Cristianismo y socialismo

Coincidiendo con el viaje del Papa a Cuba, no estar¨ªa de m¨¢s recordar que la historia del cristianismo prim¨ªtivo muestra curiosos puntos de contacto con el movimiento obrero. Al igual que ¨¦ste, el cristianismo era, en su oigen, el movimiento de los oprimidos. Ya lo dijo Engels; apareci¨® al principio como la religi¨®n de los esclavos y de los libertos, de los pobres y de los hombres privados de sus derechos, de pueblos subyugados o marginados por Roma. Ambos, tanto el cristianismo como el socialismo obrero, tienen en su base de predicaci¨®n la liberaci¨®n de la esclavitud y de la miseria del g¨¦nero humano. Los dos recorren caminos paralelos: el cristianismo plantea esta liberaci¨®n en el m¨¢s all¨¢, en una vida despu¨¦s de la muerte, en el cielo, y el socialismo la sit¨²a en este mundo, en una transformaci¨®n de la sociedad. Ambos fueron perseguidos y acosados; sus partidarios, proscritos y sometidos a leyes excepcionales; los unos, como enemigos del g¨¦nero humano, y los otros, como enemigos del Gobierno, de la religi¨®n, de la familia, del orden social. A pesar de todas las persecuciones, unos y otros se abrieron victoriosamente camino, contribuyendo al desarrollo de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Reflexi¨®n social nacida del compromiso del cristianismo y del socialismo de base en la lucha contra la opresi¨®n.-