M¨²sica y naturaleza

Hay que agradecer al maestro Maximiano Vald¨¦s (Santiago de Chile, 1949) la programaci¨®n de algunas obras significativas del acervo latinoamericano, en compa?¨ªa o contraposici¨®n, de Gustav Mahler. Volvimos a escuchar dos obras muy queridas por todos: Sensemay¨¢, del mexicano Silvestre Revueltas, y Pampeana n¨²mero 3, del argentino Alberto Ginastera. M¨²sica toda influida por la presencia de la naturaleza, como anota Encinar.Ginastera se muestra ante ella a modo de un contemplativo y fino oidor de sus latidos y rumores, de sus grandes horizontes y sus matizados colores; Silvestre Revueltas constituye ¨¦l mismo una fuerza de la naturaleza.

El triunfo de Sensemay¨¢ se produjo arrollador cuando la dirigi¨® Celibidache a la ONE en marzo de 1963. Vald¨¦s enfoca la breve danza ritual y su crescendo primitivista poniendo todo el ¨¦nfasis en el ritmo; Celibidache se entregaba a todas las posibilidades del color y hac¨ªa color del timbre, el ritmo, la din¨¢mica y el ¨¢mbito en el que se mueve el "canto para matar la culebra" de Nicol¨¢s Guill¨¦n, que inspir¨® a Revueltas el poema.

Si Revueltas encontr¨® sus mejores maestros en el pueblo y el pa¨ªs mexicano, Ginastera tendi¨® siempre hacia un universalismo europe¨ªsta en el que encuadraba con naturalidad las emociones de su sentir y geograf¨ªa argentinos.

Es el caso de Pampeana n¨²mero 3, estrenada en 1954 por la orquesta de Louisville. A trav¨¦s de un sutil y peculiar impresionismo, el compositor bonaerense somete la misma fuerza de la danza a la quietud abierta del paisaje.

Vald¨¦s y la ONE sirvieron la obra con belleza y calidad de ejecuci¨®n. La Cuarta sinfon¨ªa de Mahler responde tambi¨¦n a no pocas sugerencias de la naturaleza: las que se esconden en sus ciclos de lieder con orquesta. Quiz¨¢ sea esta sinfon¨ªa la m¨¢s intimista de todas las de Mahler, incluso al final cuando se alza suavemente la voz de la soprano no para buscar un aapoteosis, sino para agudizarla introversi¨®n. Maximiano VaId¨¦s, con la excelente cantante alemana Christiane Oelza y los profesores de la ONE, logr¨® una interpretaci¨®n preciosa, fiel y a la vez personal. Un excelente concierto, en suma.