La v¨ªa argelina hacia el alto el fuego
Un investigador desentra?a el acuerdo secreto entre un sector del Ej¨¦rcito y la guerrilla integrista del FIS
"Desde hace pocas semanas, m¨¢s de un millar de ex guerrilleros del Ej¨¦rcito Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (AIS), el brazo armado del FIS, combaten contra los comandos integristas del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA) en la Mitiya, la planicie de Argel. Se ha cerrado el trato". Son las ¨²ltimas conclusiones de Luis Mart¨ªnez -este es el nombre con el que firma sus trabajos-, con pasaporte franc¨¦s y or¨ªgenes familiares mediterr¨¢neos. Considerado a sus 32 a?os como uno de los principales expertos en el conflicto argelino, est¨¢ a punto de publicar La guerra civil en Argelia (1990-1997)."Para llegar al poder parece necesario haber pasado por el maquis", argumenta Mart¨ªnez en su obra, una historia urgente del pa¨ªs magreb¨ª entre dos hitos; las elecciones municipales, que marcaron hace siete a?os la victoria pol¨ªtica del islamismo y las locales del pasado mes de octubre, que cerraron el ciclo de votaciones con el que el r¨¦gimen buscaba su legitimaci¨®n, tras el alto el fuego del AIS.
Entre ambos comicios el pa¨ªs se ha desangrado -Amnist¨ªa Internacional habla de m¨¢s de 100.000 muertos- en la guerra no declarada que sigui¨® a la ilegalizaci¨®n del FIS, que iba a hacerse con el poder en las legislativas de 1991, y al golpe militar del a?o siguiente. El investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Internacionales (CERI) de Par¨ªs ha participado en Madrid en un seminario internacional sobre el Magreb organizado por la Fundaci¨®n Ortega y Gasset.
En resumen, el pasado julio un sector del Ej¨¦rcito argelino pr¨®ximo al presidente Liam¨ªn Zerual cerr¨® un alto el fuego con el AIS -"un acuerdo entre militares que excluy¨® a los pol¨ªticos", seg¨²n Mart¨ªnez- que sorprendi¨® a contrapi¨¦ al FIS. Su l¨ªder hist¨®rico, Abassi Madani, fue liberado con la intenci¨®n de que proclamase la tregua desde el frente pol¨ªtico. Madani, sin embargo, crey¨® que, hab¨ªa sido traicionado por sus comandantes, y lanz¨® un llamamiento a la mediaci¨®n del secretario general de la ONU, Kofi Annan. Volvi¨® a ser sometido a detenci¨®n domiciliaria, sin que se conozca su actual paradero. "Madani no quiso representar el papel que le hab¨ªa sido asignado", explica el investigador del CERI.
En su opini¨®n, para integrar a los ex combatientes islamistas en las estructuras del r¨¦gimen se les ofreci¨® una futura incorporaci¨®n a las Fuerzas Armadas, con la contrapartida de poder participar de los inmensos r¨¦ditos del gas y el petr¨®leo. Su intervenci¨®n como unidad paramilitar en los ¨²ltimos combates de la Mitiya es el primer paso. A cambio, el poder establecido desactivaba la amenaza pol¨ªtica del islamismo, que estuvo a punto de hacerse con el control del poder civil por la v¨ªa de las urnas.
"La Asamblea Nacional Popular [C¨¢mara baja del Parlamento] se queda al margen en este Estado isl¨¢mico-militar en el que tiene cabida un islamismo domesticado, y que es visto como un mal menor por los pa¨ªses occidentales, a pesar de que Argelia sufra una regresi¨®n democr¨¢tica".
El AIS se suma as¨ª a los 200.000 paramilitares armados por el Estado como "polic¨ªa social" a la caza de unos 8.000 guerrilleros del GIA y otros grupos integristas que operan en el tri¨¢ngulo de la muerte que atenaza Argel con el apoyo log¨ªstico de unos 200.000 civiles, seg¨²n los datos de Luis Mart¨ªnez, en un conflicto de perfil bajo que se prolongar¨¢ a¨²n durante varios a?os. "Se aproxima al modelo colombiano, donde un enemigo necesario sirve para la consolidaci¨®n del poder".
Sin embargo, otro sector de la c¨²pula, castrense, encabezado por el poderoso general Mohamed Lamari, se ha opuesto a compartir el poder con el brazo armado de los islamistas y defiende que s¨®lo su completa derrota militar su "erradicaci¨®n", podr¨¢ afianzar al r¨¦gimen. A finales del pasado verano, el ruido de sables contra Zerual era ensordecedor en Argel. Pero ante la amenaza de golpe de Estado, la comunidad internacional dej¨® claro que no aceptar¨ªa la destituci¨®n de un presidente legitimado por las urnas en 1995.
Lamari recibi¨® entonces el apoyo indirecto de un ala del FIS en el exilio, encabezada por su portavoz en Estados Unidos, Annuar Hadam, que intentaba tambi¨¦n boicotear el alto el fuego. La respuesta del r¨¦gimen fue una sentencia de muerte dictada en rebeld¨ªa por un tribunal de Argel.
En el an¨¢lisis de Mart¨ªnez, el FIS del exilio buscaba crear plataformas pol¨ªticas con otros partidos de la oposici¨®n -los acuerdos de Roma de 1995- mientras los partidos islamistas legales, como Ham¨¢s, del jeque Mahfud Nahnah, se apropiaban de su electorado. El AIS, presente sobre el terreno, comprendi¨® la necesidad de negociar con el r¨¦gimen antes de perder toda su base social. El m¨¢ximo representante del FIS en el exterior, Rabah Kebir, exiliado en Alemania, se adhiri¨® finalmente al acuerdo.
Matanzas conocidas
"?Las matanzas m¨¢s recientes? Una guerra medi¨¢tica del sector de Lamari para reavivar la amenaza islamista. Lo ocurrido en Bentalah, Sidi Rais... conmovi¨® a la opini¨®n publica internacional porque se hizo p¨²blico. Murieron entre 2.000 y 3.000 civiles y las canciller¨ªas occidentales no tuvieron mas remedio que alzar la voz. Pero apenas nadie recuerda ahora -no se pudieron conocer con el mismo detalle- los ataques a¨¦reos con napalm contra aldeas en 1994 o el paradero de los 30.000 islamistas enviados a campos de concentraci¨®n del S¨¢hara", argumenta Mart¨ªnez.Este investigador asegura que no hay pruebas de la implicaci¨®n de los servicios de seguridad en las recientes matanzas, a pesar de las revelaciones que se han hecho en los ¨²ltimos meses. S¨ª parece estar comprobado, a su juicio, que fueron toleradas desde el poder: "Lamari dio la orden de que las fuerzas de seguridad deb¨ªan acuartelarse durante la noche".
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