Los pesos ligeros ganan el primer asalto
Los objetos masivos no parecen ser suficientes para formar la materia oscura
?Donde est¨¢ la materia oscura? ?De qu¨¦ est¨¢ hecha? El proceso se encuentra en periodo de instrucci¨®n y el acusado a¨²n no ha comparecido. No obstante la lista de sospechosos es larga, explican los astr¨®nomos.Luego la investigaci¨®n avanza, aunque lentamente. Sin que se pueda distinguir a¨²n, en el gran bestiario de candidatos dibujado por los cosm¨®logos, cu¨¢les contribuyen significativamente a la materia oscura y cu¨¢les no son m¨¢s que comparsas. Hoy d¨ªa, los progresos realizados sirven m¨¢s para la eliminaci¨®n de pistas falsas que para la obtenci¨®n de pruebas s¨®lidas en favor de tal o cual candidato. Sin embargo, lejos de desesperarse, los investigadores se regocijan, puesto que cada nuevo resultado, aunque sea negativo, da una vuelta de tuerca y estrecha el campo de investigaci¨®n en tomo a las dos familias de culpables.
Por un lado, los machos (Massive Compacts Halo Objects), objetos hechos de materia ordinaria, an¨¢loga a aquella de la que estamos compuestos, y que podr¨ªan ser planetas m¨¢s o menos grandes, estrellas demasiado peque?as para haber conocido el fuego nuclear (enanas marrones), otras sin masa suficiente para brillar con intensidad (enanas rojas), las miniblancas, estrellas de neutrones, supernovas, nubes de gas o miniagujeros negros.... Por otro, part¨ªculas elementales, conocidas, como los neutrinos, o por descubrir, como los wimp (Weakly Interactive Massive Particles), que, debido a su elevad¨ªsimo n¨²mero, podr¨ªan representar una gran parte de la masa que falta.
Experimentos recientes
Tres experimentos recientes han permitido precisar el papel de alguno de estos actores. El primero, realizado por un equipo del Observatorio de Grenoble, en asociaci¨®n con investigadores australianos y estadounidenses, ha dado pruebas evidentes, por primera vez, de la existencia de una enana marr¨®n aislada que lleva el bonito nombre de PJ12828 2-154. Este astro, a mitad de camino entre una estrella y un planeta grande, tendr¨ªa 60 veces la masa de J¨²piter y una temperatura de aproximadamente 1. 800 grados.?Hay otras enanas de este tipo? Le corresponde al Programa Europeo de Vigilancia del Cielo Austral Denis encontrar otras y ver cu¨¢nta masa representan, como precisan los investigadores que han publicado sus descubrimientos en Astronorny and Astrophysics (30 de noviembre). Pero es poco probable, en opini¨®n de ciertos cosm¨®logos, que su contribuci¨®n sea importante, incluso en el seno del disco de nuestra Galaxia.
En otro nivel, tres equipos -uno franc¨¦s (EROS), uno australonorteamericano (MACHO) y uno polaco-norteamericano (OGLE)- hab¨ªan descubierto hace cuatro a?os una pista interesante despu¨¦s de haber observado curiosas amplificaciones de luz en el halo de las galaxias cercanas a la Nube de Magallanes. La raz¨®n de estos fen¨®menos: el paso de machos, quiz¨¢s enanas marrones, que desviaban la luz de una estrella y la amplificaban mediante el efecto de microlente gravitacional.
Estos equipos han encontrado algunos candidatos. Pero no los bastantes como para esperar que puedan explicar la masa de las galaxias que falta. ?Fracaso? "De ning¨²n modo", opina Alain Milsztjan, del equipo EROS. "Si falta masa, ¨¦sta se encuentra en alg¨²n otro lugar y seguramente no est¨¢ constituida por cuerpos cuya masa est¨¢ comprendida entre la de la luna y diez veces la de J¨²piter".
Desde 1996, los investigadores de EROS han extendido su terreno de caza a la Nube de Magallanes para hacer el seguimiento del triple de estrellas e intentar encontrar objetos con una masa superior a una fracci¨®n de la masa solar. Han encontrado uno, al igual que sus colegas norteamericanos. Sin embargo, su naturaleza plantea problemas puesto que los objetos con, al menos, la mitad de la masa solar ya no pueden comportarse como enanas marrones. Lo ¨²nico seguro, subraya Alain Milsztajn, es que las "enanas marrones no parecen ser un constituyente importante del halo de las galaxias".
Por lo tanto, es necesario investigar en otras direcciones. Por ejemplo, en la direcci¨®n de los neutrinos. Un experimento reciente, en la central nuclear de Chooz, de dos equipos formados por investigadores franceses, italianos, estadounidenses y rusos (Physics Letters B) esperaba demostrar que los neutrinos, part¨ªculas supuestamente sin masa, en realidad ten¨ªan una muy peque?a.
Lejos de confirmar esta hip¨®tesis, el experimento de Chooz la ha debilitado. Pero los investigadores de los experimentos Karmen en el Reino Unido, Nomad y Chorus en el CERN, en Ginebra, y Gran Sasso, en Italia contin¨²an su trabajo. Su objetivo: demostrar que el neutrino oscila, lo que viene a probar que es capaz de maquillarse y transformarse de vez en cuando en un neutrino diferente. Si ¨¦ste fuera el caso, existir¨ªa una masa, peque?a. Pero entonces, a pesar de este inconveniente, el m¨¢s pesado de la familia, el neutrino del mu¨®n, podr¨ªa contribuir sustancialmente a la masa que falta en el universo.
Incluso si las investigaciones no dan, los te¨®ricos, nunca faltos de imaginaci¨®n, pueden sacar a escena los axiones, part¨ªculas ex¨®ticas supersim¨¦tricas, que desequilibrar¨ªan nada menos que la biblia de los f¨ªsicos: el modelo est¨¢ndar.
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