Propuesta peligrosa
EL DOCTOR estadounidense Richard Seed acaba de anunciar que se propone clonar seres humanos para parejas est¨¦riles a partir de c¨¦lulas de alguno de los progenitores. Desde el punto de vista puramente cient¨ªfico es una pretensi¨®n seguramente prematura, pero no descabellada, dados los precedentes de clonaci¨®n exitosa en mam¨ªferos, como es el caso de la oveja Dolly, que ya ocup¨® hace unos meses las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Pero desde un punto de vista ¨¦tico, los prop¨®sitos del doctor Seed son m¨¢s que discutibles. Son peligrosos.Lo que es posible, y hasta conveniente, en el caso de animales de granja, resulta del todo inaceptable para los humanos. La clonaci¨®n de animales o plantas para perpetuar caracter¨ªsticas ¨²tiles desde el punto de vista alimentario o m¨¦dico es, en cierto modo, una continuaci¨®n por otros medios y con otros ritmos de la selecci¨®n artificial que el hombre ha venido efectuando desde el nacimiento de la ganader¨ªa y la agricultura. Pero del mismo modo que cualquier intento de selecci¨®n biol¨®giga dirigida, en el caso de los humanos, es moralmente inaceptable y nos retrotrae a los peores delirios del nazismo, la clonaci¨®n amplifica esas reservas ¨¦ticas y la hace todav¨ªa m¨¢s rechazable. Lo cual no autoriza a mezclar la clonaci¨®n con otro tipo de pr¨¢cticas de fecundaci¨®n asistida perfectamente aceptables desde el punto de vista moral, como a veces interesadamente se hace.
El que la finalidad pregonada de la propuesta del doctor Seed sea solucionar el caso de parejas est¨¦riles no puede ocultar que abrir un portillo en esa direcci¨®n es acercarnos a pr¨¢cticas que podr¨ªan atentar gravemente contra la dignidad de las personas. Por otra parte, el tono y el contenido de algunas de sus declaraciones son m¨¢s propios de un iluminado que aspira a "ser como Dios" que de un cient¨ªfico responsable de sus actos.
Est¨¢ claro que el ritmo con el que surgen nuevas posibilidades debidas a los avances de la ciencia es m¨¢s r¨¢pido que aquel con el que los legisladores crean normas que tengan en cuenta esas posibilidades, analiz¨¢ndolas e integrando lo que de ellas resulte ¨²til con la necesaria defensa de principios y derechos b¨¢sicos. De ah¨ª que urja que los poderes p¨²blicos reaccionen con rapidez, estableciendo al menos una moratoria total para, cualquier experimento de clonaci¨®n en humanos mientras se estudia el problema en profundidad. Como tambi¨¦n resulta urgente una concertaci¨®n internacional, preferiblemente con intervenci¨®n de la ONU, para que estas normas b¨¢sicas sean adoptadas por todos los pa¨ªses y no puedan crearse zonas de impunidad.
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