El movimiento de parados dobla su respaldo en las calles de las ciudades de Francia
, "Esto no ha terminado". El grito reson¨® ayer en tono de j¨²bilo en el medio centenar de manifestaciones que el movimiento deparados desarroll¨® en otras tantas capitales francesas. La "jornada nacional de acci¨®n" permiti¨® a las asociaciones de desempleados acreditar un respaldo cludadano notablemente superior al que obtuvo la pasada semana y reforzar el apoyo de organizaciones sindicales minoritarias y de estudiantes y grupos de asalariados.
En contraste con el aire festivo de la manifestaci¨®n marsellesa -"ser parado no es mi oficio", cantaban miles de participante al ritmo del reggae-, en Par¨ªs, cientos de parados que ocupaban la Bolsa de Comercio fueron desalojados violentamente, incluso con gases lacrim¨®genos, despu¨¦s de que se atrincheraran en su interior y bloquearan los accesos con el mobiliario y materiales de obras. Por primera vez desde el inicio de las ocupaciones, la polic¨ªa habl¨® ayer de pillaje, enfrentamientos y destrozos.Aunque el Gobierno act¨²a con celeridad -ayer mismo puso a disposici¨®n de los prefectos 8.000 millones de pesetas destinados a pagar las facturas de luz, alquiler y comedores escolares de las familias m¨¢s necesitadas-, el movimiento no parece dispuesto a suspender la presi¨®n. "Ma?ana reflexionaremos sobre el camino a seguir, pero esto va a continuar extendi¨¦ndose ahora que sabemos que podemos influir en las decisiones gubernamentales", indic¨® uno de los promotores, haciendo buena la teor¨ªa de que las din¨¢micas reivindicativas se desarrollan preferentemente en los contextos favorables.
Las manifestaciones de Par¨ªs y Marsella, sin duda las m¨¢s nutridas, con cifras situadas en ambos casos entre las 5.000 y los 15.000 asistentes, seg¨²n la disparidad cl¨¢sica entre la polic¨ªa y los organizadores, mostraron en todo caso que el movimiento parece haber multiplicado por dos sus efectivos en las calles. Quiz¨¢ por eso, y porque temen la deriva del conflicto, los sindicatos mayoritarios han empezado a aproximarse al movimiento, en el que la CGT, comunista, cuenta desde el principio con una protagonismo organizativo evidente.
Las secciones locales de los otros grandes sindicatos franceses participaron ayer, de hecho, en las movilizaciones producidas en varias capitales, y el dirigente de Fuerza Obrera de Par¨ªs, Jacques Mair¨¦, invit¨® a las asociaciones de parados a poner t¨¦rmino a la pol¨¦mica que mantienen sobre la representatividad y a "buscar soluciones".
Los parados movilizados han optado claramente por repartir la presi¨®n que han venido ejerciendo casi exclusivamente sobre el Ejecutivo socialista. En Nimes, una cuarentena de parados ocup¨® la sede de la Uni¨®n Patronal. La manifestaci¨®n de Par¨ªs, que acab¨® a las puertas de la patronal, la CNPF, estuvo encabeza significativamente por la expresi¨®n "Yo acuso a la patronal, los parados no lo olvidaremos", con que los desempleados de la capital se sumaron, a su, manera al centenario del c¨¦lebre art¨ªculo J'Acusse de Emile Zola.
Asociaciones y sindicatos volcaron sus cr¨ªticas sobre la patronal en respuesta a las declaraciones con la que el presidente de la CNPF, Ernest -Antoine Seilliere, descalific¨® la futura implantaci¨®n de la semana laboral de las 35 horas. El argumento de que "los interlocutores de los parados son los poderes p¨²blicos", utilizado a la defensiva por los dirigentes de la patronal obtuvo una respuesta fulminante de Robert Hue. El secretario general del Partido Comunista pidi¨® al Gobierno que "vaya m¨¢s lejos" y que penalice los despidos tras situar a las organizaciones empresariales en el centro del conflicto. "Hay que exigir cuentas a la patronal francesa, que es la responsable de esta situaci¨®n", subray¨® tras acusar al empresariado de no destinar a la creaci¨®n de empleo las subvenciones que recibe con ese fin.
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