Pizzi sostiene de l¨ªder al Bar?a
Los azulgrana ganan por goles y coraje a un Celta futbol¨ªsticamente mejor
Agarrado a la zamarra de Pizzi y sostenido por los calzones de hasta cinco zagueros, el Bar?a defendi¨® el liderato con un despliegue de voluntarismo. En situaciones extremas como la de ayer, cuando el dichoso entorno asoma y pre?a los partidos de mala leche, se imponen soluciones dr¨¢sticas. A grandes males, grandes remedios.El colectivo de Van Gaal lleva un cuarto, de Liga haciendo del primer puesto un asunto de vida o muerte, y el Celta llegaba con la gr¨²a a cuestas, dispuesto a sacar a los azulgrana de la circulaci¨®n. No hab¨ªa otra salida que un triunfo por la v¨ªa de lo civil o lo criminal para frenar la ca¨ªda en picado.
Tres derrotas seguidas pesan mucho en el Camp Nou, as¨ª que el partido se convirti¨® en una cuesti¨®n de supervivencia, en un choque que necesariamente deb¨ªa marcar un punto de inflexi¨®n en el confusionismo azulgrana. Una tarde propicia, consecuentemente, para el ariete, un tipo que desde que naci¨® el f¨²tbol resuelve los partidos m¨¢s delicados, y tambi¨¦n para los laterales, como mandanlas leyes del juego f¨ªsico, un d¨ªa en que la fortaleza mental y f¨ªsica era m¨¢s importante que el talento.
Pizzi provoc¨® el primer gol, ofreci¨® el segundo y marc¨® el tercero, fabricado por Ferrer. El Chapi se sac¨® dos ca?os m¨¢s propios de un extremo que de un marcador e ilustr¨® con una jugada la empanada t¨¢ctica que sobrecoge al Bar?a. Los defectos de los azulgrana fueron denunciados por el Celta. Fue un equipazo que se sali¨® del partido con la misma limpieza con la que se hab¨ªa metido.
Los errores en el despeje y en el remate emborronaron el entrejuego celeste y el ¨¢rbitro acab¨® por rematarles con acciones determinantes como un penalti no pitado de Hesp a Revivo. Armado a partir de la carrocer¨ªa de Mazinho, el grupo de Irureta dio un curso de sentido com¨²n. Tuvo m¨¢s tiempo la pelota y la jug¨® mejor en todos los sectores del campo.
El Celta aparc¨® desde la salida en la divisoria y quebr¨® el espinazo azulgrana. Nada extra?o dada la destemplanza del Bar?a. La inestabilidad del grupo azulgrana no se explica cotejando la clasificaci¨®n sino leyendo la alineaci¨®n. Van Gaal va jugando a cada jornada con los futbolistas como un ni?o con sus mu?ecos.
Giovanni ha pasado de ser el h¨¦roe del Bernab¨¦u a sentarse en la tribuna del Camp Nou; ?scar ha sido ya apartado con la misma funcionarialidad que en su d¨ªa fue puesto; Nadal entra y sale sin tiempo para enterarse de qu¨¦ va el asunto; y ayer les toc¨® el turno a los dos polos del colectivo: el t¨¦cnico acab¨® con la bula de Reiziger y le dej¨® en el banquillo, y visti¨® a Pizzi de titular por vez primera.
Otra vuelta de tuerca al equipo. No hay hoy otro referente que la carpeta de Van Gaal y sus aut¨®matas. El t¨¦cnico parece empe?ado en que el equipo adquiera un nivel standard, de tal manera que Rivaldo trabaje, como si fuera Amunike, o Ferrer corra la banda como Figo. Manda la uniformidad. La entrada de Pizzi result¨® un alivio pasajero para un grupo cuya enfermedad no se cura poniendo un ariete donde no lo ha habido durante dos meses.
El delantero centro result¨® un recurso, un punto de mira, un futbolista al que tirarle la pelota en los momentos de zozobra de un equipo que, por lo menos, pareci¨® mejor dejado en la cancha -m¨¢s ortodoxo si se quiere- pese a que nunca lleg¨® a ponerse en marcha. El Bar?a s¨®lo tuvo un delantero y cinco defensas. Los medios quedaron absorvidos por el trabajo defensivo al que les oblig¨® el Celta o por la faena ofensiva. La posesi¨®n y control del cuero estuvo de parte del equipo de Vigo, m¨¢s sereno y aseado, aunque igual de fr¨¢gil que el Bar?a y, sobre todo, menos certero, pues tuvo la misma llegada.
La mejor punter¨ªa redimi¨® otra jornada a un grupo azulgrana tan timorato que ha hecho de la defensa de los saques de esquina una cuesti¨®n de honor. Los azulgrana, en el fondo, parecen estar empe?ados en defenderse defendiendo el liderato. Y, mientras, es dif¨ªcil reivindicar cualquier otro asunto. Hay que ir partido a partido. Atemperada la tormenta, al Barcelona le aguarda una semana de paz por obra y gracia de Pizzi, as¨ª que al menos hasta Oviedo el equipo ha encontrado al delantero centro.
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