Gandullas pierde la vez
Una excavadora rompe el ingenio que regul¨® durante siglos el turno de riego de cuatro pueblos
Al viejo reloj de sol de Gandullas, una pedan¨ªa del Ayuntamiento serrano de Pi?u¨¦car (160 habitantes), no le dio tiempo ayer a marcar las primeras horas de la ma?ana. Era el artilugio que utilizaba el Tribunal de las Aguas en el siglo XVI para repartir el riego entre cuatro pueblos. Al despuntar el d¨ªa, una excavadora municipal lo parti¨® de un golpe seco. La m¨¢quina allanaba el terreno para levantar una nueva plaza junto a la iglesia parroquial, lugar donde se alzaba el ingenio. El reloj de sol, conocido por los vecinos como piedra de la vez, qued¨® atrapado por los escombros. Irene Bravo, una sexagenaria de la localidad, afirm¨® entristecida: "Ha sido horrible. No entiendo c¨®mo han podido hacer algo as¨ª. La piedra de la vez era apreciada por el pueblo". La alcaldesa, Clara Fern¨¢ndez, del PP, dijo ayer que ella no hab¨ªa ordenado su destrucci¨®n y que lo lamentaba. Asegur¨® que ser¨ªa restaurada.El reloj de sol de Gandullas es en realidad una piedra circular de m¨¢s de un metro de di¨¢metro y rodeada de muescas. De su centro sobresal¨ªa una barra de hierro, cuya sombra marcaba los tiempos. Pero el fin del ingenio no era indicar la hora solar, sino repartir equitativamente el agua entre los agricultores. Un canal existente entre los neveros de la sierra y el casco urbano del municipio abastec¨ªa a Gandullas. Pero como no hab¨ªa agua suficiente para todos, el reloj se encargaba de indicar cu¨¢nto tiempo (cu¨¢ntas marcas) pod¨ªa regar un mismo agricultor. Pasado un n¨²mero determinado de muescas, se cambiaba de regante.
La Gu¨ªa de arquitectura de la Comunidad se?ala con respecto a este desaparecido reloj: "De la iglesia parroquial [junto a la que se levantaba el reloj] nos hablan largamente las ordenanzas de reguera de Pi?u¨¦car (siglo XVI), por reunirse cuatro pueblos en ella para tratar todo lo concerniente a regad¨ªos y tener aqu¨ª su sede el Tribunal de las Aguas, donde eran sentenciadas todas las faltas cometidas por los regantes. El reparto de las aguas se hac¨ªa proporcionalmente a las superficies a regar, mientras que el turno de riego se otorgaba con la ayuda de una piedra, dotada de una varilla y una serie de muescas, que funcionaba como un reloj de sol, denominado reloj de agua o piedra de las veces".
Andr¨¦s Sanz, vecino de Gandullas, record¨® ayer que "la piedra de la vez fue utilizada hasta hace unos a?os". Y explic¨®: "Como cada vez hay menos gente en el pueblo, ya no hace falta esperar turno. El reloj perdi¨® su sentido. Ahora, los agricultores se reparten el agua por medias jornadas."
Clara Fern¨¢ndez, la alcaldesa, quit¨® ayer hierro al asunto: "Tampoco era una piedra tan importante ni tan antigua. De ¨¦sas ha habido muchas en la comarca. Si se ha roto, la arreglaremos. Aqu¨ª tenemos cosas m¨¢s importantes, como un retablo medieval que se est¨¢ deteriorando y nadie le presta atenci¨®n".
Fernando L¨®pez, propietario de un restaurante y concejal independiente de Gandullas hasta hace un par de semanas, disiente: "Una cosa no quita la otra. Han partido el reloj de sol y ser¨¢ dif¨ªcil recuperarlo. La alcaldesa no puede decir que desconoc¨ªa que lo iban a destrozar. La obra era municipal y ella sab¨ªa que el reloj estaba all¨ª".
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