Malestar en el s¨¦quito papal ante la inesperada dureza del discurso de bienvenida de Castro
La visita se preve¨ªa compleja y dif¨ªcil. Pero nadie esperaba un comienzo as¨ª. Un aterrizaje forzoso. Un cruce de espadas tan directo nada m¨¢s llegar. Los ecos y latigazos del discurso de Fidel Castro en la bienvenida oficial a Juan Pablo II han provocado de inmediato reacciones, la mayor¨ªa cr¨ªticas y pesimistas. "Ha sido un mal comienzo", dijo un diplom¨¢tico europeo que pidi¨® el anonimato. El secretario de la Conferencia episcopal espa?ola, Jos¨¦ S¨¢nchez, destac¨® que Fidel Castro no hizo una sola referencia a la Iglesia cubana, algo que, a su juicio, debe haber "dolido" a Karol Wojtyla.
El Papa y Fidel Castro se reunieron anoche por espacio de 45 minutos en el palacio de la Revoluci¨®n de La Habana, en el ¨²nico encuentro a solas programado en los cinco d¨ªas de la hist¨®rica visita. Aunque no han trascendido los asuntos que abordaron, la ampliaci¨®n del espacio de la Iglesia en Cuba, la situaci¨®n de los derechos humanos y las relaciones Cuba-EE UU Unidos se daban por sentados. Fidel obsequi¨® al Pont¨ªfice con una biograf¨ªa del sacerdote cubano F¨¦lix Varela (en proceso de canonizaci¨®n), publicada en 1878, y con la medalla de la orden de Varela, con la que se condecora a los intelectuales m¨¢s destacados. El Papa regal¨® al l¨ªder cubano un icono bizantino del Sagrado Coraz¨®n.El cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, present¨® ayer al presidente cubano una s¨²plica, en nombre del Papa, para la concesi¨®n de libertad a algunos presos en las c¨¢rceles cubanas. Las autoridades de la isla, "considerada la alta instancia moral de donde procede este inter¨¦s, y el car¨¢cter humanitario de tal petici¨®n, la han acogido con atenci¨®n".
El discurso de Castro sigui¨® centrando ayer la atenci¨®n de cardenales, diplom¨¢ticos y analistas, tanto por sus referencias y denuncias a EE UU y a su pol¨ªtica de embargo, como por sus descarnadas cr¨ªticas al colonialismo espa?ol en Am¨¦rica y al papel jugado por la Iglesia. Este aspecto, sin embargo, no sorprendi¨® a los prelados espa?oles. "No, no ha sorprendido. Estamos acostumbrados a o¨ªr los mismos t¨®picos desde la conmemoraci¨®n del V Centenario", dijo el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.
"Lo que molesta es el desconocimiento de la historia", afirm¨® Vallejo, que es miembro de la comisi¨®n pontificia de Am¨¦rica Latina. Al portavoz de la Conferencia episcopal espa?ola, Jos¨¦ S¨¢nchez, tampoco le sorprendi¨® el contenido del discurso. El presidente cubano, dijo, "hizo un c¨¢lculo pol¨ªtico". "Quiso aprovechar la oportunidad de hablar a cientos de millones de telespectadores y hacer una exposici¨®n muy marcada por sus intereses pol¨ªticos". S¨¢nchez, que habl¨® a t¨ªtulo personal, dijo que ve¨ªa como algo "normal" y hasta "una aspiraci¨®n leg¨ªtima y justa" el inter¨¦s del l¨ªder revolucionario por abordar el tema del embargo norteamericano, pero, afirm¨®, "para eso no hace falta que deje toda la historia de la Iglesia de Am¨¦rica Latina y de Cuba como la dej¨® ayer, sin un rasgo positivo".
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