La explosi¨®n del 'Maine', en un nuevo cap¨ªtulo de 'Memoria del 98'
El historiador brit¨¢nico Hugh Thomas sugiere que en esta ¨¦poca de apolog¨ªas nacionales, quiz¨¢ el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, deber¨ªa pedir disculpas a Espa?a por las falsas apreciaciones que hace 100 a?os se hicieron sobre las causas de la explosi¨®n del acorazado Maine, ocurrida el 15 de febrero de 1898 en la bah¨ªa de La Habana.En el art¨ªculo principal del s¨¦ptimo cap¨ªtulo de Memoria del 98, que, ma?ana se entrega con EL PA?S, el historiador analiza detenidamente las distintas teor¨ªas que se ofrecieron para explicar el hundimiento del buque de guerra estadounidense. Los diarios amarillos, sobre todo los de la cadena de Hearst, lanzaron una campana para que EE UU entrara en guerra con Espa?a, acusando de manera falsa al gobierno de Sagasta de haber sido el causante del atentado.
El incidente del Maine desemboc¨® finalmente en la guerra. Sin embargo, la administraci¨®n del presidente William McKinley no permiti¨® que se realizara una investigaci¨®n conjunta entre expertos de ambos pa¨ªses. Cada uno llev¨® a cabo la suya. La espa?ola dictamin¨® que a la vista de los restos del casco del acorazado, la explosi¨®n se hab¨ªa producido de dentro a afuera. El pol¨ªtico republicano Emilio Castelar public¨® esas mismas consideraciones en un art¨ªculo en La Espa?a Moderna -dirigida por Jos¨¦ L¨¢zaro Galdiano- (Se reproduce en la secci¨®n de Hemeroteca).
Edward Malefakis pasa revista al nacimiento del imperialismo norteamericano; el embajador Jaime de Ojeda recuerda el papel de la prensa de Estados Unidos y escribe la biograf¨ªa de McKinley. El fasc¨ªculo lo cierra el art¨ªculo de Luis Carandell sobre el episodio naval.
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