El Rayo ha perdido el olfato
Al cuadro vallecano s¨®lo le falt¨® marcar ante el H¨¦rcules
El Rayo no consigue un gol desde tiempos inmemoriales. Est¨¢ seco y sin olfato. Ayer hizo lo imposible por ganar un partido que debi¨® ser suyo. Goz¨® de oportunidades de diversos colores y de id¨¦ntico resultado. Nulo. Empuj¨® al H¨¦rcules hasta la cueva y all¨ª le maniat¨®. Pero le dej¨® escaparse vivo, incapaz como fue de encontrar un hueco en su porter¨ªa.Lo primero que hay que rese?ar es que Ortuondo sigue en su puesto, amenazado como estaba por su presidenta, que recibe consejos de aqu¨ª y de all¨¢ para que firme su finiquito. La medida se antoja esperp¨¦ntica. Porque cuesta creer que el Rayo, un equipo construido para jugar al f¨²tbol, pueda conseguirlo sobre un c¨¦sped de sombr¨ªo aspecto. Con o sin Ortuondo.
Dijo ¨¦ste tras la derrota ante el Osasuna que a¨²n no conoce la receta para hacer posible lo imposible. O sea, jugar all¨ª al f¨²tbol. Teresa Rivero mont¨® en c¨®lera y declar¨® que el c¨¦sped perjudica por igual al Rayo y a su rival. No es verdad. "Aqu¨ª no puede jugar el Rayo". La frase no es de Ortuondo, sino de David Vidal, t¨¦cnico del H¨¦rcules.
Pero el Rayo tiene m¨¢s problemas. El primero, el doloroso divorcio que sufre. Est¨¢ partido en dos. Viven, por un lado, los defensas y los dos medios centro, ayer, Est¨ªbariz y Guti¨¦rrez. En el otro se alojan Ezequiel, Pineda, On¨¦simo e Iv¨¢n Rosado, jugadores de toque, de sorpresa. Cuando conectan, el Rayo hace da?o. Pero necesitan la pelota. Y el Rayo, desde que se lesion¨® Pablo Sanz, tiene unos enormes problemas de circulaci¨®n.
Y como no marca goles ni equivoc¨¢ndose -lleva ya cuatro partidos a cero-, sus males se disparan. Ayer, mientras el H¨¦rcules mir¨® hacia adelante, s¨®lo en el primer tiempo, el Rayo pas¨® serios apuros. Que no fueron a m¨¢s porque Lopetegui sigue agigantado. Pero recularon los alicantinos y el Rayo vio la luz, a lo que sin duda le ayud¨® el recordar que en un campo de f¨²tbol, incluso en el de Vallecas, hay dos bandas.
Acumul¨® el Rayo ocasiones de gol, pero Falag¨¢n supo estar en su sitio. Sobre todo en un final angustioso para ¨¦l. Los locales se adue?aron de un bal¨®n al que este c¨¦sped emboba, y s¨®lo su ceguera ante la porter¨ªa impidi¨® una victoria necesaria, merecida y, por lo visto, imposible mientras las porter¨ªas sigan midiendo lo que miden.
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