El legendario ladr¨®n de Glasgow deber¨¢ volver de su refugio en Brasil
El Reino Unido ha solicitado formalmente al Gobierno brasile?o la extradici¨®n de Ronald Biggs, uno de los protagonistas del asalto al tren-correo de Glasgow (Escocia), "el robo m¨¢s audaz de la historia brit¨¢nica" seg¨²n las diligencias policiales de 1963. Una petici¨®n similar fue denegada en 1974. Ambos pa¨ªses carec¨ªan entonces del correspondiente acuerdo de entrega de delincuentes refugiados en suelo extranjero.
La ratificaci¨®n de un tratado adecuado en agosto pasado podr¨ªa devolver ahora a su tierra natal al legendario ladr¨®n, de 68 a?os, y con casi tres d¨¦cadas de residencia en Suram¨¦rica.En un atraco digno de un gui¨®n cinematogr¨¢fico, Biggs y los suyos, que no iban armados, se llevaron 2,6 millones de libras (630 millones de pesetas) de las sacas del tren-correo que efectuaba el trayecto Glasgow-Londres. El bot¨ªn equivaldr¨ªa hoy a unos 5.000 millones de pesetas, seg¨²n los c¨¢lculos barajados estos d¨ªas en la prensa brit¨¢nica. Jack , Mills, el maquinista, fue golpeado en la cabeza con una cachiporra y abandonado inconsciente en el suelo. Se neg¨® a parar el convoy y su familia siempre ha dicho que las heridas contribuyeron a acelerar su muerte de c¨¢ncer. Tres semanas despu¨¦s, pasado el estupor inicial, Ronald Biggs, el cerebro del plan, acab¨® en la c¨¢rcel. Cinco de sus c¨®mplices lograron escapar de la justicia y no fueron, detenidos nunca.
En 1965, y convertido ya en una celebridad nacional, el ladr¨®n burl¨® a sus carceleros y huy¨® del penal londinense de Wandsworth. Hab¨ªa cumplido 15 meses de una condena de 30 a?os de reclusi¨®n y siempre se ha negado a delatar al resto de la banda, que contin¨²a libre. Si alguno de ellos se llev¨® adem¨¢s un buen pu?ado de diamantes del vag¨®n desvalijado, es algo que no niega, pero que evita aclarar. "Soy optimista y prefiero no pensar en volver a una celda. Pero claro, el Reino Unido ha pedido mi regreso. Escap¨¦ y la ley es la ley", ha dicho desde su refugio en R¨ªo de Janeiro.
Cuando lleg¨® all¨ª desde Australia, en 1970, Biggs hab¨ªa seguido los pasos de otros delincuentes c¨¦lebres recreados as¨ªmismo en el celuloide. Ven¨ªa de Par¨ªs, donde trat¨® de ocultar su identidad bajo una operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica facial. Instalado en las ant¨ªpodas con su mujer y dos hijos, un d¨ªa opt¨® por marchar a Suram¨¦rica. Por un momento, pareci¨® haber rehecho su vida. Conoci¨® a Raimunda de Castro y tuvo otro reto?o, Michael, hoy mayor de edad y cantante de rock. En 1974, el detective Jack Slipper, adscrito a Scotland Yard, logr¨® por fin desenmascarar a su bestia negra. Una vez detenido, el intento de repatriaci¨®n fall¨®, dada su nueva condici¨®n de padre. El peque?o Michael y su compa?era sentimental estaban a su cargo y no pod¨ªa abandonarlos. El tiempo parece haber mitigado los afanes, del propio agente. "Biggs no tiene buen aspecto. Si regresa ser¨¢ un lastre para la sanidad p¨²blica y hasta puede solicitar una pensi¨®n", ha afirmado.
Pena abusiva
Ahora que el desamparo de su hijo no sirve como argumento legal, los abogados del gran ladr¨®n de trenes han optado por otro tipo de defensa. Una de las cl¨¢usulas del nuevo acuerdo de extradici¨®n estipula que nadie debe ser devuelto a su tierra si la pena que le ser¨¢ all¨ª impuesta es abusiva.Un robo sin armas como el perpetrado por Biggs no le supondr¨ªa tres d¨¦cadas de c¨¢rcel en suelo brasile?o. El Gobierno brit¨¢nico, sin embargo, puede aducir que le requiere por evadirse de la prisi¨®n. Un delito que, adem¨¢s, no prescribe. Convertido en escritor y, sobre todo, en atracci¨®n tur¨ªstica ha vendido alarmas antirrobo en televisi¨®n y cantado m¨²sica punk con los Sex Pistols. Mientras los abogados de ambos pa¨ªses llegan a un acuerdo, ¨¦l sigue su vida y espera poder evitar una vez m¨¢s el regreso a un pa¨ªs del que huy¨® hace 30 a?os.
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