Comienza el juicio por el desv¨ªo al consumo de 2.500 vacas enfermas

El juicio oral contra dos veterinarios y tres dirigentes de la sociedad Carnes de Reinosa, acusados de delitos contra la salud p¨²blica y falsedad en documento comenz¨® ayer en la Audiencia Provincial de Santander. Seg¨²n la Fiscal¨ªa, los cinco procesados se pusieron de acuerdo en el ejercicio de su responsabilidad para desviar al consumo humano, en Espa?a y Francia, unas 2.500 vacas enfermas. Cinco comunidades aut¨®nomas, Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y Le¨®n, Cantabria y la Comunidad de Madrid figuran como acusadoras en el procedimiento.

Los hechos se desarrollaron en el matadero municipal de Reinosa (Cantabria) entre 1990 y 1993. La Fiscal¨ªa pide ocho a?os de prisi¨®n para los veterinarios implicados por delitos contra la salud p¨²blica y falsedad, as¨ª como dos a?os de prisi¨®n menor y multa de dos millones de pesetas para los miembros de la sociedad que ten¨ªa la licencia municipal de gesti¨®n del matadero.

En aquel periodo de tiempo, por lo menos 2.500 vacas, dada la carencia detectada de una documentaci¨®n fiable, llegaron a Reinosa procedentes de siete comunidades aut¨®nomas para ser sacrificadas al haberles sido detectadas tuberculosis, brucelosis, perineumon¨ªa o leucosis.

Los informes que figuran en las actuaciones judiciales especifican que la carne enferma de brucelosis puede transmitir la enfermedad al hombre si se consume cruda o semicruda, aunque son raros los casos de infecci¨®n humana. En el caso de la tuberculosis, los informes sostienen que se contagia dif¨ªcilmente a partir de vacas enfermas por localizarse en zonas del animal que habitualmente no se destinan al consumo humano. En los supuestos de la perineumon¨ªa y leucosis no se conocen casos de transmisi¨®n del animal al hombre, dicen los expertos.

Mercado espa?ol y franc¨¦s

En relaci¨®n con estas partidas, varios centenares de ganaderos de toda Espa?a recibieron indemnizaciones por el sacrificio de sus reses previamente decomisadas. El fraude a la Administraci¨®n central y regional ascendi¨® posiblemente a varios cientos de millones.Las vacas enfermas no eran sometidas en el matadero a un proceso de desnaturalizaci¨®n, sino que, despu¨¦s de pesadas y provistas del sello sanitario, eran introducidas en la sala de oreo para su posterior comercializaci¨®n. Mientras, los veterinarios exped¨ªan certificados oficiales puntualizando que las reses hab¨ªan sido decomisadas. Pero en realidad eran destinadas al consumo humano no s¨®lo en Espa?a, sino en Francia, donde determinadas cooperativas convert¨ªan la carne en hamburguesas y alb¨®ndigas y otros productos de f¨¢cil venta en los pa¨ªses subdesarrollados de Africa.

La vista de la causa puede prolongarse durante una semana.