la legislaci¨®n electoral y sobre financiaci¨®n de partidos. La sentencia considera probado que los principales acusados cometieron un delito de asociaci¨®n il¨ªcita porque el entramado que crearon ten¨ªa por objeto burlar las condiciones establecidas por la legislaci¨®n en relaci¨®n con la financiaci¨®n privada de los partidos. La ley de 1987 establece una serie de requisitos y limitaciones que se intentaron burlar mediante el artificio de los supuestos informes realizados por Filesa. Por su parte, la Ley de R¨¦gimen Electoral fija unas limitaciones en los gastos electorales y considera delito electoral el falseamiento de las cuentas correspondientes a dichos gastos. Para el Tribunal Supremo, incluso si la financia ci¨®n irregular no fuera delito, lo habr¨ªa en este caso en cuanto que los cuatro acusados se concertaron para conculcar esa norma electoral. Los otros delitos -falsedad en documento mercantil y fiscal- ser¨ªan consecuencia de recorrido de ese delito primordial. En cuanto al de apropiaci¨®n indebida por el que se condena a sendos ex directivos de Enasa y Cepsa, el Tribunal lo identifica en este caso con el concepto de administraci¨®n desleal de un patrimonio ajeno.
Que la Ejecutiva Federal del PSOE pidiera excusas era lo m¨ªnimo que cab¨ªa esperar. Los socialistas han negado la evidencia hasta el ¨²ltimo momento; unos, como Sala, con m¨¢s aplomo que otros, como Galeote. El argumento de que la renuncia por parte de este ¨²ltimo, ex responsable de finanzas, cubri¨® la exigencia de asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas es muy discutible. Los principales dirigentes del PSOE en 1989 alegaron en su momento que las responsabilidades pol¨ªticas s¨®lo podr¨ªan ser el resultado' en su caso, de la existencia de una condena de los tribunales, algo que esperaban no se produjera porque la financiaci¨®n hab¨ªa sido totalmente legal. Seis a?os despu¨¦s, ya hay condena penal, pero ni Gonz¨¢lez ni Guerra forman parte de la direcci¨®n socialista. Es evidente que el esc¨¢ndalo Filesa forma parte de los motivos que determinaron su relevo, pero sigue sin haber una justificaci¨®n o petici¨®n de disculpas por parte de quienes encabezaban el PSOE en la ¨¦poca de Filesa.
Cuando salt¨® Filesa, la opini¨®n p¨²blica desconoc¨ªa que el PP -entre otros- utilizaba sistemas similares para financiarse: casos Naseiro, Ca?ellas, Zamora, etc¨¦tera, cuyos responsables apenas si han recibido ben¨¦volas amonestaciones. Pero los dirigentes del PP s¨ª lo sab¨ªan, lo que no les impidi¨® encabezar la manifestaci¨®n e incluso presentarse como acusaci¨®n particular en Filesa. Supremo ejemplo de hipocres¨ªa. Pero tiene raz¨®n el PSOE al admitir que la falta de transparencia de los dem¨¢s "no nos disculpa".
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