"Europa tiene ante s¨ª un desaf¨ªo dif¨ªcil en el espacio"
Antonio Rodot¨¢ es, desde el pasado 1 de julio, el nuevo director general de la Agencia Europea del Espacio (ESA). Como ingeniero electr¨®nico y gestor, ha transcurrido su vida a la cabeza de varias empresas; la ¨²ltima de ellas, Alenia Spazio, de la que era presidente, es la mayor sociedad espacial italiana. Con este pasado, Rodot¨¢, de 61 a?os, italiano, ha llegado a la ESA con un objetivo: ayudar a las industrias de los pa¨ªses europeos a ser competitivas tecnol¨®gicamente a nivel mundial, sin olvidar la ciencia."En mi primera reuni¨®n con el consejo de la ESA, el pasado mes de octubre", dice Rodot¨¢, "yo cre¨ªa que iba a escandalizar hablando s¨®lo de aplicaciones espaciales; sin embargo, he encontrado un gran consenso. Esto me anima, porque hoy Europa tiene ante s¨ª un desaf¨ªo dif¨ªcil: o logra encontrar un papel en la escena internacional o se quedar¨¢ al margen, v¨ªctima de los monopolios americanos".
Pregunta. ?A qu¨¦ se debe una visi¨®n tan extrema? Despu¨¦s de todo, Europa, en alg¨²n campo, ha sabido hacerlo bien. El cohete Ariane, por ejemplo, hoy controla m¨¢s del 50% del mercado civil del transporte en ¨®rbita.
Respuesta. Es verdad, pero los tiempos han cambiado. Pensemos en los sat¨¦lites de navegaci¨®n GPS, cuyas aplicaciones son ya numeros¨ªsimas. El sistema, sin embargo, es estadounidense y nosotros somos completamente dependientes. Lo mismo sucede con las nuevas constelaciones de sat¨¦lites. Hasta ahora se ha cometido un error al mirar el espacio americano tomando como referencia s¨®lo la NASA. Las aplicaciones que he citado han salido todas ellas del esfuerzo tecnol¨®gico financiado por Defensa; ahora nos las encontramos en el mercado y con ellas debemos competir.
P. ?C¨®mo es que se descubre hoy esta situaci¨®n?
R. En el pasado se han cometido algunos errores y ahora hay que poner remedio r¨¢pidamente si queremos tener un futuro. Teniendo en cuenta, adem¨¢s, que hay una gran diferencia en cuanto a las inversiones.Estados Unidos gasta 27.000 millones de d¨®lares al a?o, 13 millones de cuales van a la NASA y los otros millones al prepuesto espacial del Departamento e Defensa. Europa, sin embargo, invierte en total s¨®lo 5.000 millones de d¨®lares, sumando los presupuestos de la ESA y espaciales de otros pa¨ªses.
P. As¨ª que la ESA debe buscar otros objetivos.
R. En estos meses estamos preparando un nuevo plan estrat¨¦gico, que presentaremos en la pr¨®xima conferencia ministerial, para la que he propuesto la fecha de junio, que pretendo mantener porque no hay tiempo que perder. Mientras tanto, hemos constituido grupos de trabajo que est¨¢n dedicados a los diversos frentes.
P. Pero ?qu¨¦ es lo que tiene que cambiar en Europa?
R. Sobre todo, hay que tomar conciencia a nivel pol¨ªtico de la nueva realidad y aceptar el desaf¨ªo como en el pasado se ha hecho, por ejemplo, con Airbus, afrontando, por tanto, batallas. El primer objetivo a alcanzar es una visi¨®n unitaria entre la ESA y las otras administraciones nacionales, de manera que se integren exigencias y recursos. No se puede continuar con pol¨ªticas sectoriales, que adem¨¢s de generar derroche no pueden resultar nunca competitivas a nivel internacional. A esto hay que a?adir que entre la ESA y la Uni¨®n Europea debe haber una relaci¨®n m¨¢s estrecha y provechosa.
P. Una empresa nada f¨¢cil vistas las dificultades econ¨®micas y de estrategia en que se debaten diversas agencias espaciales nacionales, desde el CNES franc¨¦s al DLR alem¨¢n y a la ASI italiana.
R. Conocemos bien los problemas de los diversos pa¨ªses, pero precisamente por esto es necesaria una visi¨®n com¨²n. As¨ª, la ESA puede actuar tambi¨¦n como elemento de equilibrio de las diferentes dificultades internas.
P. ?En el futuro de la ESA habr¨¢ entonces m¨¢s tecnolog¨ªa y menos ciencia?
R. La una no excluye a la otra. Pero hay que tener en cuenta que el espacio es un mercado en plena expansi¨®n que crece a un ritmo del 15%-20% al a?o. Por tanto, es una oportunidad a coger y en la que Europa debe invertir promoviendo investigaciones y programas capaces de garantizar un desarrollo a nuestras industrias m¨¢s avanzadas.
P. Espa?a ha expresado en los ¨²ltimos tiempos un cierto desacuerdo con la pol¨ªtica de la ESA, sobre todo por algunas decisiones que se reflejan en el mundo industrial.
R. El primer problema que tiene delante Espa?a, como tambi¨¦n Italia, es que las industrias nacionales no tienen una red de nivel internacional. Desde el momento en que existen tambi¨¦n en Espa?a tecnolog¨ªas, capacidades y competencias de buen nivel, hay que crear las condiciones para una mayor valorizaci¨®n de ellas a trav¨¦s de un enfoque m¨¢s integrado a nivel europeo. De hecho, un paso importante a cumplir por parte de la ESA es precisamente invertir m¨¢s en especializaciones distribuidas en los diversos pa¨ªses.
P. Usted se ha reunido ahora con Daniel Goldin, director de la NASA. ?Cambiar¨¢ algo en la colaboraci¨®n con EE UU?
R. Goldin ha mantenido la necesidad de una relaci¨®n m¨¢s estrecha con Europa, y estoy de acuerdo porque tiene sentido desarrollar los grandes programas cient¨ªficos en cooperaci¨®n, dado su elevado coste. Y creo que la forma actal de colaboraci¨®n para la estaci¨®n espacial internacional puede servir como modelo para futuros proyectos.
P. Precisamente sobre la participaci¨®n. en la estaci¨®n, el ministro franc¨¦s de Investigaci¨®n, Claude All¨¦gre, es muy cr¨ªtico en lo que respecta a la ESA.
R. Se trata de un programa ya en fase de actuaci¨®n. Y ahora me parece m¨¢s oportuno volcarse en la utilizaci¨®n de las posibilidades que ofrece la gran base orbital, que ser¨¢n notables para la ciencia y la tecnolog¨ªa. La posici¨®n del se?or All¨¨gre es la de un pa¨ªs que forma parte de la ESA, y en tal dimensi¨®n lo tendremos en cuenta, pero no es la de toda Europa que la ESA representa. En cuanto a las dem¨¢s cr¨ªticas al funcionamiento de la administraci¨®n, puedo decir que he encontrado a mi llegada una gran motivaci¨®n y mucha profesionalidad. El proceso de reestructuraci¨®n en curso, adem¨¢s, ya ha reducido a 1.750 personas los efectivos del organismo, con un recorte de 400 unidades. La eficacia general, de todas formas, puede ser a¨²n mejorada.
P. La espera del segundo lanzamiento del Ariane 5 parec¨ªa bloquear las discusiones sobre nuevos programas. ?Est¨¢n m¨¢s claras las ideas tras el ¨¦xito?
R. El vuelo ha ido bien, aunque hay algunos aspectos que hay que poner a punto. Incluso las anomal¨ªas manifestadas han demostrado que el cohete es m¨¢s robusto de lo que se pensaba. Dentro de cinco meses habr¨¢ un tercer lanzamiento, el 503. Pero la fecha exacta ser¨¢ fijada s¨®lo cuando estemos seguros de haber resuelto todas las dudas. El ¨¦xito, por tanto, ha tra¨ªdo una oleada de fe general tambi¨¦n hacia las otras actividades. Pero es prematuro hablar de nuevos programas precisos. Ante todo, porque tenemos dos grandes compromisos que satisfacer: la construcci¨®n y la utilizaci¨®n de la estaci¨®n espacial, y la evoluci¨®n del Ariane 5 teniendo en cuenta que el fracaso del primer lanzamiento ha supuesto una inversi¨®n posterior de 313 millones de ecus repartidos entre la ESA, Arianespace y las industrias implicadas. De cualquier forma, se est¨¢n estudiando tambi¨¦n nuevos programas de aplicaci¨®n y cient¨ªficos. Pero, subrayo, es necesario primero definir pol¨ªticamente c¨®mo pretende Europa seguir adelante en el espacio.
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