"El revent¨®n se ve¨ªa venir"
La crisis surcoreana es el resultado de factores estructurales concretos a los que se agregan elementos menos coherentes, como el p¨¢nico de los mercados y la desconfianza internacional. Ha sorprendido m¨¢s la virulencia con la que se ha desatado que las razones que la han provocado. "El revent¨®n se ve¨ªa venir desde principios de a?o y se palpaba una mala base financiera aunque muy bien tapada", comenta una fuente diplom¨¢tica occidental.El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, ha dicho que la crisis puede ser "una bendici¨®n", porque obligar¨¢ a desregular el sistema financiero y reformar el sistema bancario, a modificar la filosof¨ªa de los grandes grupos industriales familiares -los llamados chaebol, inspirados en los keiretsu japoneses-," a liberalizar m¨¢s el comercio, a la entrada de capitales extranjeros sin las limitaciones de ahora y a flexibilizar los despidos.
El modelo surcoreano hab¨ªa entrado en crisis de crecimiento desde hace un a?o y medio, con una p¨¦rdida alarmante de competitividad en sectores claves de su ¨¦xito como son el del autom¨®vil, la industria naval o la electr¨®nica, debido a un encarecimiento notable de los costes de producci¨®n y la entrada con fuerza de rivales como China.
Sin embargo, su d¨¦ficit comercial est¨¢ reduci¨¦ndose al beneficiarse sus exportaciones del debilitamiento del won, la moneda nacional.
Han pasado a mejor vida los tiempos en los que los salarios eran bajos", comenta un analista local. Son los m¨¢s altos del continente asi¨¢tico y comparables en algunos sectores, como el automotriz, a los europeos, lo que ha obligado a muchas empresas a trasladarse a otros pa¨ªses del ¨¢rea m¨¢s baratos.
?l ¨¦xito ha sido debido a una econom¨ªa en constante expasi¨®n con una inyecci¨®n de cr¨¦dito irracional a los chaebol, interrelacionados con el poder pol¨ªtico e inspiradores la corrupci¨®n por su propia naturaleza de grupos protegidos. No se han disparado las alarmas hasta que no comenz¨® la ralentizaci¨®n del ritmo de crecimiento.
Los bancos est¨¢n asfixiados por los impagos acumulados de grandes o peque?as empresas. No hace ni una semana que han visto c¨®mo las firmas de clasificaci¨®n bancaria Moody's y Standard & Poor han degradado su categor¨ªa.
La poblaci¨®n est¨¢ muy preocupada por el futuro. El mensaje de las autoridades es: "Apri¨¦tense el cintur¨®n y derrochen menos". El lema no se comprende del todo en un pa¨ªs con un alto nivel de ahorro. Los diarios se han convertido en plataformas para explicar c¨®mo los alemanes, en su econom¨ªa dom¨¦stica, reducen el consumo excesivo de electricidad o de agua y la televisi¨®n pasa c¨¢ndidas im¨¢genes de ni?os reuniendo en los colegios monedas o hasta billetes de un d¨®lar para "superar la crisis".
Pero la crisis, observa el semanario hongkon¨¦s Far Eastern Economic Review, no se supera con patri¨®ticos llamamientos a la unidad, sino con cambios de mentalidad en la burocracia econ¨®mica, en los banqueros, en los patrones, de los chaebol y en los propios trabajadores.
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