A la espera del juicio de la historia

El ministro portavoz del Gobierno, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Brunner, rechaz¨® ayer que el general Augusto Pinochet sea un intocable. "Nadie es intocable. Nadie va a escapar ni puede escapar al juicio de la historia". Brunner agreg¨®, sin embargo, que algo diferente es presentar una acusaci¨®n constitucional en su contra cuando el general se encuentra al final de su mandato. La acusaci¨®n constitucional por da?ar gravemente el honor de la naci¨®n es, de todos los intentos realizados por pol¨ªticos democr¨¢ticos para atacar a Pinochet, el m¨¢s serio que han emprendido.Hasta ahora, ninguno de los intentos democr¨¢ticos para apartar a Pinochet ha prosperado. Patricio Aylwin le pidi¨® inmediatamente despu¨¦s de asumir la presidencia en marzo de 1990 que dejara su cargo, pero se nego. Postenormente, durante el anterior Gobierno (1990-1994), en dos de los cap¨ªtulos m¨¢s tensos de la transici¨®n, cuando las acusaciones por presunta corrupci¨®n de uno de los hijos de Pinochet comenzaron a afectarle y creci¨® el acoso en los tribunales, donde se citaba a declarar a militares comprometidos en violaciones a los derechos humanos, el general logr¨® frenar esos intentos acuartelando a sus soldados y visti¨¦ndoles con uniforme de combate. Un diputado socialista, que el a?o pasado le acus¨® de "meter las manos" durante la dictadura, debi¨® despu¨¦s desdecirse ante las presiones que recibi¨® del Gobierno. Otros pol¨ªticos y periodistas que le han criticado han acabado ante los tribunales.

Pinochet cuenta con el apoyo de la derecha, de m¨¢s de un tercio del electorado que vota por ella, y de una legislaci¨®n dise?ada para protegerle, as¨ª como del fuero al que tiene derecho como jefe militar. Una de las reglas no escritas, pero respetadas, es precisamente la de que al ex dictador a¨²n no se le puede tocar.