Cecina de Dios nos Libre, rom¨¢nico, cochinillo, Carraovejas
Nadie, hasta el d¨ªa de la fecha, ha barajado la probabilidad m¨¢s escandalosa y ¨¦pica de la h¨ªstoria de la humanidad: simplemente, Cristo hecho hombre, su madre, Mar¨ªa, y su padre, el santo var¨®n Jos¨¦, fue aqu¨ª donde hicieron la primera parada y fonda para inaugurar la era cristiana. Aqu¨ª, quiere decirse en Segovia, en el altar del vino, en el mes¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa (tel¨¦fono 921 / 461 11 10). Aqu¨ª, Jes¨²s y sus padres so?aron y gozaron, antes de echarse al camino del sufrimiento para llegar al establo b¨ªblico.Existen documentos borrosos y hasta equ¨ªvocos que dicen que la Sant¨ªsima Trinidad casi revent¨® comiendo cecina de Dios nos Libre de Le¨®n, que al Guijuelo de Salamanca no se atrev¨ªan ni a hincarle el diente: lo olfateaban y miraban al cielo; que el cochinillo de Segovia les ensimism¨® y hasta hicieron merienda para el camino, asegur¨¢ndolo en un capazo; se sospecha que de Zamora les lleg¨® una ecu¨¢nime expedici¨®n de cocido maragato (se come primero las carnes y al final la sopa); Soria es seguro que les envi¨® un cabrito de los que se cr¨ªan en los pueblos. Burgos despach¨® un carro cargado de corderos y de morcillas. ?vila encomend¨® al alcalde que aportara las jud¨ªas del Bar-co... Pero, como no somos nada, 2.000 a?os despu¨¦s, la funci¨®n se repiti¨®, o se so?¨®, que igual es.
Este milagro se hizo, por d¨¦cimo a?o consecutivo, sin la presencia visible de los progenitores del mundo. La Asociaci¨®n de Maestres de Cocina de Castilla y Le¨®n, como desde hace dos lustros, celebr¨® su reuni¨®n anual para echar la casa por la ventana y para milagrear.
Anteanoche fueron seleccionados y entronizados seis nuevos maestres de cocina de Castilla y Le¨®n. Uno a uno juraron amar y defender la cocina castellano-leonesa hasta la pasi¨®n. El se?or Ojeda, de Casa Ojeda, de Burgos (tel¨¦fono 947 / 20 90 52), presidente de la asociaci¨®n, bendijo el acto y a los seis nuevos abanderados de la gastronom¨ªa de la Castilla de toda la vida: restaurante Continental (tel¨¦fono 983 / 34 39 37), de Medina del Campo (Valladolid); El Yugo de Castilla (tel¨¦fono 983 / 55 20 75), otro elevado a los altares del paladar de la grandeza; Vivaldi (tel¨¦fono 987 / 26 07 70), leon¨¦s, representante de la variante un tanto sofisticada respecto al producto sublime y cataclismal de Le¨®n; Lago (tel¨¦fono 921/ 42 00 59), un segoviano triunfante ya incorporado en la cofrad¨ªa de los grandes castellanoleoneses; La Taurina (tel¨¦fono 921/46 09 01), en Segovia, y Casa Vallecas (tel¨¦fono 975
34 30 33), de Berlanga de Duero (Soria).
Los art¨ªfices creadores de este escaparate mundial de un comer y un beber ¨²nicos en el mundo no quieren que su asociaci¨®n desborde los 40 pr¨ªncipes del cochinillo. Quieren que el rom¨¢nico palentino sea su referencia cultural y que los vinos de Rueda, Ribera, Burgos... sean el campanario de esta estepa que lo fue y que dej¨® de serlo desde que Cristo hecho hombre y gastr¨®nomo dispuso la mesa. Se comi¨® en C¨¢ndido, ya ilustrado como cofrade por el pasado; se cen¨® en el mes¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa ayudados los m¨¢s de cien comensales por el vino Carraovejas, una nueva joya sencilla (1.200 pesetas en tienda) de Ribera. Los hermanos Pozo de Le¨®n, restaurantes Pozo (tel¨¦fono 987 / 23 7103) y Adon¨ªas (tel¨¦fono 987/20 67 68), iluminado por un manjar -la cecina de Dios nos Libre-, ya maestres, como el Mes¨®n de la Villa (tel¨¦fono 947 /50 10 25), de Aranda de Duero, Burgos..., y todos sus correligionarios gastron¨®micos hicieron, de un d¨ªa de rito, un gui?o al 2000 para el placer de la humanidad.
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