Freno con calidad
QUE EL Gobierno balear paralice de forma "cautelar y transitoria" la construcci¨®n de nuevas plazas hoteleras parece, en principio, una decisi¨®n razonable, incluso recomendable, si de lo que se trata es de salvaguardar la calidad de los servicios tur¨ªsticos. Esta moratoria parcial -incluye una cl¨¢usula que permite aprobar proyectos tur¨ªsticos de excepcional relevancia o calidad- tiene como principal objetivo impedir moment¨¢neamente el aumento de plazas hoteleras en las islas, que se aproximan a las 400.000, mientras no se especifiquen las caracter¨ªsticas de la reconversi¨®n tur¨ªstica y evitar una masificaci¨®n contraria a los intereses econ¨®micos y medioambientales. Es tambi¨¦n una disposici¨®n ins¨®lita por su valent¨ªa en un negocio en el que con demasiada frecuencia se prefiere exprimir el mercado presente a costa de arruinar las expectativas de futuro.De forma injusta se olvida que el turismo es la principal industria nacional, que proporcionar¨¢ este ano unos ingresos estimados de 3,7 billones de pesetas. Este cap¨ªtulo equilibra la balanza por cuenta corriente, sobre todo en etapas de gran crecimiento en que las importaciones tienden a convertir en deficitaria la balanza comercial. Espa?a se mantiene como el segundo destino tur¨ªstico m¨¢s importante del mundo gracias a muchos a?os de experiencia en este tipo de servicios y a la paulatina mejora de sus infraestructuras; pero tambi¨¦n a pesar de los precios abusivos o de la deleznable pr¨¢ctica de vender m¨¢s plazas de las que realmente existen: el conocido over booking que empa?¨® la seriedad tur¨ªstica espa?ola durante varias d¨¦cadas.
Los tiempos han cambiado y los visitantes exigen algo m¨¢s que sol, toros y playas para gastar su dinero en Espa?a; por eso es necesaria una cierta diversificaci¨®n que aumente la oferta a los turistas que desean visitar Baleares o cualquier otro punto de Espa?a. La decisi¨®n del Gobierno balear debe ser un est¨ªmulo para que otros Gobiernos aut¨®nomos consideren la pertinencia de reflexionar sobre su modelo tur¨ªstico y reforzar la calidad de sus servicios. Es un ejercicio que no est¨¢ de m¨¢s aunque, l¨®gicamente, no en todas las zonas tur¨ªsticas la congelaci¨®n del n¨²mero de plazas sea la medida m¨¢s adecuada.
Por elogiable que sea la moratoria parcial para redefinir el modelo tur¨ªstico balear, hay que recomendar prudencia en su aplicaci¨®n y un respeto escrupuloso al car¨¢cter transitorio con que ha sido dise?ada. Porque las restricciones en los mercados, si se prolongan en el tiempo, tienen efectos secundarios perversos y a veces imprevisibles. Es f¨¢cil anticipar que la limitaci¨®n en la pr¨¢ctica de nuevas plazas tur¨ªsticas producir¨¢ un encarecimiento de las actuales; y la posibilidad de admitir "proyectos excepcionales por su calidad" puede degenerar en adjudicaciones discrecionales o interesadas por parte de los ayuntamientos. Estos efectos secundarios deben evitarse procurando que la redefinici¨®n tur¨ªstica sea lo m¨¢s diligente posible.
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