?Normalizar la anormalidad?
Para replicar a un art¨ªculo m¨ªo publicado el 22 de noviembre (La anormal amenaza de la normalizaci¨®n), David Gil Oliva y 33 firmantes adicionales me acusan nada menos que de promover "prejuicios ling¨¹¨ªsticos" que favorecen "la desaparici¨®n de idiomas minoritarios". Nun-Pasa a la p¨¢gina siguiente Viene de la p¨¢gina anterior
ca he supuesto tener tales poderes, ni creo que nadie pueda tenerlos. Realmente, me intriga qu¨¦ "prejuicio ling¨¹¨ªstico" puede ser tan delet¨¦reo como para hacer desaparecer cualquier idioma: agradecer¨ªa al se?or Gil que me comunicara sus descubrimientos al respecto, aunque de su carta se deduce que la l¨®gica no es su fuerte y ello no permita esperar mucho de sus investigaciones.
Para empezar, podr¨ªa leer correctamente los textos de los dem¨¢s. Porque si lee bien mi art¨ªculo descubrir¨¢ que yo no digo que la "normativizaci¨®n" sea "inherente" a lengua alguna. Peor todav¨ªa, ni siquiera acepto la pertinencia de eso que llama "normativizaci¨®n", concepto ideol¨®gico y nada ling¨¹¨ªstico.
Para muchos ling¨¹istas, el llamado "normativismo" es un enfoque autoritario sin demasiada base cient¨ªfica. Imag¨ªnense qu¨¦ puede ser la "normativizaci¨®n socioling¨¹¨ªstica": una pedanter¨ªa autoritaria, t¨ªpica de esa nefasta burocracia cultural emergente que, a impulso de la tecnocracia, sustituye t¨¦rminos como "plan de estudios" por el rid¨ªculo "dise?o curricular b¨¢sico" y jerigonzas semejantes. Por lo dem¨¢s, la carta reitera absurdos autoritarios como el de considerar normal que la sociedad renuncie a lo que es -los hechos ling¨¹¨ªsticos- en beneficio de aquello que el nacionalismo ling¨¹¨ªstico dice que tiene que ser -modelos ideol¨®gicos-.
Qu¨¦ decir de la ignorancia supina que revela su afirmaci¨®n de que ETA es ajena a esos planes anormales de normalizaci¨®n seudoling¨¹¨ªstica. El conocimiento de los or¨ªgenes, l¨®gica y naturaleza de ETA -muchas veces ¨ªntimo- ha estimulado en Euskadi una cr¨ªtica vasca del nacionalismo -incluyendo al ling¨¹¨ªstico y al ¨¦tnico, al vasco y a los otros que, cosa significativa, indigna a los variopintos y prol¨ªficos nacionalistas espa?oles (catalanes o/y valencianos, en este caso) mucho m¨¢s que el propio terrorismo: a esos que dicen defender Euskadi cuando postulan la claudicaci¨®n de los vascos ante la arbitrariedad nacionalista y la violencia etarra.
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