La salud de Yeltsin
?QU? TENDR? Bor¨ªs Yeltsin que en su pa¨ªs es cualquier cosa menos popular, pero que en cuanto muestra signos de flaqueza f¨ªsica todo conspira para que vuelva al trabajo? La ¨²ltima reca¨ªda del presidente ruso ha hecho estremecer los mercados, inquietado a las fuerzas sociales y agitado a la Duma. Tanto que, con visible precipitaci¨®n, Yeltsin ha anunciado su regreso al puesto de mando sin una adecuada convalecencia.La respuesta puede ser doble. Porque el presidente es, pese a todo, lo mejor de que hoy puede disponer Rusia por la confianza que inspira en medios occidentales; y, no tan santamente, porque su permanencia en el poder conviene a todos, seguidores y rivales, ya que con ella da tiempo a preparar la batalla para la sucesi¨®n.
Es cierto que ¨¦sta parece hoy bien afincada en la figura de su jefe de Gobierno y, sin embargo, seguro colaborador, V¨ªktor Chernomirdin, que es gris donde su jefe resulta de un colorido pintoresco y laborioso donde Yeltsin se comporta con la mayor desenvoltura personal, pero siempre tan poco imponente como para que los que no han dado por perdida la batalla lo prefieran, al menos hasta que lleguen las grandes maniobras. El estado de Rusia a los seis a?os de la desaparici¨®n de la URSS se parece bastante al del propio Yeltsin. Malo, pero no desesperado, embarcado en una larga y ajetreada transici¨®n sin fines a la vista, pero bien orientada.
La gran naci¨®n euroasi¨¢tica era un caso especial en la transici¨®n del totalitarismo chapucero al liberalismo pol¨ªtico y econ¨®mico de entre todos los pa¨ªses del bloque del Este. El gran m¨¦rito de Yeltsin habr¨¢ sido el de mantener el rumbo correcto de la nave. Pero es leg¨ªtimo preguntarse si no ser¨ªa conveniente que su sucesor fuera una figura m¨¢s decisiva. La evidencia de que su estado f¨ªsico deja mucho que desear habr¨¢ de agitar de nuevo las aguas de la sucesi¨®n, m¨¢xime ahora que recientes acontecimientos en el frente de sus finanzas han da?ado la imagen del que ser¨ªa ideal sucesor para Occidente, el profesional del neoliberalismo Anatoli Chubais.
Eso refuerza en el corto plazo a Chernomirdin, pero tambi¨¦n deja el campo m¨¢s abierto para la maniobra envolvente por las alas. El comunista Guennadi Ziug¨¢nov, el ex general Alexandr L¨¦bed, el administrador Bor¨ªs Neintsov, entre otros, pueden creer que ning¨²n sucesor, por muy ungido que est¨¦, sea imbatible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.